Cambios en clasificación de casos positivos prolongan mal manejo de la emergencia
La bióloga Marieli Gonzalez Cotto junto a la epidemióloga Roberta Lugo Robles, analizan los recientes cambios a la clasificación de casos positivos COVID19 y advierten no bajar la guardia.
Ayer el Departamento de Salud hizo unos cambios en la forma en que reporta las ya limitadas estadísticas de casos positivos. Ahora reportan dos renglones: casos confirmados y casos probables. Debemos señalar que estos términos ya están definidos y aunque estos números deben ser parte del informe de progreso de una pandemia, su uso en el contexto equivocado y para favorecer agendas turbias, tendrá consecuencias adversas en la visualización de contagios con COVID-19.
Es vital entender que ambos números son importantes, solo que se les han aplicado unas clasificaciones artificiales a los mismos. En este sentido, casos confirmados serán aquellos que se les ha realizado una prueba diagnóstica (PCR), las cuales ya sabemos el Departamento de Salud ha rezagado y no ha hecho protocolo oficial para que se realicen estas como prioridad.
Casos probables serán aquellos que se les ha realizado pruebas serológicas (rápidas), que son las pruebas que en sí mismas no tienen valor diagnóstico (como indicado por instituciones de Salud como el CDC, FDA, WHO y confirmado por médicos y científicos locales). Sabemos que dichas pruebas son las que el gobierno ha comprado por encima de las recomendaciones de qué se debe dar prioridad a la prueba molecular. Los casos probables deberán ser entonces confirmados por criterio médico, epidemiológico (por ejemplo, si ha estado en contacto con persona positiva confirmada) y/o prueba molecular para ser pasados a casos confirmados.
¿Cuál es el problema? El problema estriba en que el gobierno está arrastrando los pies para confirmar los casos probables como debe ser. Es entonces donde nos debemos dar cuenta que ambos casos, confirmados y probables, son casos que nos deben preocupar. Esto es así por qué un caso probable puede nunca confirmarse con los métodos correctos, sin embargo, puede sí tener COVID19, ser contagioso y estar contagiando a los demás. El problema va más allá, porque los casos negativos con pruebas serológicas pueden representar personas que sí están contagiadas, pero su exposición al virus fue tan reciente que la prueba serológica no va a poder detectarlo. Estos casos no se les presta ninguna atención y no se cuentan en las estadísticas actuales.
Con el cambio de definición salud se expone a un mayor escrutinio científico debido a que los casos probables por definición deben cumplir con ciertos criterios y para ello estos casos probables deben ser investigados, añadiendo una capa de complejidad al sistema de vigilancia.
Este asunto con las estadísticas es mucho más serio de lo que se ve a simple vista. Es un mal manejo de la salud pública, un asunto sistémico que pone vidas en riesgo. Recordemos que cada dato es una vida, una persona. Además, la falta de transparencia y la ambigüedad con la que se ha tratado este asunto, lacera gravemente el entendimiento y los esfuerzos de educación para que los ciudadanos se protejan y puedan emplear su criterio al reanudar sus actividades cotidianas.
En términos salubristas PR tiene más de 5,000 casos únicos detectados, ya sea por prueba serológica o molecular. Decorar las estadísticas no resuelve el problema y la realidad es que aún no se puede bajar la guardia y que debemos ser cuidadosos y practicar todas las recomendaciones para disminuir riesgo de contagio.
Este escrito fue redactado por la bióloga Marieli González Cotto con la colaboración con Dra. Roberta Lugo Robles, Epidemióloga.