Dieciocho mujeres entraron en la cámara como diputadas, el mayor número en la historia parlamentaria iraní, mientras que tan solo 16 clerigos chiíes fueron elegidos diputados, a diferencia de los 27 del Parlamento saliente.

En una ceremonia conuna inusitada presencia de la prensa internacional, los nuevos diputados y diputadas, salidos de las elecciones del pasado 26 de febrero y de la segunda vuelta del 29 abril, asumieron sus bancas y formaron el Parlamento iraní más ‘liberal’ en más de una década.

Este simbólico cambio quedó empañado sin embargo por los intentos de los sectores conservadores de anular la elección de una de las legisladoras debido a la publicación de unas fotos suyas sin velo durante un viaje al exterior del país, caso cuya resolución definitiva aún está pendiente.

Todas las electas son ‘reformistas’, quienes ahora son la fuerza mayoritaria en la cámara. Este grupo apoya una apertura al mundo y mejoras en las relaciones con Occidente. Enla pasada legislatura tenían tan solo 9 escaños y esta vezcimentaronsu triunfo con un éxito absoluto enTeherán, la circunscripción más grande y disputada del país.