El matrimonio entre homosexuales quedó hoy viernes legalizado en Alaska despues de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos denegara una petición del Gobierno estatal para suspenderlo, lo que convierte al estado más extenso del país en el trigesimo primero en reconocer estos enlaces.

La legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en Alaska entró en vigor técnicamente hoy, pero al ser jornada festiva en el estado con motivo de la celebración del Día de Alaska, las primeras bodas entre homosexuales no se podrán oficiar en los juzgados del estado hasta el lunes.

El camino hacia la legalización de estos enlaces en Alaska se inició el pasado domingo, cuando el juez federal Timothy Burgess declaró inconstitucional la prohibición del matrimonio entre homosexuales en el estado, una medida aprobada por los votantes en 1998 y que fue pionera en EE.UU.

Sin embargo, el pasado miércoles, la Administración del gobernador de Alaska, el republicano Sean Parnell, pidió la suspensión cautelar del dictamen y alegó que son los votantes de ese estado y no los tribunales quienes deben decidir sobre esta cuestión.

La Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de EE.UU. otorgó inmediatamente la suspensión, por lo que la celebración de matrimonios homosexuales quedó bloqueada temporalmente, pero fijó como límite el viernes para que el estado obtuviera otra suspensión avalada por el Tribunal Supremo.

Como finalmente el Supremo no ha concedido dicha suspensión y la emitida por la corte de apelaciones ya alcanzó su plazo límite, los matrimonios entre gays han pasado a ser legales definitivamente en el estado.

Las parejas residentes en Alaska que así lo deseen podrán acudir a los juzgados a primera hora del lunes y solicitar la licencia de matrimonio.

La legalidad del matrimonio homosexual vuelve a agitar el sistema de Justicia estadounidense estos días, después de que el Tribunal Supremo declinara el lunes de la semana pasada pronunciarse sobre la legalización de este tipo de enlaces a nivel nacional.

Además, el Supremo rechazó las apelaciones de cinco estados (Virginia, Oklahoma, Utah, Wisconsin e Indiana) que buscaban prohibir las bodas entre personas del mismo sexo.