Lázaro Rodríguez Navarro, un joven abogado natural de Bayamón, falleció de forma repentina hoy mientras ejercía su profesión.

Tenía a penas 31 años, y los mensajes de consternación de aquellos que le conocían, han dado a entrever que pese a su alegado poco tiempo en la abogacía, dejó una huella de entrega y sacrificio en su profesión.

Lázaro Rodríguez Navarro, un joven abogado natural de Bayamón, falleció de forma repentina el miércoles mientras laboraba en el Tribunal de Guaynabo. Se alega fue a causa de un infarto masivo al miocardio.

Su fallecimiento de inmediato provocó múltiples reacciones de colegas quienes calificaron la muerte de Rodríguez Navarro como una «prematura» y «triste» pese a que no se conoce en detalle la causa oficial de su deceso.

«La prematura muerte de Lázaro Rodríguez, un abogado de solo 31 años por un infarto al miocardio, invita a una reflexión profunda sobre la intensidad y las exigencias de nuestra profesión», expresó el letrado José Fernando Velázquez, en una publicación en la red social Facebook en la cuenta de ‘Abogados de Puerto Rico’.

«Aunque desconocemos detalles específicos del ritmo de trabajo de este joven colega, de aparentemente dos años en su práctica, su caso resalta una verdad ineludible sobre nuestra carrera: Es una maratón con muchas vallas, no un «sprint» de 100 metros. Esta profesión, es de una naturaleza absorbente, requiere una dedicación que a menudo trasciende el horario regular de oficina, extendiéndose a noches y fines de semanas llenos de estrés y presión constante».

Velázquez también invitó a analizar al lamentable suceso que ha conmocionado a su gremio, desde el punto de vista del equilibrio emocional y de trabajo que se debe tener en una profesión muy demandante en estos días.

«Este trágico evento debe servir como un recordatorio crítico para todos, de la importancia de mantener un equilibrio entre la salud física y emocional y las responsabilidades laborales. La salud no es solo un bien personal, sino también un activo profesional esencial que nos permite a los abogados servir efectivamente a nuestros clientes y cumplir con nuestras obligaciones familiares y sociales. Este fallecimiento tan lamentable subraya, además, la necesidad de que los bufetes y las estructuras de apoyo profesional fomenten un ambiente donde se priorice el bienestar del abogado. Implantar políticas que promuevan horarios flexibles, periodos de descanso adecuados y recursos para la salud mental, puede trasformar no solo la vida de los individuos, sino también la calidad del servicio profesional que se ofrece. En última instancia, cuida del bienestar de los abogados es esencial para todos. A veces el abogado debe decirle a jefes y clientes: «vísteme despacio, que voy de prisa»….., pero eso también hay que interiorizarlo», sostuvo.

Mientras, otros colegas de Rodríguez Navarro, lamentaron su fallecimiento y también pusieron en perspectiva lo estresante de la vida de un togado.

«Que pena tan grande, Lázaro Rodríguez Navarro. Tremendo ser humano, siempre con una sonrisa y su jocosidad, alegre y carismático. Trajo alegría en aquellos días de estrés durante las largas noches de clases para el repaso de la revalida con Jorge Velázquez y luego de eso siempre con buenos deseos y palabras alegres para nosotros. Que pena escuchar una noticia así, a veces las personas no entienden que lo abogados cargamos, no sólo nuestros problemas, también los de nuestros clientes y a veces es demasiado, QDEP», expresó Luis D. Marrero otro de los posts circulados en redes.