Los cambios que queremos…
Sin duda, todos aspiramos a un mejor Puerto Rico.
Sin duda, todos aspiramos a un mejor Puerto Rico. Conservadores, liberales, moderados, cristianos, sindicales, políticos, empresarios, ciudadanos, niños, jóvenes, adultos, envejecientes, hombres, mujeres y personas de todas las clases sociales queremos el mejor Puerto Rico. Nadie refutaría eso.
La llegada de un nuevo año impone resoluciones, metas y nos conmina a que arreciemos en nuestras agendas inconclusas. Cada persona o colectivo lo hace desde su propia ubicación y pensamientos.
El 2021 fue un año intenso. Veamos. La pandemia con sus controversias de vacunación, órdenes ejecutivas y variantes; el Plan de Ajuste a la Deuda; la lucha por las pensiones; la Junta de Control Fiscal; la transición a LUMA, el aumento en las facturas y sus apagones; las controversias de la Asamblea Legislativa “diversa” e improductiva; el bochornoso récord legislativo de los partidos emergentes en Cámara y Senado; algunas “caras nuevas” con “nuevos estilos” y mentes infértiles; los problemas en la Comisión Estatal de Elecciones; el problema de las clases virtuales y las presenciales del Departamento de Educación; la delegación Congresional de Puerto Rico; los proyectos de admisión en el Congreso; el trauma mental y emocional severo que provocó el 52% de los votos por la estadidad en la “psiquis” de la izquierda socialista y la prensa colonial; la respuesta electoral y plebiscitaria en el 2020, al llamado “verano 2019” marcó el 2021; los que quieren igualdad pero no apoyan la estadidad; los que denuncian cansancio de las campañas y elecciones pero sugieren “segundas vueltas”; el laberinto indescifrable de la administración y presupuesto de la UPR; el reclamo “estudiantil” de que la Junta no cierre la UPR mientras ellos levantan barricadas para clausurar todas las entradas de todos los recintos universitarios; los nombramientos al Departamento de Estado, Educación y el Contralor; el tema del “tope” del salario mínimo; la llamada Reforma Laboral; la evidente ausencia de empleados en el sector privado; el fenómeno de “la gran dimisión”; las ferias de empleo desiertas; el notorio “PÚA” y demás ayudas federales; las masacres publicadas en redes que causan más sensacionalismo que indignación; los arrestos por corrupción y las subsiguientes insinuaciones de más arrestos y que todo el mundo es corrupto; las elecciones especiales en Cataño y Guaynabo; las insinuaciones y especulaciones que algunos sectores de la prensa pública como noticias; los premios tipo intercambio de regalos que se hacen a sí mismos los gremios de prensa; los billones de dólares asignados a la isla para su recuperación; el lío del edificio Sol y Playa en Rincón; la pérdida del habla de la Representante Nogales; el breve reinado senatorial y cerrando con broche de oro el ómicron.
En todos esos temas, cada cual tiene su opinión. En cada uno de esos asuntos, analistas, expertos, “constitucionalistas” y peritos que sabemos “no son políticos derrotados o frustrados” han opinado, criticado, sugerido y recomendado alguna “innovadora” y fenomenal solución. En la redes y bajo el anonimato, muy ocultos, hay un despliegue de eruditos, patriotas y lo que algunos llaman “haters” cuya valentía es incuestionablemente anónima y ubicada muy distante del campo de batalla. Algo así, como que agitan la pelea pero son cobardes. Algunos de esos “ciudadanos”tienen su “troll” al “servicio” de la patria! Ese arrojado y épico uso de capuchas virtuales (trolls) para “aportar” a eso… LOS CAMBIOS QUE QUEREMOS !
Ahora bien, algunos… de los que criticaban los cierres por la pandemia, cuando cierran se enfurecen y exigen explicaciones; los que reclamaban vacunación masiva cuando se hace compulsoria denuncian violación de derechos; los que reclamaban cambios en la AEE ahora detestan a LUMA; los que querían una legislatura “diversa” ahora denuncian su improvisación e improductividad; los que querían “caras nuevas” y “nuevos estilos” denunciando engaño y lamentándose; los que quieren derechos para sus grupos pero exigen se les niegue y no se les otorgue a las iglesias; los que querían un aumento del salario mínimo pero no buscan empleo aunque le paguen bien; los que denuncian la corrupción y acusan a los partidos de no ser juiciosos al “escoger” candidatos pero los tildan de anti democráticos cuando los partidos se ponen rigurosos; la socialista en Rincón continúa capitalista en Humacao y jaiba en todo Puerto Rico; el “ejército” de “troles” no quiere salir del anonimato y los eternos perdedores de elecciones o plebiscitos reclamando segundas, posiblemente terceras y llegarían hasta cuartas vueltas a ver si ganan por carambola!
Aun así, el 2022 promete ser mejor porque sencillamente, la gente valiente, que no se esconde, que en lugar de meramente criticar propone soluciones y que está genuinamente comprometida en el sector público y privado son más, muchísimos más. Gracias Dios y a esos, pertenecientes a todos los sectores de la población, lograremos LOS CAMBIOS QUE QUEREMOS !
Así nos ayude Dios !