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Economía

La Perla se alimenta de pan con aroma a comunidad (galería)

'Este barrio no es como lo pintan en la televisión o en otros lugares, eso es un estereotipo. Yo llevo once años viviendo aquí en La Perla, y mi hija y mi esposa son criadas aquí, y nunca he tenido problemas con nadie de la comunidad. Negocios como este ayudan a quitar esa imagen. Sí, estamos aportando para que la imagen de La Perla cambie', dice Rafael Rivera Silva.

Con su delantal de panadero colgándole del cuello y una caja repleta de pastelillos de guayaba en la mano izquierda que reparte a todos los presentes, el residente del barrio La Perla celebra la inauguración de su nuevo negocio.

Con la apertura de la Panadería La Perla, se ve un rastro de esperanza. Al menos así lo perciben la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz Soto, y el aspirante a la gobernación y empresario Manuel Cidre. Ambos frente al podio, subidos a un terreno baldío de cemento al borde de una de las calles del barrio del Viejo San Juan elogian a los residentes que de la mano a su Junta Comunitaria se han lanzado a la tarea de administrar un nuevo negocio para la comunidad.

Se trata de una panadería que es a la vez una de las once cooperativas en Puerto Rico propiedad de sus trabajadores, en la que el trío de residentes del barrio, Rivera Silva junto a Ruth Rodríguez y Abraham Martínez, son a la vez empleados y co-dueños. Con la venta de pan soba'o e integral, productos de repostería como quesitos, donas y pastelillos, y servicios de entrega, el negocio abrirá sus puertas oficialmente el próximo lunes, 7 de marzo, con unas 400 libras de pan.

A su vez, pretenden abastecer a una ambiciosa cantidad de clientes que ya les asegura el Municipio de San Juan. Solo faltan unos papeles por firmar, pero Tito Otero -empleado del Municipio- hará a la novel panadería suplidora oficial del Municipio para que su pan sea alimento de la Casa Alcaldía y de un sinnúmero de actividades municipales. A la vez, una estrecha conversación con el sector gastronómico del área del Viejo San Juan permitiría que este pan 'Perla' –un pan con aroma a comunidad– supla las mesas de los restaurantes del casco histórico.

Con un incentivo semilla de $45 mil del Municipio, provenientes de los fondos que se han utilizado hasta ahora para que florezcan en San Juan unos 97 negocios, lo que en un momento sonaba como un sueño –incluso recibió la suspicacia de los residentes del barrio para los que las palabras ya venían huecas, enfermas de promesas sin cumplir– ahora se convierta en realidad.

'Entendemos que el desarrollo social comunitario nace de iniciativas como esta. Esto toca la vida de la gente en muchos sentidos, en el desarrollo económico y social. Cuando uno se gana lo que uno tiene por su esfuerzo nadie lo puede chantajear, nadie lo puede comprar', dice Cruz Soto, con una sonrisa que se niega a desaparecer.

Luego de ese primer arranque monetario, fue el incentivo del candidato independiente Manuel Cidre y su panadería Los Cidrines, quienes donaron todo el equipo, con una línea de crédito para la compra de materiales y rebajas en su popular empresa. 'A mí no me deben nada', asegura Cidre.

A su vez, cada libra de pan o quesito que se compre será una forma de reinvertir en la comunidad. En el modelo de negocios implantado en la Panadería La Perla, la Junta Comunitaria es socia, y el 20% de todo lo que se recaude será destinado a la Junta y por consiguiente, a mejoras sociales en la comunidad.

'Estamos siendo muy bendecidos a través de esta administración y mucha gente que nos ha ayudado', asegura Ángel Marcano, presidente de la Junta Comunitaria de La Perla. 'Cuando empezamos como Junta teníamos un sueño, somos soñadores, sabíamos que el Gobierno no podía sustentarnos tanto, rápido nos apropiamos de la idea, se la sacamos de sus manos y la hicimos nuestra', dice.

La Panadería ubica actualmente en un local de la comunidad que alquilan a uno de sus residentes, aunque tienen miras a expandirse. El Parque Luis Muñoz Marín, que sirve como incubadora para negocios, y la Plaza San José, que la Alcaldesa propone como centro para vender pan y golosinas, son dos alternativas. La idea es crear 'un ecosistema de negocios', dice, 'una cadena de producción que le aplica a manos puertorriqueñas'.

Cidre, propietario de su propia panaderías, se involucra además en orientar a los noveles empresarios, sobre todo con el peritaje de administrar el negocio. Aunque en sus iniciosfermentarán y hornearán el pan a base de una masa congelada, Cidre espera que en un futuro puedan prepararlos desde cero dentro de un local más grande.

Cidre abraza a Ruth Rodríguez, quien prefiere quedarse callada ante la prensa. 'Ojalá yo tuviera gente que hablara tan poco como ella e hiciera tanto, en la persona de Ruth y su equipo de trabajo se materializa una esperanza', expresa el empresario. El candidato que en el pasado ha sido crítico de quienes dependen de los incentivos gubernamentales para subsistir, aprovecha la coyuntura para tocar el tema.

'Mi reto personal es que en Puerto Rico la gente descubra que se gana más dinero trabajando que dependiendo. No es un sueño, es un ejemplo de lo que podemos capitalizar. Diecisiete mil reclusos tiene el país y el común denominador es el ocio. Vamos a ponerlos a trabajar', dice.

'La mayoría de la gente le piden a uno trabajo', se apresura a añadir la Alcaldesa. 'Esa noción de que la gente en este país son unos vagos y lo que queremos es vivir del mantengo… cosas como estas dan al traste con esa imagen que quieren que nosotros nos creamos de nosotros mismos. Las mujeres y hombres quieren criar bien a sus hijos, la comunidad puede unirse sin distinción de colores', opina.

Los dos, quienes actualmente participan del ruedo político, aseguran que ese tema estuvo fuera de las conversaciones. 'Nunca hemos tenido una conversación de política partidista, siempre hemos tenido conversaciones de gente, de cuál es la agenda que puede el Gobierno ser plataforma para que la gente se apodere del Gobierno', dice Cruz Soto.

'Lo que aquí sin duda se respira es que primero es la comunidad, primero el pueblo', añade Cidre. '[Era una forma de] apoderarnos de nuestra comunidad, de cómo La Perla se iba desprendiendo de la dádiva gubernamental y política y se convertía en un proyecto de autogestión, [en el que el] éxito de ellos, dependió de su esfuerzo y compromiso… La responsabilidad social no es dar un cheque, es ayudar a levantarlos, es compartir con ellos lo que aprendimos', concluye.

    

(Brandon Cruz para NotiCel)
Foto:
(Brandon Cruz para NotiCel)
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(Brandon Cruz para NotiCel)
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