Trump y Biden: harina del mismo molino y sus alzacolas locales
"La afición del inversionismo político republicano en Puerto Rico, nada tiene que ver con la democracia", opina el licenciado Víctor García San Inocencio.
A alcahuetear a Donald Trump fueron a Pennsylvania a hacer campaña la semana pasada un grupúsculo de puertorriqueños dedicados al negocio o afición del inversionismo político como especuladores y agentes de corretaje.
Encabezaban ese grupo Luis Fortuño y Ángel Cintrón, el primero exgobernador y gestor de varias Cajas de Pandora que trajeron despidos en cantidades industriales, recortes de servicios, contratos leoninos generosos y las bases de las privatizaciones a granel ---regalos de lo público a compañías amigas privadas--- todo lo cual, agravado por gobernadores y comisionados residentes posteriores, mantiene a Puerto Rico desbarrancado.
Fue tan mala la gobernación de Fortuño y tan ausente de buena fortuna para el país, que hasta el más flojo candidato a la gobernación de la historia, Alejandro García Padilla, prevaleció en una elección de alternancia entre la silla eléctrica y la horca. Por otro lado, Angel Cintrón, quien posee una olímpica fortaleza facial, es un “influencer” notable de los corredores, pasillos y cócteles de la política puertorriqueña, ocupando simultáneamente y al mismo tiempo la dirección de la campaña local del alcalde de San Juan, MIguel Romero y de la aspirante a la gobernación Jennifer González. Esta última, es una notoria republicana y hasta el 2021, notable porrista ---”cheerleader”--- de Donald Trump. Se dice que por estos momentos calcula, dependiendo de la suerte judicial de Trump y expectativas de reelección, si retorna a sus tiendas y a su frenético porrismo de antaño a su favor. La apuesta que se hace es que no sentirá vergüenza alguna al hacerlo. Justificaciones tiene, pues a su ambición se suman su adicción a la trepaduría, al apuñalamiento político, a la demagogia y a una cínica visión de lo que la democracia es. Todo ello la cualifica para poder volver a volar en el jet de Trump y en su MAGA ---Make America Great Again--- o en su MAPA ---Make America Powerful Again--- según la preferencia retórica.
La afición del inversionismo político republicano en Puerto Rico, nada tiene que ver con la democracia. Se trata de estrictos intereses monetarios y de la promoción de un mundo que cada vez es más desigual, donde un puñado de super milmillonarios controlan más de la mitad de la riqueza de ese país, y donde hay ya, más de novecientos ---mil millonarios--- quienes controlan el 80% de la riqueza del país más rico del mundo. Naturalmente, la delegación Cintrón- Fortuño aspira a que un buen huesito caído de la mesa les toque para su continuado negocio legal de traficar o de llevar y traer influencias.
Quiero aclarar que del lado demócrata sucede lo mismo. El candidato Joseph Robinett Biden ---el presidente cuarenta y seis de EE UU, ex-vicepresidente por dos cuatrienios y senador por casi tres décadas--- es harina del mismo molino y sirve a los mismos intereses poderosos que el establishment asegura. Se diría que su diferencia con Trump es que ha dedicado su vida a negociar desde el gobierno, mientras que Trump, salvo su intérvalo presidencial de cuatro años, negociaba desde fuera del gobierno.
Considero que el mundo no ganará con la victoria de ninguno de los dos, y que por el contrario, la política estadounidense seguirá golpeando a la Humanidad, devastando el medioambiente y la Casa Común, promoviendo la explotación inmisericorde de cientos de millones de personas, estimulando más armamentismo, destrucción, guerras y reconstrucciones, y haciendo que EE UU siga siendo un grande y poderoso demoledor de las mejores aspiraciones de la Humanidad.
A nosotros, los puertorriqueños, a quienes nos toca el daño perpetuo que se agrava de que nuestro país sea un apéndice o rabo colonial hace 125 años de ese imperio “presidido” por BIden o Trump, nos corresponde presenciar con vergüenza el oportunismo “patriótico” de quienes intentan aproximarse a las dos filas de alcahuetes de esas dos momias presidenciales, revestidas de todas las malas mañas imaginables y de los closets más grandes del mundo repletos de esqueletos.
Para mí, Biden es cómplice de Netanyahu, el fascista a quien le financia y arma la guerra genocida contra los palestinos donde se ha masacrado a casi cuarenta mil seres humanos, casi todos civiles. Por otro lado, Mr. Trump- “Bounty” ---quien nos arrojaba con una mano papel toalla, mientras bloqueaba la asistencia humanitaria tras el huracán María--- es simplemente un delincuente impresentable, sin ningún valor social redimible. Ambos, en la cima del poder mundial, se comportan como los dictadorzuelos reprochables a quienes critican, mientras dirigen las fuerzas económicas y financieras que ponen en peligro al planeta entero.
Incluyo, como parte de este artículo la letra de la canción “Algo personal” de Joan Manuel Serrat, para que todos reflexionemos, y para ver , si por un milagro, los alzacolas de Trump y de BIden en Puerto Rico abren los ojos y examinan su catastrófico ridículo ---el de los presidentes y el de los alzacolas--- así lo espero..
"Algo personal"
“Probablemente en su pueblo se les recordará como cachorros de buenas personas, que hurtaban flores para regalar a su mamá y daban de comer a las palomas.
Probablemente que todo eso debe ser verdad, aunque es más turbio cómo y de qué manera llegaron esos individuos a ser lo que son ni a quién sirven cuando alzan las banderas.
Hombres de paja que usan la colonia y el honor para ocultar oscuras intenciones: tienen doble vida, son sicarios del mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad, viajan de incógnito en autos blindados a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad, a colgar en las escuelas su retrato.
Se gastan más de lo que tienen en coleccionar espías, listas negras y arsenales.
Resulta bochornoso verles fanfarronear a ver quién es el que la tiene más grande.
Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz, juegan con cosas que no tienen repuesto y la culpa es del otro si algo les sale mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Y como quien en la cosa, nada tiene que perder
Pulsan la alarma y rompen las promesas y en nombre de quien no tienen el gusto de conocer nos ponen la pistola en la cabeza.
Se agarran de los pelos, pero para no ensuciar van a cagar a casa de otra gente y experimentan nuevos métodos de masacrar, sofisticados y a la vez convincentes.
No conocen ni a su padre cuando pierden el control, ni recuerdan que en el mundo hay niños.
Nos niegan a todos el pan y la sal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión de declarar públicamente su empeño en propiciar un diálogo de franca distensión.
Que les permita hallar un marco previo que garantice unas premisas mínimas que faciliten crear los resortes que impulsen un punto de partida sólido y capaz de este a oeste y de sur a norte.
Donde establecer las bases de un tratado de amistad que contribuya a poner los cimientos de una plataforma donde edificar un hermoso futuro de amor y paz”.