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Opiniones

Genial: Promulgar los 10 mandamientos en nuestras escuelas

Trump apoya propagar los mandamientos en escuelas y universidades

Un proyecto de ley aprobado el mes pasado convierte al estado de Luisiana en la única jurisdicción que ordena que los “Diez Mandamientos” se exhiban en todas las aulas de las escuelas y universidades públicas, lo que ha avivado el debate sobre el papel de la religión en las instituciones gubernamentales. En medio de la controversia, el candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, se lanzó a defender la iniciativa. Trump ha asumido una postura firme y valiente, estableciendo que es necesario y razonable salvaguardar nuestros valores como sociedad, frente a los que disienten alegando que la iniciativa es inconstitucional y perjudicial.

El expresidente Trump intervino en la controversia sobre la nueva ley diciendo que podría ser “el primer paso importante en el resurgimiento de la religión, lo que se necesita desesperadamente” en Estados Unidos. Trump se ha manifestado convencido de que la nación americana necesita revivir los fundamentos religiosos. Indudablemente, el expresidente Trump está correcto al concluir que la religión desempeña un papel vital en la formación de los valores éticos, la promoción de la afinidad comunitaria y la prestación de consuelo en tiempos de adversidad entre nuestros niños y jóvenes en etapa escolar. La religión sirve como fuerza orientadora de la conducta, fomentando el respeto y la solidaridad que las nuevas generaciones están perdiendo ante el individualismo y la indiferencia.

En estos momentos en que Estados Unidos enfrenta un aumento en la criminalidad y la violencia, discrímenes de todas clases, tirantez en el trato interpersonal, deserción escolar, protestas por cualquier razón, inequidad de género, y la destrucción de la institución familiar, el retorno a los valores religiosos en nuestros jóvenes en etapa escolar luce como la única solución. En la búsqueda de una mejor sociedad, la religión puede inspirar a las personas a llevar una vida con propósito y contribuir al bienestar de todos.

¿Como cae esto en Puerto Rico?

Los Diez Mandamientos, también conocidos como el Decálogo, son un conjunto de principios éticos y pautas morales que se encuentran en los textos religiosos del judaísmo y el cristianismo. Estos dos grupos componen más del 95% de la demográfica religiosa en Puerto Rico. En la isla, menos del 2% de la población se describen como no religiosos o ateos, y aun estas personas, en términos generales, sin saberlo viven su vida de manera consistente a los Diez Mandamientos. Es decir que los mandamientos de honrar a Dios por encina de todo, no utilizar su nombre en vano, y respetar un día a la semana para dedicarlo a crecer en conocimiento de Dios, son conceptos a los que apelan casi la totalidad de los puertorriqueños. Así pues, aunque les duela a muchos, Puerto Rico está alineado con Trump.

Las preguntas obligadas son, ¿porque alguien puede pensar que los principios que imponen los Diez mandamientos son perjudiciales para nuestros jóvenes?, ¿qué efecto adverso tiene que nuestros niños adopten estas reglas morales durante su desarrollo?, ¿qué de inconstitucional tiene el ilustrar reglas que en términos generales ya incluye nuestro ordenamiento jurídico?

Los Diez Mandamientos son los principios básicos de una vida estable, a la vez que son relativamente simples de entender. Aquellos que se oponen a esta iniciativa deben explicar que tiene de perjudicial el impulsar los principios de honrar a los padres, de no matar, de no ofrecer falso testimonio, de no cometer adulterio, y de no codiciar lo que tienen los demás. Trump entiende que estos elementos son fundamentales para fortalecer los ya ablandados cimientos morales de nuestro país.

Los Mandamientos frente a la diversidad, equidad e inclusión (DEI)

Trump está claro y correcto, al concluir que los Diez Mandamientos permiten una base sobre la cual se puede reconstruir la nación. En una sociedad de tanta tirantez y con tantos reclamos de diversidad, equidad e inclusión, el entendimiento y la práctica del Décimo Mandamiento se hace más relevante. Específicamente el Décimo Mandamiento, "No codiciarás", tiene una importancia significativa en la formación del comportamiento individual y en la promoción de relaciones armoniosas dentro de la sociedad como la nuestra. Respetar el Décimo Mandamiento implica abstenerse de desear o anhelar posesiones, estatus o relaciones que pertenecen a otras personas, a la vez que sirve como un recordatorio para practicar la satisfacción y la gratitud por lo que uno ya tiene, alejándose así de la envidia y la codicia. Todas estas cualidades son tan importantes, frente a la promoción de la avaricia, la envidia, el egoísmo, aislamiento y acoso promovido por las redes sociales.

Al cumplir con este mandamiento, los jóvenes pueden cultivar un sentido de paz interior, lo que promueve la equidad y la justicia en las interacciones interpersonales. Cuando los individuos se abstienen de codiciar lo que otros tienen, tratarán a los demás con respeto, compasión, empatía y de forma más equitativa, donde la dignidad y el valor de cada persona son apreciados.

Esto fomenta una cultura de aprecio mutuo y colaboración, donde el resentimiento y la dureza no tienen cabida. Además, al centrarse en el crecimiento personal y la auto-superación en lugar de, en las circunstancias de los demás, los individuos pueden canalizar su energía hacia metas productivas y relaciones significativas.

En un contexto social más amplio, el cumplimiento del Décimo Mandamiento puede contribuir a la promoción de una armonía social, la estabilidad económica y la cohesión social. Al reducir la prevalencia de la envidia y la rivalidad, nuestros jóvenes pueden fomentar un clima de confianza y cooperación. Esto, a su vez, puede llevar a una distribución más equitativa de recursos y oportunidades, promoción de la equidad, el entendimiento de las circunstancias de los demás, el fortaleciendo nuestra fibra social y promoviendo el bienestar general.

Trump está en lo correcto. La nación americana necesita que nuestra juventud regrese a los valores religiosos. La promulgación de los Diez Mandamientos es solo el primer paso.