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Opiniones

Organizar, educar y gobernar

El licenciado Víctor García San Inocencio enumera sugerencias de estrategias para combatir la corrupción gubernamental el próximo cuatrienio.

Licenciado Víctor García San Inocencio, columnista de NotiCel.
Foto: Juan R. Costa

Nunca discutí estrategias políticas específicas en público. Sólo los tontos, los exhibicionistas o a quienes ataca el infantilismo político lo hacen. Trabajar para el inglés y telegrafiarles el mapa a los adversarios responde a un diseño torpe o a tácticas que terminan desacreditadas y en fracasos.

Me aventuro a reflexionar sobre lo que desearía fuese una parte del trabajo político local del partido en el que milito, hace medio siglo. El 99% de mis esfuerzos los he concentrado en el plano local, base de lo que puede ser efectivo y duradero. Es necesario planificar el trabajo político, organizarse, identificar y mejorar las destrezas del equipo, juntar recursos y practicar.

La política consiste de trabajo diario y concienzudo en los lugares donde puede albergarse y multiplicarse. Las tareas locales bien organizadas y ejecutadas son las que sientan las bases de progreso y las que crean estructuras resistentes y eficientes, frente al perpetuo juego sucio político de los intereses poderosos y de quienes se regodean sirviéndoles.

Ha pasado más de un mes del escrutinio inconcluso y flota en el aire el hedor de la campaña terrible de miedo y chantaje que con 20 millones de dólares y todos los auxilios mediáticos y patronales imaginables le han permitido a la candidata del PNP prevalecer con el 39% o 40% de los votos a la gobernación.

Para superar lo que viene este cuatrienio y para prevalecer en el 2028, es preciso que seamos capaces de:

Restaurar el sistema electoral y la confianza

El vía crucis de horrores secuela de una ley electoral amañada por el PNP, sumió en un caos las votaciones y la espera de los resultados cuya credibilidad cuelga de un hilo. Como consecuencia, tendremos que tomar pasos durante el cuatrienio, para devolverle la credibilidad y confianza al sistema electoral minada a causa de la gula truquera del PNP y de su trabajo deliberado de obstaculizar y alejar a los electores jóvenes de entrar al proceso electoral.

Fortalecer la fiscalización

Será necesario fortalecer y reforzar la fiscalización de la administración truquera del PNP. Esto habrá que hacerlo en todo el territorio, dondequiera que haya proyectos y gasto público con buitres rondando y ejecutándolos. Tendrán que fiscalizarse con rigor los procedimientos de contratación, subastas y los atrechos de emergencia; y extenderlos para monitorear la contratación veloz, los cambios de órdenes, la manipulación y cancelación de procesos y la enciclopedia de trampas desarrollada bajo la manipulación de 56 años de alternancia bipartita popular-penepé. Particular atención habrá que dar a las finanzas municipales que han nutrido la lista de alcaldes y funcionarios convictos, y a otros que pululan todavía en el escenario público a pesar de haber quebrado a sus municipios. Mucho ojo con quienes reciben múltiples contratos de asesoramiento, prestación de servicios y obras. Igualmente, a quienes siguen privatizando a mayor o menor escala tareas que pueden realizarse por empleados municipales.

Las legislaturas municipales y sus legisladores de minoría tendrán que ser capaces de crear alianzas por la honestidad, frente a la precariedad de los municipios para atajar la gula de alcaldes nuevos y de caciques viejos. Pues no ha habido momento más importante para hacer de verdad trabajo legislativo municipal y abrirlo a la participación ciudadana-comunitaria que éste.

En cada municipio y en el mayor número de comunidades, con el auxilio de organizaciones expertas, tendrá que adiestrarse a mucha gente para vigilar localmente y en todo Puerto Rico los salivantes colmillos de administradores y repartidores gubernamentales.

Intensificar la denuncia de los corruptos y sus encubridores y el desequilibrio en los medios

Los entes fiscalizadores locales no pueden seguir haciéndose de la vista larga, ni pueden seguir utilizando sus facultades discrecionales para estimular la vagancia investigativa o el encubrimiento. Las organizaciones comunitarias y la gente tendrán que utilizar toda agencia disponible, incluidas las federales para denunciar la corrupción y a los encubridores que se crucen de brazos.

Las denuncias son necesarias para sacar de la molicie e inercia a los funcionarios que se especializan en mirar para otro lado o para el techo y para quienes los protegen beneficiándose.

Habrá que fomentar un ancho frente anticorrupción entre el Pueblo y los medios de comunicación que no puedan ser silenciados por auspiciadores. Considero que es tiempo de que algunos medios de comunicación desistan de seguir auspiciando paneles de análisis bipartitas o monopartidistas con exclusión de todas las opciones políticas. La cronicidad de esta conducta editorial ofende toda noción de equidad. Mientras no se complete este proceso de flexibilización los fiscalizadores reales y el Pueblo deberán seguir desarrollando medios y herramientas de denuncia que se hagan sentir, incluyendo el uso de su poderoso brazo como consumidores.

Educación 100 x 35 y a las diásporas boricuas

Hay que volver a las marquesinas y a las terrazas en todas las comunidades a informar y educar, pero hay que ir sobre todo, a las casas en las que no las hay. Todo el mundo estará buscando explicaciones del desorden y las privaciones que se avecinan y del empobrecimiento y pérdida de la calidad de vida acumulados por algunos, agravado con los planes trumpistas y republicanos en Washington.

Se está experimentando ya una segunda quiebra y recesión a causa de la incompetencia y la corrupción acumulada durante la pasada década. Hay que preparar a la gente y diseñar creativamente formas e instrumentos para que se intensifique la solidaridad y se auxilie a las personas multivulnerables dejadas desamparadas.

Organizarse para esta enorme tarea de ejercitar el gobierno ante el vacío y oportunismo oficialista requiere mucha formación desde la base local, comunitaria y municipal. Hay que hacer mucho más y demostrar cómo podemos ser mejores que lo que ofrece la partidocracia que nos ha desgobernado, desde nuestra minoría del 33%, sumada a cientos de miles de personas de buena voluntad que se unirán a este esfuerzo verdaderamente democratizador.

El autor es abogado, exrepresentante y excandidato a comisionado residente por el Partido Independentista Puertorriqueño. Posee un bachillerato en Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico y un Juris Doctor de la Facultad de Derecho de la misma institución. Tiene además un doctorado de la Universidad del País Vasco (2016).