‘Exigimos que este caso sea llevado como cualquier otro, hasta las últimas consecuencias’, declaró hoy la procuradora de las mujeres, Wanda Vazquez Garced, sobre la alegada falta de interés de la víctima en el caso de violencia doméstica que se levantó contra el representante Héctor Ferrer.

La procuradora se expresó sorprendida ante el presunto pedido escrito de Elisa Hernández al Secretario de Justicia para que las autoridades desistan de todo procedimiento criminal o administrativo contra Ferrer.

‘Es extremadamente preocupante para nosotros, cómo en este caso se desiste 48 horas luego de la emisión de una orden de protección’, declaró la procuradora en un comunicado de prensa.

‘Cómo sabemos que la misma no fue el resultado de la enorme presión pública que fue desbordada sobre ella? Cómo sabemos el efecto del alto sentido de culpabilidad que se descargó sobre ella? Se reconoce e interpreta la dinámica del ciclo de la violencia doméstica? Ciclo donde las víctimas/sobrevivientes luego de los incidentes perdonan, dan oportunidad a los agresores y son convencidas y manipuladas con justificaciones, cargando con toda la responsabilidad de los incidentes del abuso.’

La también fiscal manifestó su preocupación porque la propia Hernández reconoció en una misiva que divulgó la prensa que el incidente del pasado jueves representó un ‘doloroso capítulo’ y señaló muchas interrogantes como para que las autoridades despachen ‘tan livianamente’ el caso.

Vázquez Garced reiteró que la prioridad de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres es procurar el bienestar y tranquilidad de la perjudicada en este y todos los casos.

‘Elisa tiene nuestro apoyo, pero para ejemplo a otras mujeres que estén pasando por una situación similar y en la responsabilidad que nos da la Ley, exigimos que este caso sea llevado como cualquier otro, hasta las últimas consecuencias y que se tomen las decisiones que se tengan que tomar, alternativas múltiples hay y que estas tengan como finalidad la justicia para todos y todas y no para una parte solamente’, indicó la Procuradora de las Mujeres.

La funcionaria se cuestionó ‘las contradicciones sociales’ que existen ante este tipo de casos y la ‘forma tergiversada, confusa y dependiendo de la cara de la moneda (que) se habla de esta problemática social que viene atribulando a las mujeres’.

Instó a que se reconozca el maltrato distinguiendo y validando que no toda violencia a la mujer es un empujón, una bofetada, un halón de pelo o un puño, y se amplíe el ojo crítico sobre el perfil de un agresor.

‘Muchos de ellos son una cara en la sociedad y otra en la intimidad de la relación, que no todos gritan, pero muchos intimidan y juegan psicológicamente como mecanismo de control sobre su objeto de poder. Seamos genuinamente sensibles al ponernos en los zapatos de una víctima, pensar en sus horas sin descanso adecuado, su preocupación por el mejor bienestar de las menores, su estabilidad, y demás aspectos necesarios e indispensables para el bienestar familiar y de ella. Demostremos nuestro verdadero interés y genuino deseo de transformar la incidencia’, reclamó la procuradora.

De igual forma, instó a que cesen los cuestionamientos y penalizaciones de la víctima o sobreviviente cuando acude al sistema en busca de protección. Recordó que ‘todas las que componemos el sistema TENEMOS una responsabilidad ÉTICA de cumplir con nuestro deber al que hemos sido llamados a responder’.