El antiguo redactor jefe del clausurado diario británico ‘News of the World’, Ian Edmondson, fue condenado hoy por un tribunal británico a ocho meses de prisión por su papel en el escándalo de las escuchas telefónicas.

Edmondson, de 45 años, había admitido ante la corte penal londinense de Old Bailey que practicó escuchas ilegales durante su etapa en el periódico del magnate Rupert Murdoch.

Según su confesión, el redactor jefe del tabloide entre 2005 y 2010 colaboró con el investigador privado Glenn Mulcaire para pinchar los buzones de voz de estrellas del deporte, actores y políticos.

Edmondson relató ante el juez que a raíz del escándalo ha perdido su casa, atraviesa una depresión y es dependiente del alcohol.

El antiguo responsable del periódico estuvo sentado entre los acusados desde las primeras jornadas de un proceso en el que su antiguo jefe, Andy Coulson, exdirector del ‘News of the World’, fue condenado a 18 meses de cárcel en julio.

Edmondson estaba acusado de haber encargado a Mulcaire al menos 334 pinchazos, entre ellos al músico Paul McCartney, a los actores Jude Law y Sienna Miller, y a la exministra de Cultura Tessa Jowell.

La Fiscalía relató en el juicio que el antiguo redactor jefe llegó a pinchar los teléfonos de sus propios jefes.

‘Había una cultura muy agresiva para captar noticias. Parece que los fines justificaban los medios para conseguir historias en un mercado extremadamente competitivo’, dijo el fiscal Mark Bryan-Heron.

La abogada de Edmondson, Sallie Bennett-Jenkins, aseguró por su parte que su cliente tenía instrucciones directas de sus superiores para ‘utilizar a Mulcaire’.

En su sentencia, el magistrado John Saunders dijo que Edmondson solo puede ‘echarse la culpa a sí mismo’ por su situación.

‘Estoy satisfecho de que esté sufriendo una depresión y otros problemas médicos. El señor Edmondson fue despedido de su trabajo en el ‘News of the World’ y ha perdido su reputación como periodista’, dijo el juez.

‘La lista de víctimas del ‘hacking’ en el que estuvo involucrado Edmondson incluye a celebridades, políticos y a una persona que era famosa por sus vínculos con la familia real’, continuó.

Para Saunders, ‘tomados en su conjunto, todos ellos representan una invasión de la privacidad substancial que ha provocado malestar en muchas personas, la mayoría de las cuales no se puede decir que hayan buscado publicidad con este caso’.