Ya que estamos en un fin de semana de leyendas de las olas, hablemos un rato sobre una verdadera pionera del surf puertorriqueño. El que surfea por vocación, y hasta los que lo hacen por profesión, pueden dar fe que no es fácil para una mujer meterse al pico ante tanto hombre velando güira para coger una buena ola.

En el Siglo XXI el surfing nacional femenino ha despegado internacionalmente, pero en este deporte aún hay pasos que dar en cuanto a la igualdad de género. Después de todo, esto no es baloncesto o fútbol, en el que se puede hacer un itinerario para que el equipo masculino entrene a una hora y el femenino a otra. Aquí se foguea cuando hay olas, punto.

Adelante, Stephanie Cabrera.

‘Eso es así aún ahora, imagínate en los sesenta’, comienza a recordar la primera puertorriqueña en ganar un torneo de surf nacional, luego de que durante años esa categoría fuese dominada por estadounidenses radicadas en Puerto Rico.

Era el 1965 oel 1966 cuando por primera vez Cabrera entró al agua. No habían ‘leachs’, es decir, los cordones esos que van de la tabla al cuerpo del atleta, y la tecnología para el material con el que se hacía tablas no era tan sofisticada. Tabla que se iba suelta por ahí y acababa en el arrecife, tabla que volaba en cantos.

‘Nadie quería prestarme una tabla. Nadie. Las tablas se rompían de nada. Eso era por ahí pa’ abajo sin leach. Aparte de que, por favor, quién le iba a prestar una tabla a una nena?’, recordó, alzando las cejas, como burlándose, casi 50 años después de aquellas ‘macharranerías’ playeras.

El legendario Jorge ‘Machuca’ Figueroa, un surfer cuyo estilo estaba muy adelantado para aquella época, también tenía un sentido común y carácter social muy progresivo.

‘Me veía siempre ahí, pidiendo tablas y la gente me ignoraba. Me dijo un día: Tú quieres surfear? Le dije: Sí, ‘Machuca’! Eso es lo más que quiero en mi vida! Me dijo: Toma, vamos pa’l agua. Móntate ahí. ‘brazea’ así. Empuja la tabla de esta forma. Sumérgete. Párate. Incluso, cuando se metía a nadar hasta el pico, me decía que lo siguiera, y la gente empezó a darme ‘break’, a dejarme tomar olas por el respeto que le tenían a ‘Machuca’. Y pues el resto es historia’, rememoró Cabrera, con el mismo brillo en los ojos que el de la ilusión de aquel día.

‘‘Machuca’… Muchos saben que es leyenda, por lo que hacía en el agua, por el respeto que le tienen alrededor del mundo. Pero quiero que se sepa lo buen tipo que él era. Él era el corazón más noble que había en todo ese grupo de surfers de la vieja escuela. Gracias a ‘Machuca’ yo, y estoy seguro que mucha más gente, surfea’, suspiró.

Luego de que en el ’65 oen el ’66‘Machuca’ le prestara su tabla y le diera una cliniquita que le sirvió para seguir adelante, en 1967 Cabrera se convierte en la primera puertorriqueña en quedar entre las primeras tres a nivel nacional en tabla femenina ‘Open’. En 1969 conquista el primer puesto en un torneo nacional, siendo la primera atleta nacida en Puerto Rico en lograrlo. Y ella dice que en Puerto Rico hay condiciones para que más tableras desarrollen sus destrezas, aunque todo está en la atleta.

‘Lo bueno para nosotras es que el surf no se trata de fuerza muscular como tal. Según uno se desenvuelva en el agua, pues así será. Una cosa que a mí me ayudó mucho fue haber estado en el antiguo equipo de natación de las Niñas Escucha y también en el antiguo ‘Team’ de piscina de La Concha. Todo el tiempo estuve nadando, y pues ya cuando estaba de lleno en esto, pues había respeto en el agua, y podía surfear con más comodidad’, apuntó.

Cabrera, quien ahora reside en Chicago, estará este fin de semana en Rincón, como parte del LegendsSurf Classic Contest. Se espera también allá la presencia del legendario ‘Machuca’ Figueroa, una de las figuras deportivas quizá menos apreciadas en Puerto Rico, y parte de lo recaudado en el evento se utilizará por la Federación de Surfing de Puerto Rico para ayudar al icónico atleta en el tratamiento médico para la condición de salud que padece. Dirán presente además otras leyendas del surf nacional e internacional en esta histórica jornada.