La exprocuradora de las Mujeres, María Dolores Fernós, exhortó al Estado a romper con los patrones abusivos contra las mujeres pobres, mediante la elaboración de políticas públicas que amplíen su círculo de liderazgo, y garanticen una educación sexual y reproductiva que les permita tomar decisiones sobre su propio desarrollo.

Durante el foro ‘Voces de la pobreza’, que se celebró en el día internacional de los derechos humanos el miércoles pasado, Fernós centró su discurso en los dos ámbitos donde las mujeres enfrentan la mayor desigualdad: la vida política y el núcleo familiar, donde se presentan los mayores escollos para el desarrollo socioeconómico de éstas.

Datos recientes muestran que el 57% de las personas desempleadas son jefas de familia, cuyas necesidades son muy particulares.

Distinto al mito de que la poca participación femenina en la política se debe al desinterés de las propias mujeres en ocupar posiciones de liderazgo, Fernós resaltó que en el ámbito comunitario, la mayoría de las líderes son mujeres. Se trata entonces de elaborar ‘políticas de Estado que amplíen el círculo comunitario y que no se quede el liderato de la mujer en el ámbito de la comunidad’.

Para ello, indicó que se debe capacitar a la ciudadanía para ejercer los derechos constitucionales. La participación política requiere enseñar a analizar las propuestas del Estado y de otros grupos de los sectores industriales, ‘desde nuestras vidas y nuestros intereses, y cómo nos afectan’ para responder a ellas.

También se trata de romper miedos. Mujeres líderes, como Carmen Warren, reconocen que su activismo ha provocado que el Estado tome represalia en el servicio de educación a su hija, quien pertenece al programa de educación especial dentro del Departamento de Educación. ‘Tenemos una historia de represalias, pero hay que empezar a quitar esos miedos porque si no, nunca vamos a cambiar nuestra realidad’, reconoció Fernós.

Advirtió, que es en el núcleo familiar, donde las mujeres ‘históricamente hemos estado sometidas a la autoridad patriarcal. En el ámbito reproductivo y doméstico se imponen responsabilidades a las mujeres que impiden en gran medida su desarrollo y desempeño equitativo’, argumentó para rápido dar un ejemplo: ‘cuando una niña de 13 años queda embarazada, su vida automáticamente se llena de escollos hacia su propio desarrollo por el resto de su vida, pero no le sucede igual al varón que la embarazó’.

Fernós urgió al Estado a adoptar políticas de educación sexual y reproductiva desde temprana adolescencia, así como de acceso a contraceptivos, y servicios de cuidado de infantes. ‘Sin eso es imposible que las mujeres puedan irse a trabajar’, explicó.

‘Para erradicar la pobreza hay que cambiar el sistema político, económico y social’, concluyó.

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