Columna de opinión del licenciado Carlos J. Sagardía

El próximo miércoles, 20 de enero de 2021, Joe Biden juramentará como el presidente #46 de la historia de los Estados Unidos y pondrá fin al capítulo más oscuro de su democracia moderna. Dicho evento, además, simboliza un hito para el renacer de las relaciones federales entre Puerto Rico y el Gobierno de la nación, cuyo estado maltrecho, entre otras secuelas adversas, ha puesto en jaque la igual protección de las leyes a la cual tienen derecho todos los puertorriqueños en diversas áreas, incluyendo la salud, educación y los beneficios del seguro social, y asimismo, ha retrasado de manera injusta, arbitraria y caprichosa la reconstrucción de la isla, la cual es crucial para salvaguardar nuestro desarrollo económico dentro de las circunstancias de la crisis fiscal, turbulencia social, los embates del Huracán María, los terremotos que resistió la isla, particularmente los municipios del sur, durante los comienzos del 2020, y la pandemia global del virus COVID-19.

El gobernador, Pedro Pierluisi-Urrutia, tiene la titánica faena de regenerar la credibilidad de Puerto Rico ante Washington DC, y de persuadir a los diversos componentes del gobierno Biden de que existe un capitán sagaz y experimentado que tiene las destrezas precisas para sacar la nave a flote luego de una de las peripecias políticas más tormentosas en la historia política puertorriqueña. En esa batalla, la presencia de la Comisionada Residente, Jennifer González-Colón, resulta indispensable para disipar todas las dudas en el gobierno federal sobre falta de coordinación y sincronización entre los esfuerzos nuestro aparato gubernamental. Contrario a lo que ocurrió en el pasado, el gobernador Pierluisi debe trabajar en equipo con la Comisionada Residente y poner los egos a un lado por el bien del futuro Puerto Rico. La madurez que caracteriza la gestión del Gobernador Pierluisi y su vasto conocimiento de los asuntos federales garantiza que existirá armonía en la gestión federal bajo su mandato.

El rescate de la credibilidad de Puerto Rico no será una operación fácil ni ligera, sin embargo, la victoria del presidente Joe Biden y el liderato demócrata en el Congreso de los Estados Unidos, al presente, se perfila que traerá un discurso potente de unidad nacional, lo que pudiera representar una transformación sustancial en lo que respecta a las relaciones entre la Casa Blanca y la Fortaleza. El Gobierno de Pierluisi y Jennifer González tiene que capitalizar en las condiciones políticas que presenta el contexto histórico nacional y debe unificar todos sus esfuerzos hacia una sola dirección sin que la obstrucción intergubernamental impida que los intereses de Puerto Rico sean salvaguardados adecuadamente.

El triunfo de la misión del gobernador Pierluisi en la capital federal estribará en que se instaure una estrategia unificada para que las relaciones federales de su gobierno sean operadas de manera uniforme y en armónica conexión entre los diversos componentes pertinentes, incluyendo, entre otros, Fortaleza, la Oficina de la Comisionada Residente, Jenniffer González-Colón, PRFAA, AAFAF, Departamento de Hacienda, Departamento de Salud, y Departamento de Educación. En la coyuntura dificultosa que atravesamos, las diversas agencias gubernamentales en donde las relaciones federales juegan un rol protagónico tienen que hablar con una sola voz y con un mensaje al unísono con el fin de que nuestros esfuerzos por la Estadidad, trato igualitario en beneficios de salud, desarrollo económico, educación y seguro social, y la solución de los problemas que atañen a la deuda pública sean fructíferos y menos susceptibles de ser atacados por los detractores la gestión de del Gobernador y la Comisionada Residente. La disciplina y la organización en el mensaje serán la clave del renacer de las relaciones federales entre Puerto Rico y el gobierno Biden.

El Gobernador Pierluisi ha comenzado a dar los pasos afirmativos ineludibles para tomar las riendas de Puerto Rico y comenzar a embestir todos los dilemas urgentes que nos aquejan, especialmente, la pandemia del COVID-19. Jennifer González, por su parte, continuará sus esfuerzos para seguir logrando beneficios para todos los puertorriqueños, como lo ha hecho exitosamente. Confiamos en que, desde el próximo 20 de enero de 2021, abordaremos un navío que pilotara en base a una estrategia unificada de relaciones federales que tanto le hace falta al porvenir de Puerto Rico.