Desde el 2008, un nuevo culto de mercadeo multinivel fue fundado por el empresario filipino, Bernardo Chua, bajo promesas de cafe curativo y la oportunidad de hacerte rico por medio del reclutamiento de distribuidores que sean capaces de maximizar las ventas de productos con ganoderma.

La marca Organo Gold llegó a Puerto Rico, y aunque la empresa aparece ambiguamente registrada en el Departamento de Estado, sus distribuidores independientes no están documentados como comerciantes el Departamento de Hacienda, ni pagan impuestos por lo generado en su negocio multinivel.

El supuesto capítulo de Puerto Rico de Organo Gold se anuncia en distintos foros cibernéticos y hasta en el medio noticioso escrito El Vocero.

Como parte de la búsqueda, NotiCel logró contactar algunos de los denominados ‘distribuidores independientes’ de Organo Gold. Uno de éstos admitió que no están registrados como comerciantes en Hacienda.

‘Nosotros no pagamos impuestos, ni cobramos impuestos sobre el producto’, explicó el distribuidor local de Organo Gold, Luis Delgado, en entrevista con este medio digital.

‘Lo que cobramos es el servicio a la persona (consumidor o consumidora). No se cobra el impuesto de ninguna índole, ni a nosotros ni al público. A las personas se les vende el producto al precio que la compañía sugiere. Sin embargo, cada persona que quiera montar un negocio (al detal), ya esa persona tiene que hacer los trámites para operar el negocio’, añadió Delgado, quien publica anuncios en Facebook en busca de otros potenciales distribuidores que se activen bajo su auspicio y el ID de distribuidor (10000505160).

Aunque Ortiz reclamó que el pago de impuestos se hace sólo si se establece un negocio formal, lo cierto es que la política de esta empresa con sede en Canadá y Estados Unidos, plantea que la venta de sus productos se basa en la distribución independiente y éstos no se pueden conseguir en comercios al detal.

Asimismo, tanto la empresa, como quienes abrazan el concepto y se convierten en distribuidores, reclaman ser un negocio multinivel y niegan rotundamente formar parte de un esquema ilegal de pirámide.

A pesar de las varias similitudes entre el esquema piramidal y el mercadeo multinivel, una de las principales diferencias estriba en el hecho de que, mientras en el primer modelo (ilegal) se genera dinero por sólo reclutar promotores o distribuidores, el segundo acercamiento (legal) comercial también incluye reclutamiento, pero reclama que las ganancias individuales estarán basadas en las ventas del producto.

A tono con ese tipo de mercadeo, en Puerto Rico ya no es extraño ver gente bombardeando las redes sociales y centros comerciales para buscar personas que se conviertan en distribuidores independientes de Organo Gold.

‘Yo hice mi trabajo mínimo de traer dos personas. A mí me pagan por eso semanalmente. Tengo un muchacho jovencito que pone más esfuerzo que mis otras personas y gana más dinero y la compañía lo compensa pagándole un carro’, dijo a NotiCel una persona que se anuncia en El Vocero y se identificó como Rodolfo, y que objetó el uso del término ‘reclutar’ para describir el negocio multinivel de Organo Gold.

Para convertirse en un distribuidor de Organo Gold, la persona deberá pagar una membresía de $49.95, que incluye un ‘Business Entry Kit’.

‘Con comprar la membresía, no se gana nada. Puedo tener 1000 personas en mis redes, pero si sólo 100 consumen, voy a ganar dinero sólo por esas 100 personas. El ‘core’, la base tiene que ver con el consumo mensual’, añadió Rodolfo, cuyo nombre coincide con el de un joven de Puerto Rico que promociona el producto a través de Facebook.

Es decir, el promotor o distribuidor hará lo posible para que el ‘reclutado’ adquiera alguno de los paquetes de productos que se venden en la página oficial de Organo Gold.

En ese dato es que precisamente surge la duda en torno a la legalidad de Organo Gold y su modelo multinivel. A menos que el nuevo distribuidor reclutado sea un diestro en las ventas y mercadeo, el café adquirido podría fallar en encontrar consumidores. No obstante, el ‘patrocinador’ continuará ganando dinero por el mero hecho de haber reclutado a alguien que compró uno de los paquetes de ofertas.

Igualmente problemático es el hecho de que los ‘milagrosos’ productos de Organo Gold parecen ser demasiado especiales como para venderse en farmacias, supermercados, o ser recetados por médicos.

Organo Gold se promociona como un producto milagroso y curativo basado principalmente en la inclusión del ganoderma, uno de los derivados del hongo ganoderma lucidum.

En varios lugares del mundo, los representantes y distribuidores independientes de Organo Gold convocan conferencias con el fin de reclutar distribuidores, al tiempo que les resumen los principales argumentos de mercadeo, basados en los componentes ‘curativos’ y ‘milagrosos’ de los productos de la empresa.

En el caso de Puerto Rico, algunos de los lugares de encuentro y reclutamiento son el Hotel Conrad del Condado y el Centro de Convenciones de la Policía, localizado en la Carretera PR-1 en dirección de Río Piedras a Caguas.

Según se constata de las imágenes y videos de estos eventos en Estados Unidos y Puerto Rico, las charlas de Organo Gold son brindadas por comunicadores carismáticos que le venden villas y castillas a personas, y prometen una vida de lujos, que incluye la posible adquisición de un Mercedes Benz que podría ser pagado por la empresa, si el distribuidor o distribuidora cumple con unos requisitos mínimos de venta mensual.

Si bien el registro del Departamento de Estado presenta a dos empresas identificadas como Organo Gold International (2008) y Organo Gold Puerto Rico (2010), ambas presentan direcciones residenciales y no han brindado informes anuales desde sus respectivos años de fundación.

Organo Gold no produce el café ni el resto de los productos. Éstos se ordenan desde China sin que se especifique la cantidad de ganoderma, y sin que exista constancia de los reclamos medicinales que se hacen en las conferencias de avivamiento celebradas en distintas ciudades del mundo.

Reclamar virtudes curativas y medicinales a nivel comercial, pero sin la debida evidencia constituye un delito federal.

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