Bumeranes
El exrepresentante del PIP comenta sobre los "bumeranes" enviados en la guerra Rusia-Ucrania que terminarán regresando al que los envió
El ingenio de pueblos originarios de Australia les permitió concebir un arma de cacería donde no hay desperdicio y cuyo empleo es de asombrosa economía energética. Arrojada con una mecánica de lanzamiento sofisticada, cuando la tabla no acierta en el blanco, ni tropieza con ningún otro objeto retorna al lugar desde donde fue arrojada. La tabla fina en forma de una " V " abierta, se puede utilizar incontables veces, es decir, es reciclable en sí misma y le ahorra muchos pasos a quien la utiliza.
Pero, en otra acepción, un bumerán es lo que se arroja con el deseo de causar daño, pero que rebota para golpear a quien lo arroja causándole daño a quien quería causarlo. En las guerras, que hay de muchos tipos, siendo la militar la que atenta contra la integridad de las vidas y del territorio la que más se conoce, intervienen muchas causas y efectos que se retroalimentan, crecen, a veces se cancelan y en ocasiones escapan a los cálculos.
Una guerra puede ser militar, pero tiene una ancha franja económica, mediática, informática, otra mercantil, todas las cuales se engloban en la política y la geopolítica.
La guerra en Ucrania que comenzó aún antes de la "caída" de la antigua Unión Soviética, cuando EE UU enfrascado en la Guerra Fría con ésta, logró socavar hasta sus cimientos, pasa a un nuevo capítulo, pues aparte del Donbás y de Crimea, ahora es todo el territorio de Ucrania quien sufre la invasión militar del gobierno ruso.
Hay una diferencia radical entre aquella URSS y esta Rusia, pues la de hoy es una potencia ultracapitalista y los intereses económicos en pugna tratan más de mercados, comercio, áreas de influencia, creación y hurto de tecnologías, desarrollo y ensayos de productos, y tecnologías de control y de armas.
Aunque se disfracen de defensores de la democracia, la mayor parte de los actores de lado y lado, tienen muy pobres credenciales democráticas y un expediente terrible de violaciones a los derechos humanos dentro y fuera de sus fronteras. Esto incluye a Rusia, Estados Unidos y a Ucrania.
Pero habría que decir que los países satélites de la antigua URSS han sido utilizados por la alianza noratlántica ----no la OTAN, sino Gran Bretaña y EE UU---- para que sus magnates se enriquezcan con toda clase de tráfico, lícito e ilícito. Al segundo tipo responde el narcotráfico, el mercado de armas clandestino, la trata humana y toda suerte de experimentos riesgosos en laboratorios lejos de la geografía de Gran Bretaña, EE UU y Rusia.
De la misma manera el tráfico financiero y de influencias se ha proliferado de manera dramática en el último cuarto de siglo, siendo el soborno, la extorsión y la corrupción, monedas de uso común entre gobiernos y gobernantes de aquellos países que pueden hacer negocios con cualquiera. Por eso un día amanecen inclinados hacia un lado y al siguiente cambian según las circunstancias. Pobre suelo éste para plantar árboles de principios con firmeza.
Esa corruptela mercatoria neoliberal, de este a oeste, desde Europa, EEUU, China y Rusia se rige por las más cruda anarquía y lógicas del mercado aunque la píldora se dore de distintas formas. Al final las cuentas las pagan quienes son por mucho los más, que son quienes menos tienen, en cada una de esas naciones y en el resto del globo plagado de inequidad y de descarte en masa y sistemético.
Aquí es cuando llueven los bumeranes, cuando el cierre de un gasoducto desemboca en el cierre del suministro completo de gas y petróleo de Rusia para una Europa dependiente en un 40%. Los precios suben y podrían alcanzar niveles tan alucinantes que con Rusia cortando parte del suministro que todavía tiene, puede echar a volar los precios y un barril de petróleo en ese mercado salvaje y volátil puede alcanzar al menos $200 dólares, o más en cuestión de semanas o meses.
La paradoja es que Rusia financiará su guerra ucraniana ---hoy ronda un diferencial de ingresos por petróleo de casi 300 millones de dólares diarios--- con lo que gana del bumerán del bloqueo a su otro gasoducto. Y... este es uno de los muchos bumeranes que no tengo espacio para explicar, pero que veremos... Prueba de que en la guerra gana sólo un bando, la banda de los oligarcas del capitalismo salvaje cuyos negocios están repartidos por el mundo y enrevesados lo mismo en EE UU, que en Rusia, China , Europa, Oriente y los países árabes petroleros.
Recordemos: los capitales no tienen alma, por eso el mundo va por donde va.