La fiscalía en el caso federal contra Pablo Jose Casellas Toro, representada por Andy Camacho y Michael Gilfarb, del Distrito de Florida del Sur, culminó este miercoles la presentación de su prueba en el tercer día de juicio.

El Ministerio Público determinó así no sentar a 8 testigos de los 19 que había citado para el caso. Ambos fiscales entrevistaron a 11 personas que declararon en la sala 3 del Tribunal Federal en Hato Rey.

De esta forma, el jueves, el representante legal del excorredor de seguros, Francisco Rebollo Casalduc, presentará a su único testigo, el criminalista especializado en reconstrucción de escenas donde hubo disparos, Lucien Haag.

Para este testimonio, la fiscalía federal solicitó la presencia de tres de sus testigos, el agente del FBI, Rubén Marchand Morales; el agente de la Policía adscrito al FBI, Rafael Díaz Berrios; y el examinador de armas de fuego del Instituto de Ciencias Forenses, Carlos del Valle Arroyo.

Este fue el último testigo de fiscalía quien aseguró que tres de los casquillos recuperados en el interior del automóvil de Casellas Toro el día del supuesto ‘carjaking’ (17 de junio de 2012) fueron disparados de una pistola Ruger 380 que se recuperó en su residencia el día que se reportó el asesinato de su esposa, Carmen Aracelis Paredes Cintrón.

Indicó también en su testimonio que otros tres casquillos que se levantaron en la escena del robo de vehículo a mano armada en un camino del Club Metropolitano de Tiro, en Toa Baja, fueron disparados de una pistola Whalter calibre 22, arma que también se recuperó en su casa, ubicada en la Urbanización Tierralta III, en Guaynabo.

Marchand Morales fue otro de los que declaró este miércoles frente a las 8 mujeres y 4 hombres que integran el panel del jurado.

En su testimonio, el funcionario federal señaló que al menos tres de los disparos en el carro del acusado, un Acura MDX negra, fueron hechos desde el interior del vehículo.

‘Los disparos no son consistentes con haber sido desde afuera. Son consistentes con haber sido desde el interior’, resaltó el agente en la sala que preside el juez de West Virginia, Joseph Goodwin.

Estableció, además, que otros cuatro disparos se hicieron desde el exterior del carro, impactando así partes de la consola y asientos de conductor y pasajero.

El agente dijo también que luego del allanamiento al vehículo se encontró manchas de sangre ‘como si hubiesen sido esparcidas’ por algunas áreas del carro.

Por otra parte, Giselle Rivera Cintrón, investigadora del Instituto de Ciencias Forenses, confirmó que las dos armas que el hijo del juez federal Salvador Casellas Moreno reportó robadas, una German Sport (rifle) y una FN Five Seven 5.7, aparecieron en un cuarto en su casa el día en que se reportó el asesinato de su esposa, Carmen Aracelis Paredes Cintrón.

Una vez la defensa presente a su único testigo, las partes presentarán las argumentaciones finales y el juez impartirá las instrucciones al jurado. De ahí en adelante, el panel se retira a deliberar.