Oficial investigador narra entrevista con el joven

El joven Francisco Xavier Torres Mojica, quien presuntamente asesinó a su mamá, Jeannette Mojica Rivera, en su residencia en Canóvanas, llegó a la continuación de su vista preliminar en el Tribunal de Carolina cabizbajo, pero tranquilo. Se le vio reír en varias ocasiones, aunque no dejaba de mover sus pies en señal de ansiedad.

En el día de hoy, le correspondía escuchar el testimonio de uno de los agentes que le tomó la declaración el día que se presentó ante las autoridades, para hablar de lo que pasó el 25 de mayo pasado, cuando asesinaron a su progenitora.

‘Voy a decir toda la verdad’, habría dicho el joven cuando se sentó con el agente Nolasco Pizarro Pizarro, de la División de Homicidios del Negociado de la Policía de Puerto Rico. Luego, el agente comenzó con los detalles de lo que le habría dicho el menor.

En un relato que debió ser interrumpido en varias ocasiones, según el agente, porque lo interrumpía el llanto, el agente contó que el menor le confesó haber sido llevado por su mamá a una actividad en la playa del Condado, y lo recogió entre las 9:30 y 10:00 de la noche. Presuntamente, ambos iniciaron una discusión en el auto porque Mojica Rivera se percató de que había consumido una sustancia controlada.

‘Estaba arrebataíto’, habría dicho el joven para describir de qué se trataba. Según la narración, madre e hijo llegaron a la residencia y ella le solicitó que se quitara la arena con una manguera afuera de la casa. Cuando el joven entró, aparentemente, siguió la discusión.

‘La mamá empezó a pelear de nuevo porque encontró marihuana en el bulto. La discusión se caldeó y mientras discutían, caminaban como en dirección al baño. Ellos como que se empezaron empujando y en un momento ella cae de espalda y boca arriba. Se da en la cabeza con el inodoro’, contó el agente, quien luego aclaró que en ese momento el joven hizo una pausa por estar llorando.

El policía dijo que, según el imputado, un hilo de sangre salía de la cabeza de la mujer, y habría sido el momento en que el joven fue a la cocina y buscó un cuchillo. Luego, le propinó alrededor de seis apuñaladas, aseguró. El relato continuó con los detalles del retiro de $400 en efectivo que habría hecho el joven en una ATH de una gasolinera Puma, y con la que habría comprado comida, marihuana y ‘palis’ en los días que siguieron. De hecho, uno de los testigos que fue citado, es un representante del Banco Popular de Puerto Rico, que fue identificado como Eduardo Aymat, quien ofrecería detalles al respecto.

El agente también contó que el menor, presuntamente, aceptó haber envuelto el cuerpo de su mamá dos días después en un colchón, lo subió a su propio vehículo y se deshizo del cadáver. Al llegar al lugar, ya Forenses se hacía cargo de la escena, dijo.

Antes de que los detalles de este relato iniciaran, la licenciada Laura Coas Guzmán abogada de Asistencia Legal, objetó para impedir que se dieran detalles de la confesión, ya que aseguró que el pasado viernes, el Ministerio Público, compuesto por Yanira Colón García y Omar Barroso Rosario, radicaron una moción en la que dijeron tener ‘información que pudiera ser posiblemente beneficiosa para el imputado’, por lo que solicitó que le fuera entregada antes de que el agente comenzara a testificar. La jueza Arlene de la Matta Meléndez, sin embargo, decidió continuar.

‘No quiero dar expresiones sobre eso, porque la vista está abierta y no me quiero adelantar’, dijo la abogada a NotiCel, al salir para el receso del mediodía.

Uno de los testigos que también se presentó en el día de hoy fue Rafael Mojica Rupert, el primo de la víctima, quien habría autorizado al joven a hablar con las autoridades. Mojica Rupert había sido citado en varias ocasiones y, según trascendió, no estaba colaborando para asistir a las vistas y ofrecer una declaración jurada sobre este caso. La jueza había dado un plazo hasta el día de hoy, por lo que el testigo se presentó.

Este tema también cobró relevancia en el inicio de la vista, ya que la defensa objetó que el menor y Mojica Rupert no hubiesen tenido tiempo suficiente para hablar, antes de que fueran sentados ante las autoridades.