“High functioning depression”: un término no médico que causa duda entre los expertos
El concepto se utiliza, coloquialmente, para describir una persona que continúa con sus labores y responsabilidades diarias, pese a tener un gran sentimiento de desesperanza y tristeza.
A pesar de no ser un término médico, el “high functioning depression” se ha convertido en un término popular en sociedad para describir a las personas que padecen de depresión, pero continúan con sus labores diarias.
Luego de que April Simpkins, la mamá de Chelsie Kryst (Miss Universe de Estados Unidos 2019), se expresara en la final de Miss Universe sobre la depresión que padecía su hija, el término ha resurgido en la prensa. Kryst padecía de depresión y el pasado 30 de enero de 2022 se quitó la vida.
Pese al resurgimiento del concepto, el psicólogo clínico Ángel Alemán afirmó que “la depresión de alto funcionamiento” no es un término médico, ya que no está reconocido en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM, por sus siglas en inglés).
El concepto “high functioning depression” se utiliza, coloquialmente, para describir una persona que continúa con sus labores y responsabilidades diarias, pese a tener un gran sentimiento de desesperanza, tristeza, ansiedad y otros síntomas de la depresión. El doctor aclaró que el concepto que se alinea con la descripción de la depresión de alto funcionamiento es el “trastorno depresivo persistente".
El psicólogo indicó que la mayoría de los expertos están en contra de que se utilice “high functioning depression” como un término oficial, ya que no existe investigación sobre el concepto, y ya hay “un andamiaje que está probado” para tratar a los pacientes.
Según Mayo Clinic, este trastorno, antes conocido como “distimia”, es una forma de depresión continua y a largo plazo. Asimismo, señala que es posible que se pierda interés en las actividades normales de la vida cotidiana, que haya desesperanza, improductividad, baja autoestima y una sensación general de ineptitud. Estos sentimientos duran años y pueden afectar las relaciones y desempeño en la escuela, en el trabajo y en las actividades diarias.
“Este trastorno recoge gran parte de lo que se le llama ‘high functioning depression’, y es cuando una persona tiene un estado de ánimo deprimido, durante la mayor parte del día, y se va desprendiendo de la observación por parte de otras personas. Tiene una duración mínima de dos años. En el caso de los niños adolescentes, ese término cambia, y tiene una duración mínima de un año”, explicó Alemán en entrevista con NotiCel.
El psicólogo criticó la desinformación y autodiagnósticos que se promueven en las redes sociales.
“Este término (depresión de alto funcionamiento) ha surgido a través de las redes y los medios, y la realidad es que está incorrecto. Tenemos una cultura de autodiagnóstico, y esto trae otro problema, ya que tenemos a personas no capacitadas, a través de las redes sociales, dando consejos de salud mental sin tener realmente la capacidad y preparación que tienen los profesionales en salud mental”, indicó Alemán, quien también es profesor en la Universidad Albizu en Mayagüez.
La psicóloga y profesora de la Universidad Webster en Missouri explicó, en entrevista con The Washington Post, que utilizar “high functioning” se puede malinterpretar para que las personas piensen que es una depresión “menos seria”. Asimismo, señaló, en el periódico estadounidense, que le preocupa lo que pueda pasar si el término se comienza a popularizar.
Depresión clínica
Como parte de la explicación, el doctor señaló que en otros casos se puede presentar una depresión clínica como episodios recurrentes o espontáneos que suceden mucho tiempo después del anterior.
“Aquí puede haber un episodio único severo. Así que, se puede dar un episodio que provoca estar hundido y mal. Sin embargo, se da el tratamiento correcto, y puede regresar a un buen estado y estar un montón de tiempo sin que ocurra otro. Mientras que el trastorno depresivo persistente siempre está ahí. Puedes salir con tus amigos, ir a trabajar y seguir tu vida, pero esos síntomas siguen persistentes en tu diario vivir”, señaló el doctor.
Pese a las diferencias en ambos tipos de depresiones, el psicólogo afirmó que ambas constituyen un nivel de alerta.
“Últimamente, uno de ellos me causa un poco más de preocupación, y son las personas que se autodiagnostican con ‘high functioning depression’ , porque no ven peligrosidad a través del tiempo, y no buscan ayuda. Simplemente, no buscan ayuda y esto puede desencadenar en un montón de problemas en el futuro. No obstante, a nivel clínico, ambos son vistos con la misma peligrosidad, y se atienden de maneras similares”, compartió Alemán.
Parte de los síntomas de la depresión clínica es la baja autoestima, poco apetito, apetito en exceso, insomnio, poca energía, fatiga, cansancio, baja autoestima, falta de concentración y un sentimiento de desesperanza. El doctor señaló que, en cualquier tipo de depresión, resulta vital abordar el tema con seguridad y “sin rodeos” al momento de ayudar a una persona que presente síntomas.
“Si conocemos a una persona, sabemos una línea base del comportamiento de la persona, y esto nos permite identificar cambios paulatinos o cambios abruptos en el pensar o comportamiento de esa persona. No es como que pasa de la nada; el decir que la persona no demuestra nada yo creo que es un mito. La persona lo demuestra, pero solo se da cuenta el que sabe escuchar y presta atención a lo que hace otro ser humano, y sin palabras la persona ya puede saber. Es bien poco probable que alguien que padece de depresión lo diga sin que le pregunten. Hay que ir directo al grano, y dejarle saber a la persona que existen múltiples recursos de ayuda, y dejarle saber tu disposición y decirle: ‘¿quieres que te acompañe a recibir ayuda? Quizás no tengo los recursos, pero tengo unos oídos para escucharte y tengo unos brazos para abrazarte, pero si tengo que llevarte a un proceso de esta naturaleza, vamos’. Hay que ir sin rodeos”, explicó el profesor.
Luego que la persona decide recibir ayuda, el profesional de salud mental se encargará de hacer el diagnóstico para constatar la severidad. Posteriormente, se entra en un plan de tratamiento que, normalmente, incluye psicoterapia, que es “una práctica basada en la evidencia para tratar el trastorno depresivo”. Asimismo, en ocasiones se combina la medicación con la psicoterapia, ya que, según Alemán, se ha visto que el junte de ambas deja buenos resultados.
El doctor recomendó establecer rutinas, implementar una buena alimentación y pasatiempos para reducir la depresión. De igual manera, Alemán señaló que el ejercicio de baja y moderada intensidad, como media hora al día (mínimo), ha probado ser “bastante efectivo” en personas que padecen de depresión.
Si siente que está pasando por una situación similar y quiere recibir ayuda, puede comunicarse a la línea PAS de la Oficina de Calidad de la Administración de Servicios de Salud y Contra la Adicción (ASSMCA) al 1-800-981-0023.