La masturbación femenina se ha convertido en un secreto a voces o un tabú porque nadie se atreve a hablar del tema sin pudor.

Es un acto que se rechaza de generación en generación desde la niñez aduciendo a que está mal, que no se debe de hacer y que tiene consecuencias adversas a la salud.

Lo cierto es que el auto complacerse en la intimidad ayuda a una vida sexual saludable, ya en la adultez, y sobre todo a alcanzar orgasmos que con la penetración en ocasiones no se logran.

Una de las valientes que hasta le dedicó una de sus canciones al tema fue Ednita Nazario con ‘La pasión tiene memoria’ donde hace alusión a la satisfacción femenina recordando un amor pasado. Otra lo fue Kany García con ‘Amigo en el baño’ que induce a practicar la auto gestión con un juguete sexual.

Cada vez que ambas artistas interpretan las respectivas canciones las mujeres se desgalillan cantando, así que la mayoría está familiarizada con el término, el acto y sus consecuencias.

La masturbación como tal busca la satisfacción sexual de forma individual. Contrario a lo que podría pensarse, no solo los hombres se masturban, pues a través de diversos estudios realizados en diferentes países del mundo, se ha comprobado que el 94% de los caballeros siguen esta práctica, pero también la ciencia ha revelado que ellas lo hacen en un 63%, según el portal cibernético Terra.

El placer y el propio conocimiento del cuerpo, pueden ser, tal vez las mejores razones para ponerlo en práctica, por lo tanto, conozca cómo lograrlo exitosamente.

La masturbación femenina debe dejar de ser un secreto, para convertirse en un efectivo método que permita a las mujeres conseguir confianza y seguridad en sí mismas, aprendiendo sobre el propio cuerpo y sus necesidades; además brindarles placer.

Para lograrlo, lo primero es que hay dedicarle tiempo, además de un espacio y una posición que la hagan sentir cómoda y le permita disfrutar del momento, sin interrupciones. Si necesita relajarse para lograrlo es recomendable que se vaya a dar un masaje o ingiera una copa de vino antes de iniciar el acto.

La acción debe de iniciar con el recorrido del cuerpo completo con las manos. Eso le abrirá paso a la necesidad de gozar. ‘Cuando decida que está lista debe llevar los dedos hacia el clítoris, para estimularlo a través de un movimiento de vaivén, ya sea de abajo hacia arriba o de lado a lado en forma de círculos’, publica Terra.

A la hora de añadir sensaciones puede estimular la vagina con un vibrador, pero en general las mujeres que practican la masturbación tienen una forma casi fija para tocarse y alcanzar el clímax.

Las mujeres tienen la responsabilidad de saber cuáles son sus grados de excitación, según la sexóloga Ida Nevárez.

‘Esto no es fácil para todas, inclusive hay mujeres que por desconocimiento de su cuerpo no saben si han llegado a un orgasmo o no’, agregó.

Desde el punto de vista masculino, el pene puede mostrar el grado de excitación de un hombre, que en tal caso, para la mujer se relaciona con su humedad íntima. Introducir variaciones como la posición en la que se hace, el ritmo, la velocidad, los objetos que acompañan el momento como almohadas, estar vestida o desnuda, de pie o sentada, son elementos que darán innovación al momento, además de ideas para conocer mejor lo que le gusta.

Otras formas de placer se pueden producir durante el baño a través de las duchas de masaje o los chorros de un jacuzzi que pueden generar sensaciones eróticas, siempre y cuando tenga la precaución de que el agua no esté muy caliente para que no le haga daño.

Pensar que solo las personas sin pareja sexual o insatisfechas son quienes practican el auto placer, también es un error, ya que puede ser una práctica que ayude a reconocer los estímulos necesarios para lograr el mayor gozo posible, mejorando la relación sexual en pareja.

‘Existen numerosas formas de automanipularse, pero hay que tener cuidado con la obsesión, recuerde que todo en extremo es vicioso. Si no la ha experimentado es importante que se quite la imagen transmitida por las películas pornográficas, porque en la mayoría de los casos no es real’, destaca Terra en su artículo.