Juegos Escolares, importante escalón deportivo (Columna)
Armenia, Colombia es la sede de los IV Juegos Escolares Deportivos Centroamericanos y del Caribe donde Puerto Rico tiene desde el viernes 132 atletas con la inspiración de traer la mayor cantidad de preseas para su nación.
Usted podrá preguntarse, qué importancia tienen estos juegos en el desarrollo deportivo para los atletas del patio? Les cuento…
Primero que todo, la confección deportiva de la delegación emula el patrón que utiliza una selección nacional adulta. La posibilidad de cambiar los criterios de clasificación existe por ser atletas escolares donde sus eventos están sujetos a su liga de Deporte Escolar que dirige el Departamento de Recreación y Deportes junto al Departamento de Educación. También toman en consideración otros criterios: las competencias bajo la Copa Olímpica del Comité Olímpico de Puerto Rico, y las clasificatorias realizadas por las diferentes federaciones con participación en las justas escolares. Un organigrama que cobija los principales entes nacionales del desarrollo deportivo nacional.
Durante el proceso, el atleta que tiene de 15 a 17 años de edad está expuesto a las presiones que un competidor adulto torea camino a unos Juegos Centroamericanos, Panamericanos u Olímpicos. Las noches sin dormir por los nervios, las mariposas en el estómago y el sudor incontrolable en sus manos son los principales síntomas de ansiedad que presentan cuando van a las clasificatorias con los mejores atletas que desarrollan las aulas del país. Nada diferente a lo que enfrentan los adultos.
Una vez con su preclasificación van a una segunda ronda donde su talento es evaluado por los gremios más importantes del deporte nacional. Las lesiones posiblemente llegan sin invitación previa por lo que el joven ya tiene su primera experiencia de ganarle a sus dolencias, emociones y a su contrincante.
La fiesta. El momento de las felicitaciones es clásico en el trayecto de estos atletas escolares. Los agasajos en las escuelas animan a su representante a dar lo mejor de sí en el ámbito internacional. Ya no es el nombre de la escuela tal, es el nombre de Puerto Rico lo que estará en su espalda, pecho y corazón. El orgullo es doble: Por la patria y n competidos adulto pasarque un competidos adulto pasarderaciones con participacipor mi escuela!
A todo esto se suman otros puntos importantes que van pasando paralelamente. El entrenamiento, la organización del material académico, los permisos de los padres y la búsqueda de la aportación económica del Gobierno para los gastos de la delegación.
El entrenamiento es fundamental. Va de la mano en la clasificación. Si se entrena bien, se conseguirá la medalla. Tienen bases de entrenamiento y fogueos.
En su mayoría los estudiantes disfrutan de un promedio académico privilegiado. Un logro que pone al atleta a organizar sus tareas con los profesores, así como lo hacen los adultos con las universidades o sus patronos.
La responsabilidad del Gobierno recae en dos áreas, el cuidado de los atletas por ser menores de edad y cumplir con todas las comodidades que se merece el seleccionado. Dos puntos que no hacen diferencia con una delegación adulta. Al contrario, los educan en la importancia que tiene aprovechar cada gestión para el bien de ellos.
El recorrido podrá ser extenuante para el lector que no está familiarizado con el tema. No obstante, es una explicación ligera de lo que es la construcción de un escalón deportivo importante en la vida de un atleta escolar.
Estos jóvenes son parte de la herencia que dejó en el 2007 un apasionado y amante del deporte, David Bernier, actual secretario del Departamento de Estado.
Él hizo que Puerto Rico fuera el fundador de los juegos que les hace honor a los estudiantes-atletas en Centroamérica. Así como incursionó la Liga Atlética Interuniversitaria en la década de 1970 con los Juegos Deportivos Universitarios. Dos eventos que proporcionan escenarios deportivos de relevancia en la preparación de nuestros futuros atletas olímpicos.
Este atleta tiene una peculiaridad. Entre sus metas deben tener la ilusión de romperle las marcas al corredor de 400 metros con vallas, Javier Culson; ganar oro en vez de plata en unos Juegos Olímpicos para sobrepasar el logro del luchador Jaime Espinal; o, convertirse en ese primer atleta exaltado al Pabellón del Deporte Internacional como lo hiciera hace semanas la taewondoista Ineabelle Díaz.
(Nota del editor: La autora de esta columna, Zacha Acosta, fue atleta de alto rendimiento, formándose tanto en el Albergue Olímpico como en competencias internacionales. Actualmente, es periodista y profesora universitaria)