Cientos de literas plegables con bombonas de oxígeno líquido, una abigarrada unidad de cuidados intensivos, salas de radiología y una farmacia repleta de medicamentos: así es el interior del buque-hospital Comfort de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos que está atracado en Nueva York con la misión de aliviar la carga de los hospitales en el epicentro de la pandemia de COVID-19 en el país.

En una serie de vídeos proporcionados por la Marina estadounidense, se puede ver la puesta a punto de las instalaciones antes de que llegaran los primeros pacientes al navío, que atracó en el muelle 90 de la isla de Manhattan el lunes equipado con un millar de camas, 12 quirófanos y 1.200 profesionales para atender principalmente a pacientes no enfermos de coronavirus en la Gran Manzana.

El enorme buque, un antiguo carguero de petróleo que ha viajado por todo el mundo en campañas militares y crisis humanitarias durante cuatro décadas, estuvo por última vez en Nueva York para brindar apoyo en los ataques terroristas del 11 de septiembre, pero sus instalaciones se mantienen impolutas gracias al trabajo de los efectivos, a los que se ve en las imágenes con uniformes de camuflaje o monos azules ultimando detalles.

Llama la atención la amplitud de las salas donde los médicos realizarán sus guardias y en las que se observan, ordenadamente dispuestas, cientos y cientos de literas con camas plegables a dos niveles, arriba y abajo, equipadas con bombonas de oxígeno líquido y aparatos para las constantes vitales, así como muebles funcionales a su alrededor que contienen material de protección y de trabajo, desde guantes de látex hasta tubos de muestra.

Cruzando una puerta con el letrero de unidad de cuidados intensivos (UCI) esperan todavía más camas, en este caso parecidas a las que se suele ver en los hospitales y que se componen de colchones dispuestos sobre somieres funcionales, reclinables y con ruedas para desplazarlos fácilmente, que se han dispuesto de forma abigarrada, muy cerca los unos de los otros, operativos para aquellas personas enfermas de mayor gravedad.

En los vídeos también se muestra el interior de una sala de radiología, con su aviso de peligro a la entrada, donde las paredes verdes acogen avanzados aparatos médicos que se controlan a través de ordenadores; y hasta una farmacia, con su ventanilla, dentro de la que hay pasillos con cientos de medicamentos clasificados en estanterías y un cubículo aséptico para manejar muestras en el que se ha escrito a mano “cambio de guantes”.

El contraalmirante del US Comfort, John Mustin, explicó que el objetivo del buque es «liberar la presión» que sufren el resto de hospitales de Nueva York recibiendo a pacientes no afectados por el COVID-19 para que «puedan enfocarse en esta pandemia», que en todo el estado ha contagiado a casi 76.000 personas, más de la mitad en la superpoblada ciudad.