Isaías desenmascara a José Ortiz
[OPINIÓN]
Desde el azote del huracán María, cada anuncio que alerta la proximidad de un fenómeno natural suele generar mucha tensión en nuestra ciudadanía. Es algo normal porque aún permanece en nuestra memoria colectiva la experiencia de la devastación que sufrimos hace casi tres años, al extremo que hoy miles de familias no han logrado reconstruir sus viviendas mientras el gobierno se muestra indiferente ante las necesidades del pueblo.
Por eso, el paso de una tormenta por nuestro archipiélago aumenta la preocupación en nuestra gente por los daños que las lluvias y los vientos pueden ocasionar a nuestras plantas de generación energía y a las líneas de transmisión y distribución. Y el caso de Isaías no fue la excepción.
En múltiples ocasiones hemos insistido en la urgencia de mejorar la infraestructura eléctrica del país por tratarse de un servicio esencial. Y lo que es más importante, existe la capacidad, las alternativas y el compromiso de sus trabajadores para fortalecer nuestro sistema energético están disponibles, pero la dirección de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) no quiere hacer nada.
La ecuación es sencilla. En la AEE hemos sido víctimas de un descuido intencional de parte de las administraciones gubernamentales que se han alternado el poder en las pasadas décadas.
Tanto el Partido Popular Democrático como el Partido Nuevo Progresista, sin exclusión, han actuado con indolencia frente a los problemas de la AEE. Ambos han sido obstáculos para otorgarle a la corporación pública los recursos que se necesitan para mantener en buen estado todo nuestro sistema energético.
Las administraciones de estos dos partidos han echado al abandono a la AEE sumergiéndola en una profunda crisis financiera y descuidando su infraestructura. Ese reclamo lo hemos hecho insistente y consistentemente porque, como trabajadores de la Autoridad, sabemos qué hace falta y qué hay que hacer para garantizar el mejor servicio eléctrico a nuestro pueblo.
En la UTIER cumplimos nuestra responsabilidad de informarle al país lo que sucede con nuestro sistema de energía eléctrico y alertamos de las consecuencias que acarrean la falta de acción de la dirección de la corporación pública. Siempre hablamos de frente y presentamos nuestros planteamientos con datos que los sustentan.
Por eso, insistimos en que la negligencia inducida a la que las administraciones de turno han llevado a la AEE es la causa principal de los problemas que sufrimos con el servicio de energía cada vez que enfrentamos algún evento atmosférico, como ocurrió con el paso de la tormenta Isaías.
Esa negligencia, por ejemplo, es evidente en la falta de mantenimiento adecuado en las líneas de transmisión y distribución, incluyendo los trabajos de poda de árboles que son tan importantes para preservar nuestro sistema. Sobre ese particular hicimos las advertencias al país y llamamos la atención por la inacción del director de la AEE, José Ortiz. Mas aun hemos estado presentado propuesta económicamente viable para atender la poda y hasta la Gobernadora Wanda Vázquez se la hemos presentado por escrito, pero han caído en oídos sordos.
Hemos denunciado la falta de equipo para nuestros trabajadores, el descuido de la flota vehicular y la reducción persistente del personal capacitado que brinda servicios en distintas áreas.
¿Y por qué ha ocurrido esto? Al igual que ha ocurrido en pasadas administraciones, José Ortiz ha encaminado una agenda muy bien orquestada para profundizar en el deterioro de la AEE y viabilizar así la ruta hacia la privatización. Y lo hace sin importar las consecuencias que tenga para el país.
José Ortiz, junto a políticos como Eduardo Bhatia, bonista e inversionista han conspirado para vender la idea de la privatización de la AEE alegando que el gobierno no tiene fondos para mantener su operación y, por consiguiente, justificar la entrega al capital privado.
Por eso le mienten al país. Esas voces pasan por alto que el mayor valor de la AEE es su carácter público y que el derecho de la ciudadanía a disfrutar de energía eléctrica solo se garantiza manteniendo la corporación en manos del Estado.
Pensemos por un momento cuán preparados estaríamos para enfrentar cualquier adversidad si la dirección de la AEE hiciera buen uso de los recursos de la agencia y los dirigiera a atender los problemas que hay que resolver. Pero no, quienes dirigen la Autoridad pretenden continuar ahorcándola y descuidándola para elevar los niveles de frustración de la ciudadanía y avanzar en su agenda privatizadora.
Hoy, la tormenta Isaías volvió a desenmascarar la ineficiencia e incapacidad del director de José Ortiz, quien además le miente consistentemente al país sobre el estado de situación del sistema energético, manipula información, lanzan acusaciones infundadas a mansalva y, lo que es peor, induce a error a su jefa, la gobernadora Wanda Vázquez Garced.
La AEE es un activo importante del país que debemos proteger. Los recursos, tanto económicos como humanos, están disponibles para mejorar lo que hay que mejorar y para eso no es necesario privatizar nada.