Optimista la Reserva Federal ante las vísperas del nuevo año
Washington - La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) celebrará el martes y miercoles su última reunión del año, la penúltima de Ben Bernanke como jefe del banco emisor y la primera en la que se podría anunciar el comienzo del fin del estímulo monetario.
Los buenos datos de crecimiento y empleo podrían permitir a la Fed anunciar un primer paso para deshacerse poco a poco el programa del compra de bonos de hasta 85,000 millones de dólares mensuales, que ha sostenido los mercados, que en 2009 tocaron su nivel más bajo en doce años.
Con los tipos cercanos a cero desde finales de 2008 y las continuas inyecciones de liquidez, la economía de Estados Unidos se arriesga a volverse adicta a esta medicina, por lo que la Fed se enfrenta a la complicada tarea de retirar el estímulo no demasiado temprano ni demasiado tarde.
En la próxima reunión de dos días del Comité del Mercado Abierto, los gobernadores de la Fed tendrán sobre la mesa un conjunto de buenos datos económicos que podrían justificar un primer paso fuera de la política monetaria expansiva.
El desempleo se situó en noviembre en el 7 %, su mejor nivel en cinco años, y la tasa de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en el tercer trimestre fue del 3.6 % en tasa anualizada, el mejor dato desde el primer trimestre de 2012.
Otro elemento estabilizador, es el acuerdo en el Congreso para aprobar definitivamente, probablemente esta semana, un plan presupuestario hasta 2015 que aleja el temor de más parálisis administrativa y aporta certidumbre.
No obstante, la inflación en los últimos doce meses hasta octubre se situó en el 1 %, a su nivel más bajo desde finales de 2009 y muy por debajo del objetivo del 2 % fijado por la Reserva Federal y un motivo de preocupación para los miembros del Comité de Mercado Abierto.
Wall Street vivió una semana a la baja, algo que podría indicar que los inversores apuestan porque la Fed va a anunciar el comienzo de la reducción de los estímulos monetarios, aunque los analistas están divididos sobre si ese primer paso lo tomará el saliente presidente del banco central, Ben Bernanke, que en enero encabezará su última reunión, o su sustituta, Janet Yellen.
Bernanke, que cederá el relevo al frente de la Fed el 31 de enero, abandonará la institución tras contribuir con sus política expansiva a que Estados Unidos haya salido de la recesión y que el mercado inmobiliario y el consumo se hayan recuperado.
No obstante, la primer economía mundial sigue coqueteado con la deflación, lucha contra el desempleo de largo plazo y la falta de inversión privada para apuntalar un circulo virtuoso hasta el momento basado en el dinero barato.
Bernanke ha prometido que la Fed comunicará de manera adecuada a los mercados los pasos de salida del estímulo monetario, con el fin de evitar la volatilidad y las peligrosas especulaciones.
Previsiblemente, Yellen será confirmada en su puesto por el Senado esta semana entrante, lo que daría certidumbre a los mercados que ven en esta economista de 67 años un símbolo de continuidad y que será la responsable de guiar el banco central hacia la normalización.
Yellen, la actual número dos del banco emisor, ha estado implicada desde el comienzo en el diseño de las políticas de estímulo económico durante una de las peores crisis económicas en los 100 años de historia de la Fed.
En noviembre, Yellen aseguró en su audiencia de confirmación en el Senado que el plan de estímulo monetario estadounidense continuará el tiempo necesario y, 'por el momento, los beneficios superan a los costes'.