La Fiscalía Federal en Puerto Rico enfrenta una demanda que revela un supuesto patrón de acoso laboral contra quienes radicaban quejas de discriminación en el empleo, o quienes no contaran con ‘la gracia’ de la jefa de Fiscalía, Rosa Emilia Rodríguez Velez.

Así surge del testimonio de Francisco Reyes Caparrós, quien fuera especialista en Inteligencia de esa oficina, como parte de la demandapor daños y perjuicios en la que alega represalias ilegales y discriminación por un periodo de dos años hasta que se vio forzado a renunciar en febrero de 2015.

La demanda de 34 páginas, presentada por las licenciadasJudith Berkham yMary Jo Méndez Vilella, da cuenta de un largo y angustioso patrón de acoso, como supuesta represalia por haber reportado a la oficina de Fiscales de Estados Unidos, en Washington D.C., una situación donde estaba amenaza la seguridad de una fiscal, a quien le fue recomendado el uso de un chaleco antibalas.

Esta gestión enfadó, sin embargo, a la Jefa de Fiscalía Federal, quien según la demanda lo citó a una reunión y le gritó,pese a que parte de sus funciones exigían que velara por la seguridad del personal. Inmediatamente, lo trasladó de oficina a otro piso y le quitó las funciones relacionadas a la seguridad.

Reyes Caparrós asegura que este cuestionamiento se le hizo por tratarse de una fiscal a quien se referían como ‘uno de los locos de la oficina’, por radicar previamente, una quejaante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC, por sus siglas en inglés). En la demanda, se alega que la alta gerencia denominaba ‘locos’ a aquellos fiscales o empleados que hubieran radicado este tipo de quejas de acoso o discriminación.

A partir de ese momento en 2012, la conducta de la Jefa de Fiscalía y de todo su personal de confianza comenzó a ser muy diferente hacia el demandante. Las alegadas represalias incluyen haberlo aislado de sus compañeros de trabajo al trasladarlo a un edificio separado a unos kilómetros de distancia de la oficina, despojarlo de las funciones para las que fue contratado, desacreditarlo y amenazarlo con una mala evaluación después de años de calificaciones sobresalientes.

Pero lo que inquietó más al demandante fue cuandovolvió de una licencia forzada en octubre de 2013, y se le informó que no podía acceder a su oficina porque había sido ocupada y acordonada por el FBI. Nunca se le informó por qué se había iniciado una investigación sobre su participación en una conferencia en Rusia.

La primera fiscal, María Domínguez, fue quien le informó que iba a ser colocado en licenciadebido a su ‘falta de juicio’, el mismo día en que fue interrogado por agentes de FBI sobre su participación en Rusia. Eso ocurrió debido a que Rodríguez Vélez le había indicado que él probablemente fue reclutado para ser un espía ruso, según información y creencias del demandante.