Lucienne Hernández, Isel Rodríguez y Lourdes Quiñones conversan en el Push Estelar de NotiCel sobre los 20 años de Teatro Breve y el estreno de Rita vs. Tere.

En una nueva edición del Push Estelar, las actrices Lucienne Hernández (Rita), Isel Rodríguez (Tere) y Lourdes Quiñones (Awilda) conversaron sobre la vigencia y el trasfondo de las ‘Housewives of Miramar’, un fenómeno cultural que nació hace más de una década en Noche de Jevas y que hoy regresa con la comedia Rita vs. Tere.

Lo que comenzó como un retrato satírico de la vida escolar y social de un grupo de madres en Miramar pronto se transformó en un clásico dentro de Teatro Breve, que este año celebra dos décadas de trayectoria.

Hernández, quien escribe las piezas, reconoció que la clave está en que, pese a lo caricaturesco, siempre hay un reflejo reconocible.

“Cuando empezamos, pensábamos que eran personajes demasiado ‘over’. Pero la gente se encariñó porque se ven ahí: dicen ‘esa es mi mamá’, ‘eso me pasó a mí’”.

Comedia desde una perspectiva femenina

El origen de las Housewives estuvo marcado por un gesto cultural: ocupar un espacio donde la risa estuviera filtrada por la experiencia femenina.

“Cuando salió Noche de Jevas todavía existía esa noción de que las mujeres no son graciosas. Que la comedia siempre la contaban los hombres. Aquí dijimos: ven y escucha lo que tenemos que decir las mujeres, sin tabúes, con nuestras experiencias reales”, recordó Quiñones.

Esa autenticidad también explica el arraigo del público. Lo que parecía un retrato de “madres locas de colegio privado” se convirtió en una comedia transversal que hoy disfrutan mujeres, hombres, jóvenes y adultos mayores.

Entre el borde de la sátira y el respeto

Uno de los ejes de la conversación giró en torno al delicado balance entre lo gracioso y lo irrespetuoso. Para Hernández, la comedia debe “transgredir, ofender y provocar”.

“A mí me encanta que la gente se sienta identificada y atacada. Eso para mí es gasolina. La comedia es seria, es sátira, y tiene que ir por ahí, incluso cuando yo misma me veo reflejada”, dijo.

Quiñones puntualizó que su brújula ética es clara: “La comedia siempre tiene que ir hacia arriba, nunca hacia el que ya está abajo. Se trata de burlarse del que está en poder, no de los de abajo.”

Rita vs. Tere: una pelea inevitable

El nuevo montaje coloca en el centro lo que hasta ahora había sido una tensión latente: el choque de egos entre las dos protagonistas. La chispa se enciende cuando la hija de una logra entrar a un club exclusivo y la otra no.

“Se caía de la mata que algo tenía que explotar entre ellas. Cuando se trata de los hijos, todas sabemos que sale la mamá gallina”, explicó Rodríguez.

En medio de esa rivalidad está Awilda, el personaje de Quiñones, que lejos de ser mediadora, aprovecha el caos para reclamar protagonismo.

“Ella también ansía brillar y estar en el tope. En esta ocasión veremos a una Awilda con el ego más trepado, que se aprovecha de la riña para sacar ventaja. Pero como siempre, los personajes ganan y pierden, y eso es lo bonito”, expresó.

La novedad de esta puesta es que el público tiene que escoger bando: ‘Team Rita’ o ‘Team Tere’. Y ese elemento añade un matiz inesperado a cada función.

“Uno piensa que tal chiste va a pegar y nunca es ese. El público siempre sorprende. Eso es lo mágico del teatro vivo”, dijo Rodríguez.

El público como comunidad

Las actrices subrayaron que el café teatro rompe con la distancia del teatro clásico. Los espectadores interrumpen, comentan, cantan, y esa energía moldea cada función.

“Lo que te da longevidad es tu vida en comunidad. Puedes hacer dieta o ejercicio, pero lo que nos sostiene como seres humanos es estar juntos. Y el teatro genera eso”, sostuvo Quiñones.

Comedia, política y algo de riesgo

Aunque no todas se conciban como activistas, reconocen que su trabajo es inevitablemente político.

“Todo es político. Aunque no lo busques, está ahí. Somos mujeres, puertorriqueñas, y lo que creemos se refleja en lo que hacemos”, aseguró Rodríguez.

Ese posicionamiento se ha traducido en apuestas arriesgadas, como un ‘sketch’ sobre una clínica de abortos en plena temporada electoral.

“Sabíamos que iba a ser polémico, pero dijimos: vamos a decir lo que queremos decir. Para algunos fue demasiado político, para otros fue lo mejor de la noche. Nos arriesgamos y lo volveríamos a hacer”, contó Hernández.

La libertad de incomodar, subraya Quiñones, es lo que distingue al colectivo y lo que explica por qué no encajan en la televisión local.

Hernández lo resumió así: “Una camiseta que diga ‘aborto libre y seguro’ es demasiado fuerte, pero puedo salir eseñando tetas y fondillo sin problema”.

La risa como resistencia

En un país marcado por crisis económicas, apagones y tensiones políticas, la risa adquiere un matiz de resistencia.

“Si la luz se va, hay una tormenta, la deuda, los chavos no dan… ¿qué más tú tienes que hacer que no sea reírte?”, lanzó Rodríguez.

Para Hernández, la comedia es tan seria como el drama: “Puedes pararte a denunciar un genocidio, y algunos dirán que estás politiqueando. Pero si lo haces con humor, logras que la gente escuche. La comedia es un recurso poderoso, no implica que no sea serio”.

Mientras que para Quiñones, el teatro no solo entretiene, sino que ofrece un momento de presencia y de comunidad.

“Por dos horas todos estamos ahí, presentes. Es casi espiritual. Nos necesitamos y estos espacios son más importantes que nunca”, afirmó.

Mirando hacia adelante

Tras 11 años de vida, las Housewives siguen evolucionando y sorprendiendo.

Con funciones confirmadas hasta octubre y la posibilidad de extenderse, Rita vs. Tere se suma a una larga lista de historias que, según Hernández, no se agotarán: “Mientras exista vida, historias van a haber.”

Quiñones lo resumió con optimismo: “Yo digo que olvídate. Yo estoy positiva, pa’ lo que venga.”