Los padres, madres y encargados de los menores registrados en el Programa de Educación Especial del Departamento de Educación obtuvieron una importante victoria en el Tribunal Supremo que, según uno de los jueces de ese foro, es un logro de acceso a la justicia y de economía procesal.

Se trata de que, aunque este grupo de personas constituía un actor reclamante en el pleito de clase encabezado por Rosa Lydia Veléz desde 1980, no se les reconoció el derecho a reclamar como clase, sino que se les había condenado a instar pleitos separados a los de sus hijos para exigir compensación por los daños que les causó el sistema educativo en el manejo negligente de sus hijos e hijas adscritos al Programa de Educación Especial.

Con la determinación del Supremo conocida ayer, a los padres se les permitirá reclamar como clase, aunque todavía quedan obligados a establecer el vínculo específico que hay entre la negligencia del Estado y los daños que reclaman. Este punto lo habían solicitado pero el Supremo no lo concedió. Más directamente, los padres van a tener que probar qué daños les causó el Estado de manera separada a los daños que le causó a sus hijos e hijas.

En una opinión de conformidad, el juez Luis Estrella recordó el largo y tortuoso camino que han tenido que recorrer estos padres en sus reclamos contra el Programa.

‘Sin duda, la llave esencial que hoy se les otorga a los peticionarios persigue abrir otras puertas para ver los frutos de una lucha social, educativa y jurídica inconclusa que ha persistido por más de tres décadas, enmarcada en el derecho a presentar una acción civil contra el Estado. Y ese derecho, a su vez, tiene su génesis nada más y nada menos que en el reconocimiento del Estado de que ha sido negligente en aspectos medulares del derecho que poseen niños y niñas con necesidades educativas especiales’, dijo el Juez.

‘Como se desprende de los hechos de este caso, los foros recurridos pretendieron lanzar a los peticionarios al laberinto de la burocracia extrema y el rigorismo inhumano. Una vez los peticionarios están viendo la luz al final del túnel, luego de más de 30 años de espera, los foros recurridos intentaron apagarles la luz al instruirle que regresaran al inicio a oscuras. Con ello, los peticionarios tropezarían con múltiples barreras que les dificultarían obtener el remedio adecuado, completo y oportuno que les asiste’, concluyó.

Sentencia del Tribunal Supremo sobre padres de Educación Especial – NotiCel_16842