Las ayudas, ¿pa’ cuando?
El candidato a la gobernación por el PPD, Charlie Delgado Altieri, censura que el gobierno de turno no haya utilizado los fondos federales disponibles para la reconstrucción del país.
Durante mi campaña, en innumerables ocasiones he mencionado que uno de los motivos por el cual decidí aspirar a dirigir los destinos del país fue ver como el gobierno colapsaba por las malas decisiones administrativas que se estaban tomando, y el nefasto rumbo al que se conduce el país. Sentí la obligación urgente de colaborar en la toma de decisiones a nivel nacional.
Hoy día estamos ante un cuadro nunca visto. Por primera vez en años, Puerto Rico cuenta con billones de dólares en sus arcas, producto de múltiples asignaciones de fondos federales, las cuales estamos a punto de perder por la incapacidad gubernamental de no haberlas distribuido. Esto, sin duda alguna, es un claro síntoma de la mala administración que nos gobierna. Estamos hablando de fondos que han sido asignados para tecnología en escuelas públicas, protección de nómina, salud, reconstrucción de vivienda, entre otros, y que la gente aún no recibe. Es indignante que hoy en día se hayan desembolsado solo el 2% de los fondos federales asignados -de un total de $49,000 millones- para atender la crisis de vivienda en Puerto Rico. En el reglón del cuidado y seguro médico de personas de escasos recursos, se podrían perder más de $1,000 millones si los mismos no se distribuyen en o antes del 30 de septiembre. Por otro lado, el plan de acción del actual gobierno ni tan siquiera ha considerado a los municipios, quienes se han visto afectados por el atraso en dichos fondos, que cuentan con la experiencia en el manejo de este tipo de fondos. Esto es repudiable.
La incapacidad del PNP en llevarle los recursos -disponibles en las cuentas del gobierno- a la gente raya en lo inhumano, mientras ellos se ocupan de venderte la estadidad como la salvación a todos nuestros problemas. Esto es un burdo e insensible ejemplo de populismo de derecha. Miles de familias aún continúan viviendo angustiadas bajo toldos azules a tres años de los huracanes Irma y María, mientras el gobierno PNP sigue en su guerra de poder postprimaria listos para colgar los nombramientos de su Secretario de Estado y su recién nombrado Contralor de Puerto Rico. Tristemente, el PNP ha llevado a nuestras instituciones gubernamentales a su nivel más bajo, mientras su presidente opta por quedarse callado, como es su costumbre, ante esta debacle.
Ya es hora de que los recursos con los que cuenta el país sean administrados de manera eficiente y transparente. Puerto Rico no puede seguir siendo rehén de la misma política de siempre, que piensa primero en los intereses personales y políticos de unos pocos por encima del bienestar colectivo del país.