Las autoridades se reunieron el lunes con un grupo de confinados de máxima seguridad del complejo correccional de Las Cucharas, en Ponce, luego de que estos iniciaran una huelga de hambre en protesta por los alimentos, que le estaban llegando tarde, fríos y hasta en algunas bandejas sucias, confirmó el propio personal del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) a este diario.

El comité de los confinados denunció, a través de su portavoz, el licenciado Ricardo Ortiz Morales, que la comida en ocasiones le ha estado llegando dañada o con cucarachas.

Por políticas de austeridad del DCR, las cocinas de los complejos correccionales están centralizadas. En el caso de Las Cucharas, se cocina en el edificio de la Ponce 1000 y se distribuye a toda los complejos de la institución. Los presos de máxima seguridad reciben los alimentos directamente a la celda.

Pero de acuerdo al coronel, David Cruz, del DCR, la tardanza en la distribución de los alimentos se debe a que uno de los elevadores se dañó hace tres días. De cuatro elevadores que existen en máxima seguridad, sólo uno estaba funcionando. Dos de ellos estaban dañados desde hace seis años, contestó Cruz, a preguntas de NotiCel, al asegurar que esta semana se ordenó su reparación en un periodo de 30 días.

La compañía Trinity Service Group, con sede en Estados Unidos, provee los servicios de alimentos en las cárceles de Puerto Rico por un contrato, que se hizo en 2011. Según la página web, esta empresa comparte la misma matriz que Canteen Correctional Services, que fue revocada por el Secretario de Estado, David Bernier, luego de que incumpliera con su responsabilidad de rendir informes y pagos de derecho durante los años de 2008 a 2012. Esta empresa también enfrentó denuncias públicas por supuestamente, servir comida expirada, algo que rechazó el entonces Secretario.

Cruz indicó que se asignaron dos inspectores de campo para supervisar que la compañía no entregue bandejas con residuos de comida, y se está entregando la comida en platos de foam temporalmente ‘para que llegue caliente y rápido a los confinados’.

‘El Departamento de Corrección tiene que responder por la negligencia en la supervisión. Desde hace tiempo, los confinados se están quejando y les contestan que van a revisar el asunto’, contó el licenciado Ortiz Morales, quien también representa a Los Ñeta.

Luego de una reunión entre funcionarios y la población penal, estos acordaron poner fin a la huelga de hambre ante unos acuerdos a los que llegaron, pero en el desayuno del martes persistió el problema de las bandejas sucias. Según el coronel, los confinados aceptaron la comida al mediodía, que fue distribuida en contenedores desechables.

Para ahorrar al Gobierno una monta millonaria en contratos, los confinados han sugerido que se delegue en ellos la tarea de fregar las bandejas, como se hace en otras instituciones penales, lo cual también les da oportunidades de terapia ocupacional. TrinityServiceGroupreportó activos de $231 millones y pasivos de $263 millones, según el Certificado de corporación foránea.

Mientras el DCRmantiene contratos millonarios,Ortiz Morales destacó que la institución de Las Cucharas carece de programas de rehabilitación: el programa de estudios solo llega hasta cuarto año de escuela superior, mientras que en otras instituciones cuentan con currículos universitarios, y tampoco hay consistencia en las terapias. ‘El resultado es una población sin ningún quehacer que los rehabilite’, criticó.