Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Opiniones

El Orgullo de ser LGBT

Columna del licenciado Alberto J. Valentín.

Con propósito de la celebración del mes de orgullo LGBT+ debemos recordar la importancia de su génesis, y las décadas de lucha constante que la comunidad LGBT+ ha tenido que enfrentar para poder formar parte de una sociedad que se empeña en cuestionar nuestra individualidad.

Nuestro ORGULLO no es una simple excusa para desfilar y “restregarle” a la gente nuestra sexualidad o identidad, sino para afianzar nuestra existencia y la importancia de nuestra visibilidad. Una visibilidad que cada día se cuestiona mas a medida que más personas LGBT+ deciden expresar sus identidades. La apertura que nuestra comunidad LGBT+ ha tenido en los pasados años ha permitido que nuevas generaciones e individuos se sientan libres de expresar quienes son. No son “changuerías” no es “una moda”, son seres humanos que hoy por hoy se permiten dar ese paso afirmativo hacia su amor propio y el reconocimiento de su existencia como individuos diferentes. Me tomó años aceptación y coraje lograr verme al espejo y decir que soy homosexual. Una decisión que solo abrió la puerta hacia el inicio de una lucha mayor, la de una sociedad que insiste en cuestionar quien eres. Familiares, amigos, Iglesia, trabajo, todos piensan que tienen algo que decir o mencionar cuando se trata de tu orientación, expresión o identidad. “Por lo menos no te ves gay” “Pero tu no pareces gay” “Yo no soy homofóbico, yo tengo un primo que es gay” “Yo respeto tu preferencia (es orientación)” “Yo no estoy en contra de los gays pero no me tienen que restregar sus preferencias en la cara” “Ay eso es una etapa” “Dios aborrece al pecado pero ama al pecador” “Ay cuantas letras son ya LGBTZQUR?” “Ay yo estoy de acuerdo con ustedes, pero no tolero a los que se visten de mujer”. Años de invalidación individual se convierten en años de invalidación social cuando decides dar el paso de amarte como eres y expresarlo.

Recuerdo los años de “bullying” constante en la escuela (“pato” “pato” “pato”), de rechazo por compartir mucho con las nenas o por no jugar ningún deporte, años de juicio e intolerancia de mi padre por jugar con muñecas con mi hermana o por no cumplir con los estándares sociales de lo que debe de ser un niño normal. Y es que nuestra sociedad está diseñada para extirpar de ella todo aquello que sea o parezca diferente. Tendemos a atacar a todo aquello que no vaya acorde a los estándares de normalidad, moralidad o heteronormatividad que hemos creado. Estándares que han llevado a Puerto Rico a ser la jurisdicción número uno en todo Estados Unidos en crímenes de odio contra la comunidad LGBT+ y de género.

No obstante, esta lucha constante que enfrentamos los miembros de la comunidad LGBT+ desde el día en que realizamos que somos diferentes a los estándares sociales de normalidad, nos permite crecer como individuos. Nos permite abrir nuestro corazón no solo a nuestra aceptación personal y nuestro reconocimiento, sino a ser empáticos con el dolor ajeno también. Nos permite alejarnos de la indiferencia que nos distingue muchas veces como sociedad y entender el sufrimiento de otras personas. Ser LGBT+ nos permite ser mejores seres humanos aunque a muchos les cueste creerlos, aunque a nosotros mismos nos cueste aceptarlo. Para mi es un orgullo ser LGBT+ porque me ha tocado ver la realidad de un mundo distinto al que muchos han vivido, una realidad fuera de la burbuja de un privilegio social lleno de aceptación y validación. Pero gracias a ese dolor, a ese sufrimiento vivido y las luchas constantes que hemos tenido que enfrentar desde pequeño hoy por hoy somos mejores personas, mejores hermanos, mejores hijos, sobrinos, tíos, amigos, etc. Hoy por hoy tenemos más capacidad de entendimiento, aceptación y amor.

Es un orgullo ser LGBT+, es un orgullo ser diferente, es un orgullo poder ver el dolor de otros reflejado en el nuestro, en nuestras propias cicatrices y experiencias. Ser parte de la comunidad LGBTT+ ha sido uno de mis mas grandes retos como ser humano, pero una de mis mayores bendiciones. Es una responsabilidad que no todos sabemos sobrellevar, porque toma mucho tiempo entender que ser diferente es un privilegio. Ser diferente dentro de una sociedad que nos indoctrina a ser iguales, silentes, a no expresar lo que nos sentimos, a ser un número más, a no mirar hacia al lado, es un gran reto. Y cada uno de aquellos de la comunidad LGBT+ que han decidido dar ese paso de amor propio y resiliencia han logrado aceptar ese reto. El reto de llevar una voz distinta en nuestro mundo, llevar una voz de tolerancia, amor y respeto al prójimo. Jamás me hubiese visto tan interesado en las causas justas y en ayudar a los más vulnerables si no fuese porque soy homosexual.

Hoy por hoy puedo entender y ver desde el amor, que mi homosexualidad y cada una de las dificultades por las que otros me han hecho pasar a causa de mi orientación es la principal razón que me permite ser más fuerte, sensible, amoroso y humilde, servicial. Las bendiciones de mi orientación sexual, no preferencia, han cambiado el rumbo de mi vida, me han dado un mejor propósito como ser humano y me han dado la voluntad que jamás hubiese tenido siendo heterosexual de querer un mundo mejor, de luchar por las comunidades mas vulnerables e incluso ser un mejor cristiano.

El autor es abogado y director ejecutivo Consejo Asesor LGBTT+