¡Demos Gracias!
Columna del doctor Iván González Cancel.
Gracias. En estos aciagos días se nos pide, se nos exhorta a dar Gracias. Es entonces, que algunos de nosotros nos preguntamos... ¿y por qué?,... ¿por qué tal exhortación?, ... ¿por qué tal esfuerzo?, ... ¿porqué tal deseo no nos surge de forma espontanea? Por lo menos así creo.
La palabra GRACIAS, del latín gratia significa honra o alabanza dirigida a otro. Siempre he considerado que esta última parte de la acepción latina de la palabra merece más importancia y atención que el significado fundamental de esta. En la sociedad puertorriqueña y, porque no decirlo, en el mundo moderno actual, se rinde tributo y se considera cualidad a admirar la individualidad del ser. Unamuno, el filosofo español, decía que la individualidad es la afirmación del yo y por tanto cualidad definitoria del ser humano. Hoy, cuando damos GRACIAS, negamos tal afirmación y podemos afirmar nuestra fe y confianza en un mundo mejor, en una esperanza, en un bienestar que se afirma, en un deseo de bienestar, no hacia nuestra individualidad; sino a la del prójimo.
La explicación de la celebración de Acción de Gracias y la exhortación a celebrarle un día como el cuarto jueves del mes de noviembre, aunque gesto llamativo de nuestra vida en sociedad; solo recoge o debiera recoger lo que pudiera ser un hábito de vida, para aquellos que vivimos y creemos en la esperanza; para aquellos que creemos que el paso por esta Tierra, sí, la existencia terrenal, constituye el más grande regalo hacia nuestra individualidad, la VIDA. ¿Puede aquel que pasa hambre, que sufre dolor, que vive marginado, dar gracias...o debiera hacerlo? Aunque el Cristo nos indica que bienaventurados son aquellos que sufren pues conocerán su Reino, no podemos ser complacientes con una existencia de dolor y desigualdad entre nosotros, en nuestro entorno social y pretender tales circunstancian sean agradecidas, más aún cuando afectan a otro y no a nosotros. Por eso, como decíamos al principio, lo más importante de dar GRACIAS es el gesto que se dirige al otro, el gesto de la acción afirmativa de mejorar la vida de otro....no podemos pretender estar agradecidos, mucho menos conformes; si existe dolor, si hay desgracia. No podemos ser indolentes hacia la desgracia de nuestros hermanos puertorriqueños menos afortunados.
La reflexión necesaria, hoy más que nunca, es preguntarnos qué hemos hecho para crear las condiciones para que el día de mañana; y mejor aún, para que hoy, para que ahora, demos gracias. Agradecer, no por mis circunstancias sino porque hemos contribuido, hemos trabajado para hacer de la vida de mi hermano puertorriqueño una vida de mayor plenitud donde TODOS JUNTOS podamos afirmar GRACIAS, GRACIAS A LA VIDA, ¡A LA VIDA QUE ME PERMITIÓ MEJORAR LA VIDA DE OTRO! POR ESO, POR ESA GRAN OPORTUNIDAD, ¡¡¡DEMOS GRACIAS!!!