Mientras, el presidente de la Comisión de Hacienda, Jesús Santa Rodríguez, advierte que son «altísimas» las posibilidades de que la JSF adopte su propio presupuesto y responsabiliza al Senado.

La Cámara sigue sin aprobar el presupuesto recomendado para el próximo año fiscal.

Pese a que ya incumplió con el límite impuesto por la Junta de Supervisión Fiscal (JSF), que había dado hasta ayer, lunes, a la legislatura, para aprobar el proyecto, la Cámara tampoco consideró hoy el sustitutivo de las resoluciones conjuntas 307 y 337, que da paso al presupuesto 2023.

Mientras, el presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara, Jesús Santa Rodríguez, aseguró a Noticel que son «altísimas» las posibilidades de que la JSF adopte su propio presupuesto, debido a que el Senado «no tiene los votos para aprobar las dos medidas (la otra es el de las foráneas).

Un sonriente y camaleónico presidente de la Cámara, Rafael Hernández Montañez, encabezó en la tarde de hoy una corta sesión (comenzó poco después de las 5:00 y duró menos de una hora), que terminó sin la aprobación del proyecto (ni el de las foráneas), ya que no fue incluido en el orden de los asuntos a tratarse.

En el hemiciclo se informó que los trabajos se reanudarán mañana a partir de la 1:00 de la tarde.

El tiempo transcurre y eso hace que, según Santa Rodríguez, sean «altísimas» las posibilidades de que la Junta apruebe y certifique su propio presupuesto, lo que podría significar la eliminación de algunas partidas, como al Recinto de Ciencias Médicas, el Cardiovascular, el Centro Comprensivo del Cáncer, programas Montessori y otras para las pequeñas y medianas empresas.

«La realidad es que, para efectos prácticos, el tiempo dado por la Junta ya concluyó (a la medianoche de ayer), por lo que son altísimas las posibilidades de que la JSF adopte su propio presupuesto y eso sería la consecuencia de que no hayan los votos en el Senado», declaró.

Explicó que para la Cámara tanto el proyecto del presupuesto como el de las foráneas (1367) «son medidas gemelas y garantizan un presupuesto balanceado», tras lo cual reiteró que «el Senado no tiene los votos para aprobarlas, pese a que garantizan distintas fuentes de ingreso».

«Aquí no se está vendiendo gato por liebre. Aprobar una sola medida (de las dos) es irresponsable; aprobar los gastos para después buscar los chavos se hacía antes», sostuvo el legislador, para quien el 1367 «complementa» el presupuesto.

El sorpresivo receso de los trabajos al filo de la medianoche de ayer en el hemiciclo de la Cámara, sin que se aprobara el proyecto del presupuesto, desató hoy una agria disputa entre los presidentes de la Cámara y Senado, Rafael Hernández Montañez y José Luis Dalmau Santiago, respectivamente, que permitió que durante la jornada se aclararan las razones del tranque.

Según el presidente del Senado el punto de desencuentro es el proyecto 1367, que sustituye el impuesto especial a las empresas foráneas por la contribución sobre ingresos.

“El presupuesto ha sido secuestrado por el presidente de la Cámara, poniendo como condición que aprobemos (de forma simultánea) el otro proyecto, que es el de las foráneas”, dijo previo a la sesión Dalmau Santiago.

En una conferencia de prensa, el político explicó que se estaba intentando incluir una enmienda a la medida de las foráneas que en el Senado no tenía los votos, ya que imponía mayores impuestos al Centro de Recaudaciones de Ingresos Municipales (CRIM).

Horas antes de la aprobación del presupuesto, el senador exponía: “Nosotros estamos listos para atender el presupuesto. Que lo envíe. Y que envíe el proyecto de las foráneas, pero sin la medida del CRIM que le aumenta el salario, el pago y los impuestos a la clase trabajadora del país. Él sabe que no tiene los votos. El proyecto de las foráneas, él quiere que se apruebe con sus proyectos que fueron rechazados por la Junta de Supervisión Fiscal, por el secretario de Hacienda y por el Tesoro Federal. Porque la medida de atender las foráneas no tiene que ver nada con la otra medida que él quiere y que ha tratado de poner que se apruebe y no ha logrado que se apruebe y él lo sabe”.

Desde temprano, el altercado subió de tono (el senador acusó a Hernández Montañez de “secuestrar” el presupuesto y de “desequilibrado», mientras que el representante dijo que Dalmau Santiago no tenía liderazgo) y ni siquiera se apaciguó con las expresiones que hizo la JSF, que en una comunicación escrita recordó que iba a certificar un presupuesto que cumpliera “con el plan fiscal certificado para el el 30 de junio de 2022”.

Y pese a que la Junta había advertido que el presupuesto debía estar aprobado a más tardar ayer, lunes (de no ser así, amenazaba con adoptar y certificar su propio presupuesto), en la Cámara recesaron anoche los trabajos sin abordar el proyecto que el pasado 15 de junio había ido del Senado a un comité de conferencia -para precisamente trabajar con las exigencias de la Junta-, donde aún permanece.

Inicialmente, las negociaciones en el comité de conferencia estaban centradas en que el presupuesto que proponía la Legislatura era de $12,573 millones, mientras que la JSF planteaba que debía ser de $12,473 millones.

Las diferencias estaban relacionadas con los fondos destinados a la Universidad de Puerto Rico (UPR) y los municipios, lo que finalmente se zanjó con un recorte de $100 millones y la redistribución de algunas partidas y ajustes prioritarios, y que surgieron durante el proceso de audiencias públicas.

Y cuando parecía que ya el presupuesto estaba alineado con los requerimientos del organismo que maneja las finanzas del gobierno de Puerto Rico, entonces surgieron las medidas «gemelas» que debían ser aprobadas «simultáneamente» y todo se vino abajo.

La Cámara trabaja a contrarreloj, ya que la JSF tiene hasta el 30 de junio para dar el visto bueno al presupuesto y que el gobernador Pedro Pierluisi Urrutia lo firme y convierta en ley.

El presupuesto comienza a correr a partir de este viernes, primero de julio.