El exjugador de baloncesto Dennis Rodman tiene previsto llegar hoy a Corea del Norte en lo que será su tercera visita al país comunista, donde permanecerá durante cinco días para preparar un partido de veteranos de la NBA dedicado a Kim Jong-un.

Rodman, según anunció a los medios los pasados días, viajará hoy desde Pekín a Pyongyang y participará hasta el día 23 en los preparativos del partido, que tendrá lugar el día 8 de enero con motivo del cumpleaños del líder norcoreano, al que considera su amigo.

En el encuentro participarán, según adelantó el que fue jugador de los Pistons y los Bulls entre otros equipos, antiguos jugadores de la NBA, aunque sus nombres son una incógnita por el momento.

El excéntrico exdeportista también confirmó que va a entrenar a la selección de baloncesto de Corea del Norte, tal y como anunció en septiembre tras su última visita al país asiático.

Rodman, que asegura buscar un mayor entendimiento con Corea del Norte a través de la ‘diplomacia del baloncesto’, llegará al país en un momento marcado por los cambios políticos tras la ejecución de Jang Song-thaek, tío del líder y exnúmero dos en la escala de poder.

En todo caso, estos cambios no han trastocado la agenda de Rodman, cuya visita también llega después de que Washington advirtiera del peligro de viajar a Corea del Norte por la detención a finales de octubre del turista Merrill Newman, de 85 años, al que Pyongyang liberó un mes y medio después.

Otro ciudadano estadounidense, Kenneth Bae, permanece retenido en Corea del Norte desde noviembre de 2012 por presuntamente realizar en el país actividades ilegales como misionero cristiano.

Dennis Rodman, que en sus entrevistas suele describir a Kim Jong-un como ‘un buen tipo’, instó meses atrás al líder desde su cuenta de Twitter a que le hiciera ‘un favor’ y liberara a Bae, aunque la petición no obtuvo respuesta.

Rodman se ganó la amistad del líder norcoreano, al que se considera fan de los Chicago Bulls, el pasado febrero cuando viajó a Corea del Norte para rodar un documental.

El exjugador ha sido hasta ahora uno de los escasos extranjeros que han mantenido contacto personal con Kim Jong-un desde que hace dos años tomara las riendas de este Estado hermético y totalitario.