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7 pasos para ser mejores padres

Ser padres es uno de los trabajos más difíciles del mundo, pues los niños no nacen con manual de instrucciones. Ciertamente, la mayoría de nosotros aprendemos a serlo aplicando distintas estrategias hasta que damos con aquellas que entendemos nos funcionan mejor.

Es cierto: no existe la madre ni el padre perfecto. Como jefes de familia, los padres tienen fortalezas y debilidades. No es necesario saber todas las respuestas, pero no importa si se tienen los hijos en la juventud o en una edad más madura, como padres tenemos la misma responsabilidad de corregir y guiar a nuestros hijos por el mejor camino.

Según los especialistas en terapia familiar, educar a los hijos es una labor que, aunque requiere esfuerzo, se puede manejar. Concéntrate en las áreas que necesitan mayor atención, en lugar de intentar abarcar todo a la vez, y reconoce cuando te sientes agotado. Asimismo, busca espacio y tiempo para hacer cosas que te hagan sentir feliz como persona o como pareja.

A continuación, te brindamos una lista de pasos que pueden ayudarte a ser más efectivo en tu rol como progenitor:

1. Se más consistente: Esto quiere decir que debes establecer límites, incluso para los adolescentes, aunque haya que estar dispuestos a negociar y ceder un poco. Cuando los niños se niegan a cooperar o rompen las reglas, actúa con calma y razonablemente, en lugar de recurrir a medidas severas para darles una lección.

2. Evita regaños y gritos: A veces es mejor callarse que darles la lata constantemente. No es casualidad que los padres se quejen de la 'sordera' de los hijos, quienes se hacen de 'oídos sordos' y sólo prestan atención a lo que quieren. Si continuamente estás señalando la mala conducta de tu hijo y ves que no te hace caso, trata de ignorar las conductas inadecuadas tanto como sea posible. Esfuérzate por desarrollar el hábito de 'atraparlo' portándose bien. Al igual que los adultos, los niños responden mejor a los comentarios favorables y es probable que terminen portándose bien, sólo para llamar nuestra atención.

3. Promueve el desarrollo de la autoestima: Los niños comienzan a desarrollar su sentido del 'yo' desde que son bebés. Tus hijos asimilan tu tono de voz, lenguaje corporal y todas tus expresiones. Las palabras y acciones de los padres impactan el desarrollo de la autoestima de los hijos más que ninguna otra cosa. Elogiar los logros, aunque éstos sean pequeños, hará que los niños estén orgullosos. Permitirles que hagan cosas por sí solos, los hará sentir que son capaces y fuertes. Por el contrario, los comentarios denigrantes o las comparaciones negativas con otros niños los hará sentir inútiles. Elije las palabras con cuidado. Dile a tu hijo que todas las personas cometen errores y que lo amas, aunque no apruebes su comportamiento.

4. Controla el tiempo que ven televisión: Es importante establecer una serie de límites para su uso. Diez horas por semana es una pauta razonable para los niños de cualquier edad. Además, prueba a tener una noche libre de televisión y deja que tu hijo proponga hacer otras cosas.

5. Pasa más tiempo con la familia: En la sociedad actual, en la que en la mayoría de los hogares ambos padres trabajan, encontrar el tiempo para que todos puedan estar en casa juntos es cada vez más difícil. Sin embargo, es probable que no haya nada que a los niños les gustaría más que eso. Levántate 10 minutos antes en la mañana para poder desayunar junto a tus hijos o intenta hablar con ellos 5 minutos antes de que se vayan a dormir. De acuerdo con sicólogos especialistas en niños y adolescentes, los niños que no reciben la atención que desean de sus padres, a menudo sobreactúan o se comportan mal porque, de ese modo, están seguros de que recibirán su atención. Pon en tu agenda una 'noche o mañana especial' cada semana para estar juntos y deja que tus hijos ayuden a decidir cómo pasar el tiempo. Busca otras formas de relacionarte. Por ejemplo, pon una nota o algo especial en su lonchera o en su bulto. Aunque los adolescentes generalmente necesitan menos atención en comparación con los más pequeños, haz un mayor esfuerzo para estar disponible cuando tu hijo quiera hablarte de algo. Asistir a conciertos y otros eventos con él, es una forma de transmitir afecto y te permite conocer otros aspectos sobre tu hijo y sus amigos más importantes.

6. Sé un buen modelo a seguir: Los niños pequeños aprenden mucho sobre cómo actuar al observar a sus padres. Cuanto más pequeños, más los imitan. Antes de reaccionar agresivamente o enfurecerte frente a tu hijo, piensa en lo siguiente: es así como te gustaría que tu hijo se comporte al molestarse? Siempre ten en mente que tus hijos te están observando. Sirve de ejemplo enlas cualidades que deseas cultivar en ellos: respeto, responsabilidad, honestidad, amabilidad, tolerancia. Sé generoso. Haz cosas por los demás sin esperar una retribución. Expresa tu agradecimiento y haz elogios. Pero sobre todo, trata a tus hijos del mismo modo que esperas que otras personas te traten a ti.

6. Comunícate adecuadamente: No esperes que los niños hagan todo porque 'tu lo dices'. Ellos desean y merecen explicaciones al igual que los adultos. Si no dedicamos tiempo a dar explicaciones, comenzarán a cuestionarse nuestras motivaciones y si éstas tienen fundamento. Los padres que razonan con sus hijos les permiten entender y aprender sin emitir juicios de valor. Si hay un problema, expresa tus sentimientos e invita a tu hijo a que busquen juntos una solución. No olvides mencionar las consecuencias, ofrece alternativas y escucha sus sugerencias. Negocia. Los niños que participan en la toma de decisiones están más motivados a llevarlas adelante. Propónte encontrar algo para elogiar todos los días. Sé generoso con las recompensas: tu amor, tus abrazos y elogios pueden hacer maravillas y suelen ser suficiente gratificación.

7. Establece límites y se justo con la disciplina: En todas las casas es necesaria la disciplina. El objetivo de la disciplina es ayudar a que los niños elijan los comportamientos aceptables. Es posible que pongan a prueba los límites, pero son imprescindibles para que se conviertan en adultos responsables. Poner reglas en la casa ayuda a que tu hijo entienda mejor sus expectativas y desarrolle el autocontrol. Algunas reglas pueden incluir, por ejemplo, no mirar televisión hasta que estén hechas las tareas. Es importante que se establezca un sistema: una advertencia seguida de consecuencias, quepueden ser la pérdida de privilegios o pequeños castigos. Un error frecuente que cometen algunos padres es no cumplir las consecuencias que ellos mismos ponen. No puedes disciplinar a tu hijo por una mala contestación un día e ignorar el hecho al día siguiente. Ser consistente les enseña qué es lo que tu esperas de ellos.