La Semana Mayor es una de las primeras fechas del año que inaugura la temporada pico del turismo local.

Tradicionalmente, la Semana Santa marca el inicio no oficial del verano en Puerto Rico. Las temperaturas comienzan a subir, las playas se empiezan a abarrotar y los fines de semana largos sirven como punto de partida para que miles de puertorriqueños, tanto residentes como los que regresan desde la diáspora, salgan de sus casas para conectar con la naturaleza y recorrer la Isla.

Es, también, una de las primeras fechas del año que inaugura la temporada pico del turismo local.

Si bien todavía hay quienes aprovechan la Semana Mayor para mantener vivas las tradiciones religiosas y familiares como las procesiones, los ayunos o las visitas a templos, también son muchos los que ven estos días como una oportunidad para descansar, desconectarse del trabajo y vacacionar. Ambas formas de vivir la semana conviven en la cotidianidad boricua, reflejando la diversidad de creencias, prioridades y estilos de vida que caracterizan al país.

Durante este año, plataformas como TikTok e Instagram han jugado un papel clave en establecer tendencias sobre hacia dónde se dirigen los boricuas. Más allá de los tradicionales balnearios o centros turísticos formales, se ha observado un auge en la popularidad de playas «escondidas» y cuerpos de agua en entornos naturales.

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Entre los destinos más virales durante esta época se destacan algunas de las playas de Manatí; particularmente rincones como la Cueva de las Golondrinas, la Poza de las Mujeres y el Manantial de Guayaney.

Asimismo, una de las joyas más icónicas de Naguabo es el Charco El Hippie debido a que tiene una gran piedra plana y áreas profundas para nadar. Es frecuentada por locales y visitantes, y muy popular por su aspecto selvático. El Yunque y varias de sus charcas escondidas como La Mina, Juan Diego y Las Tinajas, también suelen ser lugares concurridos por jóvenes y familias.

En el lado oeste de la Isla, el flujo de visitantes también es notable hacia pueblos como Rincón, Aguadilla, Isabela y Cabo Rojo. Allí, playas como Crash Boat, Jobos, Domes y Playa Sucia vuelven a posicionarse como algunos de los destinos favoritos para los que buscan atardeceres, surfing o simplemente una escapada distinta. Muchos de estos lugares han ganado notoriedad no solo por su belleza natural, sino por el contenido visual que generan en redes sociales, donde abundan las recomendaciones de spots “secretos”.

A su vez, el alquiler de propiedades a corto plazo ha vuelto a colocarse entre las opciones preferidas para escapadas familiares. Muchos residentes reservan con semanas de anticipación para asegurar estadías en pueblos costeros o montañosos, mientras que personas puertorriqueñas que viven en Estados Unidos aprovechan la ocasión para visitar la Isla y también alquilan propiedades por medio de plataformas como Airbnb.

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No obstante, aunque algunos optan por quedarse en la Isla, también hay quienes utilizan estos días para viajar al exterior, especialmente ahora que las temperaturas frías en varias ciudades de Estados Unidos comienzan a ceder, lo cual hace más atractivo regresar al norte con un descanso de sol boricua en la piel.

En ese panorama mixto entre exploración local y reconexión con las raíces, la Semana Santa en Puerto Rico se consolida, una vez más, como una de las fechas claves para entender cómo se mueven los deseos de descanso, aventura y comunidad en el país.

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