¿Qué pasó con las aplicaciones y tecnologías contra el Covid-19?
Columna de opinión de Brian Díaz, Presidente & Fundador Pacifico Group.
Desde el comienzo de la pandemia, la tecnología ha jugado un papel protagónico en las gestiones de combatir la propagación del Covid-19. Particularmente, muchas compañías de tecnología alrededor del mundo han desarrollado plataformas móviles con el propósito de mejorar las gestiones de rastreo y prevenir la exposición. De hecho, decenas de países han implementado estos sistemas a nivel nacional. Esto con la intención de automatizar y establecer un esfuerzo más efectivo. Sin embargo, con el repunte de los casos reciente, nos preguntamos: ¿Qué pasó con las aplicaciones y tecnologías contra el Covid-19? ¿Funcionan o no funcionan? ¿Cómo podemos evaluar esto en la isla?
Ciertamente, la implementación de soluciones tecnológicas no resuelve problemas mágicamente. Para que estas produzcan los resultados esperados, su implementación tiene que, inherentemente, ir acompañado con una campaña sólida promocionando su uso y, más importante aún, la cooperación de los ciudadanos.
En su mayoría, la metodología de estas aplicaciones móviles de rastreo funciona a través la tecnología bluetooth. Por ejemplo, al utilizar la aplicación, recibirás una alerta cuando alguien con resultado positivo se encuentre cerca de ti. Este método, aunque funcional, depende de muchas variables. Esto ha llevado a muchos catedráticos evaluar los resultados prácticos del uso de estas aplicaciones.
Recientemente, profesores del departamento de medicina de la Universidad de Oxford, Inglaterra, publicaron un estudio epidemiológico evaluando los resultados de la aplicación nacional de rastreo del Servicio Nacional de Salud. La evaluación preliminar encontró que la aplicación tuvo mejores resultados al notificar al doble de individuos que tuvieron contacto con positivos en comparación con el método manual de llamadas y rastreo. Sin embargo, el estudio reconoce que solo un 61% de las personas que recibieron una notificación de exposición y recibieron instrucciones mantener cuarentena de dos semanas siguieron ese consejo.
Otro estudio similar fue publicado con relación a resultados del “Covid Watch Arizona App”, implementada en el recinto de la Universidad de Arizona. En esencia, los resultados son similares al estudio de la Universidad de Oxford, el método es más efectivo que el tradicional, sin embargo, depende grandemente de la participación y del uso de la aplicación por los ciudadanos. El estudio concluye que, con un buen marketing, la notificación de exposición digital es una herramienta útil para complementar el rastreo de contactos tradicional.
Un método particular fue implementado por la compañía norteamericana, Citizen. Citizen lanzó el programa SafePass en septiembre del pasado año. Esencialmente, SafePass funciona de la misma manera con tecnología bluetooth y notifica al usuario si estuvo cerca de un positivo. Lo interesante es que la compañía envía pruebas caseras a los hogares de sus usuarios y son esos resultados los que utiliza para sus datos. La compañía cubre todos los gastos. Sin embargo, hay que considerar que implementar esta metodología requiere gran inversión.
El repunte de los casos en Puerto Rico nos obliga a evaluar todas las opciones a nuestro alcance para continuar esta batalla. No obstante, no hemos visto estrategias adicionales a los controles por ordenes ejecutivas. Estas plataformas tecnológicas, ciertamente, funcionan, pero nadie sabe que ha pasado con ellas en Puerto Rico. Varias compañías y organizaciones locales han creado y lanzado plataformas similares, sin embargo, no vemos su promoción ni su uso.
Es cierto, estas aplicaciones dependen de que los ciudadanos pongan de su parte, no obstante, en una crisis como esta, la peor gestión es la que no se hace. Además, si la prioridad es controlar y prevenir la propagación del virus, hay talento de más en Puerto Rico para implementar sistemas similares que funcionen. Lo anterior, sin embargo, será posible siempre y cuando vayan de la mano con sólidas campañas de promoción y educación por parte del gobierno.