No importa cuán llenos o vacíos esten los centros comerciales, a sólo horas de que se celebre la Navidad, siempre habrá quien compre.

Según el economista José Alameda, es mucho lo que se habla de cuán abarrotados o desérticos están los establecimientos comerciales, pero la economía de consumo se diferencia a la de producción en tiempos de escasez o recesión.

‘A la hora de consumir la gente mantiene su estándar comprando, dando vueltas por el ‘mall’ o sencillamente cogiéndolo todo a crédito. No me gusta la comparación en términos de volumen de gente en los ‘malls’, porque eso se trata de percepción’, recalcó Alameda.

Dijo además que ‘existe un patrón de consumo en la sociedad y eso se adopta con los años. La gente siempre va a salir a comprar lo único que puede cambiar es que si antes gastaba $10 ahora quiere gastar $8, pero en su presupuesto siempre hay espacio para las compras. Nada de esto tiene que ver con la recesión, porque ésta solo se mide por el efecto de la producción y los niveles de empleo’.

La percepción de Noticel en Plaza Las Américas, por ejemplo, en un periodo de dos horas, de 12 del mediodía a 2:00 p.m. del martes, fue de un día normal. No hubo filas, retrasos ni desespero. Todo fluyó con normalidad.

El tiempo promedio para conseguir un estacionamiento, que tradicionalmente es lo más complicado durante esta temporada, fue de menos de diez minutos. Claro está el centro comercial anticipó la visita de todos y contó con un plan de entrada y salida bastante eficiente.

A la salida del estacionamiento se podía entrar con facilidad a cada una de las tiendas. Las más concurridas fueron las de ropa y zapatos, cuyos especiales atraían al público que ni siquiera iba a adquirir uno de estos artículos.

‘Vine desde temprano, desde las 9:00 a.m., y yo vivo en Corozal. Quise buscar las cositas que me faltaban y lo he encontrado todo. Tuve que comprar el último día (víspera de Navidad) porque no me daban los chavos. He salido con más paquetes de los que esperaba’, comentó Amelia Santiago, de 56 años.

Las tiendas de efectos electrónicos, como Sears y Game Stop, estaban súper cómodas. Uno de los vendedores de la primera, que no quiso identificarse, explicó que el sábado y el domingo pasados las ventas estuvieron ‘muy buenas’, mientras que el martes ‘no era necesario que abriéramos desde las siete de la mañana’. Plaza Las Américas permanecería abierta hasta las 7:00 p.m. del martes.

Los establecimientos que ofrecían joyería y carteras de marca, estaban llenos por secciones. Por ejemplo, los estantes de las pulseras y collares enPandora no se vaciaban. No hubo filas interminables, pero sí congestión. Otras piezas no gozaron de tanta demanda a juzgar por los consumidores. ‘Mi esposa lo que quiere son los dichosos ‘charms’ de Pandora y me tiene haciendo fila a último momento’, confesó Raúl Quiles de Río Piedras.

El flujo regular de las personas, entre pasillos, escaleras y elevadores, fue normal. De hecho se avistaron varias parejas con sus hijos pequeños comprando ‘cosas de último momento’ para el festejo de Navidad. Lo cierto fue que la experiencia fue cómoda y placentera contrario a otros años.