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Opiniones

Contraste administrativo

El candidato a la gobernación por el PPD señala cuáles son sus credenciales para lograr una transformación positiva de la gestión pública en Puerto Rico

La segunda transformación de Puerto Rico requiere voluntad férrea para impulsar los cambios necesarios que redunden en desarrollo económico para todos. Además, requiere un administrador con la capacidad, energía y visión de utilizar mejor nuestros recursos para facilitar e impulsar esos cambios.

Para ser verdaderamente efectivo en administrar a Puerto Rico se requiere sensibilidad, conocer de cerca las preocupaciones y sinsabores diarios de cada familia puertorriqueña, así como la responsabilidad personal y comunitaria del efecto de cada determinación tomada. De igual manera, actuar con responsabilidad implica asumir las consecuencias de las determinaciones correctas y de aquellas que, en todo o en parte, no lo han sido.

Mi trayectoria es la corroboración de la capacidad de administrar con sensibilidad y prudencia de manera que se logre una mejor calidad de vida para todos.

Por su parte, el PNP adolece de la capacidad para asumir responsabilidad por las consecuencias directas de sus actos o por su pasividad e inacción. Miles de familias sin sustento por haber perdido su empleo y una administración incapaz de entregar beneficios por desempleo; otras miles sin un techo o un hogar digno luego de los desastres naturales; cientos de miles sin acceso a servicios de salud; nuestra niñez sin educación, mientras se maltratan nuestros maestros; lo único seguro es la inseguridad en nuestras calles; sin proyecto de desarrollo económico para todos, mientras los amigos de la administración son los únicos con oportunidades de éxito; una corrupción rampante y un departamento de justicia tan o más callado que aquel que dirigió Pedro Pierluisi en la administración de Pedro Rosselló. En fin, los que nos gobiernan y pretenden seguir en el cargo, lo han hecho con insensibilidad, plagado de incompetencia y abrazado de la corrupción.

Además de la trayectoria personal de cada líder, los resultados en cada gestión de asuntos públicos que le ha sido encomendada es la carta de presentación. Esa experiencia tiene que demostrar sensatez en cada acto y que se logró el bienestar general. El resultado de la gestión pública de Pedro Pierluisi es más lamentable que productivo para el Puerto Rico de hoy.

Mientras fue Secretario de Justicia, 40 personas, algunos de ellos compañeros de gabinete, fueron convictos de corrupción pública. Ninguno de los casos fue presentado por el departamento que dirigió. Como Comisionado Residente culminó su gestión con impulsar la aprobación de la ley PROMESA, que ha implicado el empobrecimiento de nuestra gente, la eliminación de derechos de empleo y sobre 100 nuevos impuestos.

Finalmente, su más reciente gestión pública fue intentar apoderarse de la gobernación de Puerto Rico de manera inconstitucional e ilegítima, lo que representa una afrenta y menosprecio a la democracia puertorriqueña, al orden y la justicia, así como al pueblo mismo.

Existe un claro y marcado contraste entre el resultado de la gestión pública de Pedro Pierluisi y el demostrado éxito de mi gestión. De mi trayectoria se concluye que los éxitos se de en a que siempre he actuado con sensibilidad y transparencia. La segunda transformación de Puerto Rico llegará con un verdadero administrador.

El éxito de las propuestas de desarrollo económico, seguridad, educación, gobernanza, innovación tecnológica, seguridad alimentaria, salud y la lucha contra la desigualdad social son posibles en la medida en que un buen administrador asuma la responsabilidad de darte buen gobierno. Marca el contraste. ¡Piensa en grande!