Las razones para que los adultos boricuas resisten tratar sus enfermedades mentales (documento)
Las mujeres en Puerto Rico superan a los hombres en enfermedades mentales serias o trastornos psiquiátricos, y suelen ser más dependientes a la nicotina frente a los varones, quienes mostraron una mayor prevalencia en el abuso de drogas.
No obstante, la creencia de que estos problemas mentales se resolverían solos o por su cuenta impidieron el acceso a tratamientos de salud profesional.
A estas y otras conclusiones llegó un estudio que evaluó las necesidades para investigar las tasas de enfermedades mentales graves y trastornos por consumo de sustancias entre la población adulta de Puerto Rico del Instituto de Investigaciones de Ciencias de la Conducta del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (RCM-UPR).
El estudio publicado en diciembre de 2016, y recientemente discutido por la Coalición Para la Prevención de las Enfermedades Mentales, tomó como muestra a 3,602 personas adultas entre los 18 a 64 años de edad mediante entrevistas realizadas entre 2014 a 2016. Los principales hallazgos se dividieron en tres áreas: serias enfermedades mentales, trastornos psiquiátricos, y trastornos por consumo de sustancias.
Enfermedades mentales serias
Un estimado de 165,497 adultos necesitan servicios de salud por una enfermedad mental seria. Si se segmenta la prevalencia de estas enfermedades por género, las mujeres (4.2 %) tiene tasas levemente más altas que los hombres (3.1%). Las personas con estas enfermedades se concentraron entre la región noreste y San Juan, de acuerdo a la división por regiones aplicada por la Administración de Seguros de Salud (ASES) para 2012.
El grupo entre 26 a 64 años de edad mostró el por ciento más alto entre quienes cumplen los criterios para recibir tratamiento especializado. Sin embargo, las barreras que le impiden acceder a tratamiento se concentran en la creencia de que el problema se resolverá solo (63%) o porque desean resolver el asunto por cuenta propia (61.2%).
Un estimado de 25,732 adultos (15.5%) presentaban una seria enfermedad mental al tiempo que sufrían de un desorden o abuso de sustancias.
Se considera que alguien sufre de una enfermedad mental seria si en la actualidad o en cualquier momento durante el último año ha tenido un diagnóstico mental, conductual o emocional de duración suficiente para cumplir con los criterios diagnósticos del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Tercera Edición, Revisado (DSM IV), que resultó en un deterioro, que interfiere o limita sustancialmente el papel o el funcionamiento de la persona en la familia, el trabajo, relaciones o actividades comunitarias.
Trastornos psiquiátricos
Los trastornos psiquiátricos se agruparon en tres categorías principales: trastornos del estado de ánimo, ansiedad o neuropsiquiátricos del desarrollo (trastorno por déficit hiperactividad). Se excluyeron los trastornos por uso de sustancias en estas tasas de prevalencia.
En Puerto Rico, aproximadamente dos de 10 adultos entre los 18 to 64 (18.7%) sufren un trastorno de este tipo, siendo los más comunes los de ansiedad, que afectó a 12.5% de esta muestra. Le siguen los trastornos de ánimo con un 10.4%; y uno de cada 10 adultos (9.7%) vive un serio desorden de depresión. Adultos entre 46 a 64 años fue el grupo con mayor prevalencia de desórdenes psiquiátricos (8.5%)
En general, un 10.5% de las mujeres en Puerto Rico cumplieron los criterios diagnósticos de
trastorno psiquiátrico, en comparación con el 8.2% de los hombres. Se observó una diferencia estadísticamente significativa por género (p.05) en las tasas de prevalencia de depresión mayor, distimia y ansiedad general. Las mujeres tienen más probabilidades de ser diagnosticadas con estas condiciones que los hombres.
Trastornos por consumo de sustancias
Alrededor de 57,301 adultos in Puerto Rico (2.5%) necesitan servicios para trastornos mentales por consumo de sustancias. El 11.5% de la muestra bajo estudio cumplió los criterios para ser diagnosticados con estos.
Entre las sustancias tomadas en cuenta se dividió la muestra entre quienes abusaron del alcohol, dependen de la nicotina u otras sustancias. El grupo entre los 26 a 45 años de edad mostró las mayores tasas de prevalencia para abuso de sustancias (5.1%). La dependencia de la nicotina se ubicó en el mismo lugar que el abuso de alcohol con 2.4%, mientras 1.5 % mostró algún desorden
en el suo de drogas (1.5%).
Respecto al alcohol, cinco de 100 adultos(5.2%) cumplieron los criterios del DSM IV sobre abuso de alcohol y 1.5% cumplió los criterios de dependencia de alcohol. Se estima que siete de 10 adultos (69.8%) no recibieron tratamiento para su dependencia de alcohol en un año.
Por otro lado, uno entre 20 adultos en Puerto Rico (5.1%) mostró dependencia en la nicotina.
Sobre la drogodependencia, el estudio muestra que cerca de seis de 10 adultos (56.4%) no recibieron tratamiento para ello en un año. Los hombres ocuparon el mayor porcentaje (48.7%) sin tratamiento para los desórdenes por dependencia en las drogas.
Se observó una diferencia estadísticamente significativa (p.05) en las tasas de prevalencia de dependencia de nicotina, abuso de alcohol, dependencia de alcohol y abuso de drogas. Las mujeres entre 18 y 64 años tenían menos probabilidad de ser diagnosticados con un trastorno por uso de sustancias que los hombres.
Más de siete de cada 10 adultos con dependencia de sustancias identificaron tres creencias comunes que le impidieron buscar tratamiento: el problema mejoraría por sí solo (78.9%), querían manejar sus problemas por cuenta propia (72.4%) y el tratamiento no funcionaría (71.7%).
Estudio RCM UPR diciembre 2016_26310