"I can’t breathe"
La contadora pública autorizada Tere Casellas comenta como ciudadana sobre la muerte a manos de un policía del afroamericano George Floyd.
Muchos hemos visto las imágenes horroríficas de los últimos momentos de la vida de George Floyd en las redes sociales. Sus plegarias por su vida son palabras que quedaron impregnadas en mi memoria. La expresión de indiferencia y la frialdad del policía me dejaron desconcertada. La mirada vacía típica de un sicópata donde no existe el remordimiento. Su cara de satisfacción ante sus ínfulas de poder, todo bajo el escudo de que estaba haciendo su trabajo de proteger a la ciudadanía, y los otros tres policías cómplices a su lado sin hacer absolutamente nada por la dignidad de un ser humano.
Quiero hacer hincapié en los héroes que estaban presenciando la situación y trataron de proteger a la víctima tratando de razonar con los policías, cuestionándoles por qué no lo movían a una patrulla o de posición, hasta intentaron mover a la víctima, pero los policías los amenazaron con sus armas. Al final del video, uno de ellos persiguió al policía dejándole saber que probablemente lo había matado, que si moría esperaba que viviera con eso en su persona por que había sido el causante.
El racismo siempre ha existido y los prejuicios y maltratos hacia las minorías siempre han estado. Los años invertidos en “sensitivity trainings” donde empresas daban adiestramientos para poder trabajar y coexistir con personas diferentes a ti pasaron al olvido. No necesariamente porque alguna vez creyeron en el movimiento y lograron sentir empatía, sino porque se les enseñó a cómo comportarse con gente diferente y poder ser “politically correct”.
Hoy día la gente se siente autorizada a hablar abiertamente sobre cómo se sienten hacia otros seres diferentes a ellos, todo bajo el escudo de la libertad de expresión. Más aun, al no haber empatía, no les interesa los efectos que sus palabras o acciones puedan tener hacia otros pues sus derechos comienzan donde terminan los de ellos. Era todo mejor cuando la gente no decía todo lo que pensaba, no significaba que pensaran diferente, pero por lo menos no se sentían en la necesidad de expresarlo.
Hay mucha falta de humanidad y empatía y la situación con George Floyd fue un ejemplo vivo de lo que las minorías viven a diario, la diferencia es que ahora se publica en las redes sociales, lo podemos ver y quizás vivir en carne propia y poder tener una leve idea de cómo se siente. Por eso la indignación mundial sobre esta alma inocente que simplemente por su color de piel fue juzgado culpable. Por eso las manifestaciones que están ocurriendo son violentas, la indignación es grande, están gritando y peleando por sus derechos e injusticias de cientos de años. Si vivieras pisoteado toda la vida y por generaciones por el mero hecho de nacer, tendrías el mismo coraje.
Me encantaría que pacíficamente se lograra obtener derechos, pero históricamente, ningún derecho ha sido obtenido de esta manera. Si piensa que la nación estadounidense ha sido pacífica, lea sobre la revolución americana; la independencia de Estados Unidos se obtuvo por medio de violencia continua hasta que sus colonizadores se rindieron. Esperemos que los racistas algún día también se rindan y lleguen a la realización de que todos somos iguales.