La Autoridad de Alianzas Público Privadas de Puerto Rico y su agenda de regalar la Autoridad de Energía Eléctrica
[OPINIÓN] El Presidente de la Utier aborda que el pueblo puertorriqueño ha venido siendo despojado sistemáticamente de sus activos más valiosos.
Los vendedores de los activos del país han extendido su Viernes Negro de especiales. Usan las mismas tácticas de los vendedores malamañosos y mentirosos, nos hablan de grandes beneficios, de lo bien que vamos a salir en el negocio y cuando sale a relucir la verdad, resulta que nos han dado gato por liebre. Así fue con la venta de las navieras, de la telefónica, con el sistema de salud, las autopistas, con el aeropuerto, recientemente con el transporte marítimo, y con cada servicio gubernamental que se ha traspasado a manos de la empresa privada. Un día abrimos los ojos para darnos cuenta de que nos han engañado. El gran negocio solo ha tenido una parte ganadora, los empresarios privados. De esta manera el pueblo puertorriqueño ha venido siendo despojado sistemáticamente de sus activos más valiosos.
Los integrantes de la Autoridad de Alianzas Público Privadas de Puerto Rico desarrollan su proceso de negociación con las empresas privadas, rodeados de una gran secretividad, y un buen día sorprenden con una conferencia de prensa donde anuncian el acuerdo para el despojo de un bien esencial del país. Entonces, dan a conocer únicamente aquellos elementos que dan visos de legalidad a la transacción y esconden deliberadamente la parte del acuerdo que, a fin de cuentas, resultará en detrimento de los mejores intereses de nuestro pueblo. Esta es, en apretada síntesis, la manera en que se acordó por la Autoridad de Energía Eléctrica con LUMA Energy la entrega prácticamente de toda la AEE con excepción por el momento de las centrales generatrices. Creando con esto un monopolio privado con graves consecuencia.
La UTIER ha sido vocal, desde el primer momento, en denunciar lo oneroso de este contrato y las deficiencias evidenciadas que lo hacen contrario a los mejores intereses de nuestro pueblo. Una y otra vez hemos dicho que este acuerdo es uno leonino, donde el privatizador recibe $1,500 millones de dólares sin aportar un solo centavo, el control del privatizador pasa por encima de la Junta de Gobierno de la AEE, aumentará las tarifas, no reconoce el convenio colectivo de los empleados, podría representar el despido de 4,000 trabajadores, de ninguna manera adelanta la transformación de la producción energética con fuentes renovables y como premio final, LUMA Energy podría salirse del contrato a su voluntad sin tener que pagar un solo centavo a nuestro pueblo por el desastre que haya causado. Recordemos también que nuestro Gobierno le entregara los casi 10 mil millones de dólares para la reconstrucción del sistema eléctrico que sería la verdadera tajada por lo cual se encuentran aquí.
Esta ha sido la constante gubernamental en cada negociación que han hecho los vendedores malamañosos y mentirosos que integran la plantilla de funcionarios de la Autoridad de Alianzas Público Privadas de Puerto Rico en su negociación con las compañías privadas. Vender o ceder las operaciones de los bienes del pueblo a precio de pescado abombao, negociar acuerdos en el mejor interés de los grupos privados, eliminar del camino las regulaciones que protegen al consumidor y rendir el poder de los organismos que deben supervisar el desempeño de las empresas así creadas. Colocan contra la pared a los ciudadanos que siempre terminarán pagando con aumentos en las tarifas y mal servicio de los funcionarios de gobierno dedicados a hundir el país en la mayor miseria mientras enriquecen las cuentas bancarias de los empresarios.
De la misma manera que antes llamamos la atención sobre el impacto negativo que tendrá mantener el contrato con LUMA Energy, hoy nos vemos obligados nuevamente a llamar la atención con la pretendida privatización de las plantas generatrices de energía. Con la tal privatización, que no tenemos la menor duda producirá un acuerdo muy similar al del consorcio LUMA, pues no se trata de deficiencias por desconocimiento legal sino de cláusulas deliberadas en los contratos para beneficiar intencionalmente a los privatizadores, podríamos estar ante otro acuerdo costosísimo para el pueblo de Puerto Rico.
Otra vez quedarán en el olvido las promesas de reducir las tarifas, mejorar el servicio, adelantar el objetivo de producir la energía mediante el uso de recursos renovables, disminuir el impacto de la contaminación ambiental y probablemente la modernización de nuestras plantas generatrices. Ya se hizo público el reconocimiento de múltiples empresas que están interesadas en venir al paraíso de los negocios donde no se invierte nada o en casos extremos muy poco, y se obtienen grandes dividendos, sin mayor responsabilidad social y sin ningún riesgo. La Autoridad de Alianzas Público Privadas de Puerto Rico ha vuelto a la carga para entregar, pedazo a pedazo, la Autoridad de Energía Eléctrica.
Desde nuestro espacio de lucha, nos reafirmamos en el compromiso de seguir dando todas las batallas que sean necesarias para frenar y detener todo intento de despojar al país, no tan solo de su primera industria, tan necesaria y esencial para garantizar la recuperación económica que nos devolvería a la ruta del progreso, sino de cada intento que se haga para despojar a Puerto Rico de sus bienes patrimoniales. De igual manera, estaremos levantando las defensas que sean necesarias para asegurar el respeto a la dignidad y el derecho a una vida decorosa del pueblo trabajador. Los grandes intereses del país y el gobierno que los representa pueden tener la certeza de que estamos en pie de lucha ante su agenda de vender el país y su fuerza productiva a mejor postor. Continuaremos adelante hasta alcanzar el mejor Puerto Rico al que todos aspiramos.
No deseo terminar este espacio para agradecer a todos los lectores que de una forma u otra nos siguen y sobre todo desearle una Feliz Navidad y que el próximo año 2021 sea uno lleno de Bendiciones y Salud.