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Economía

Los asalariados pobres: esclavos del siglo XXI

Puerto Rico se ha convertido en una isla de contrastes, con prácticamente la mitad de la población en condiciones de pobreza y una creciente tasa de trabajadores que vive exclusivamente para el trabajo, sin que ello se traduzca en mejores condiciones de vida. Los obreros y obreras son los nuevos esclavos del siglo XXI, un fenómeno que ocurre no solo en el país, sino a nivel mundial.

La brecha entre los altos costos y la baja remuneración resulta en que cada vez más personas tengan que recurrir a dos y tres empleos, sin tiempo libre, privándose incluso de actividades familiares y recreativas. El ajetreo diario ha significado, a su vez, complicaciones de salud, y ha puesto a algunos estudiantes a escoger entre proseguir sus estudios o pagar la renta.

Una periodista de 36 años, quien prefirió mantener el anonimato, tuvo en su momento tres empleos simultáneos en programas de radio y televisión para poder cumplir con los gastos de renta y utilidades, cuando su esposo quedó desempleado. Actualmente, mantiene dos. Su vida transcurre literalmente en el trabajo. Las pocas horas libre, las utiliza para descansar.

'Siempre estoy cansada', lamenta. El horario de trabajo le impidió participar de la celebración del cumpleaños 93 de su abuela, así como del primer 'baby shower' de su mejor amiga. Asegura que sus condiciones de salud han empeorado, que tuvo que batallar para que le permitieran un día libre para ir a sus citas médicas y que a penas tiene tiempo para compartir con su esposo. Ya no trabaja para vivir, sino que vive para trabajar. 'Soy una esclava', asegura.

Su situación representa la de muchos otros puertorriqueños, que pese a que invirtieron en una educación formal, luego no tienen la remuneración adecuada o no encuentran empleo en su área de estudios, aceptando a cambio opciones de salario mínimo, que están por debajo del nivel de pobreza, según el Censo. A diciembre de 2013, el 22.9% de las familias que recibieron el PAN eran trabajadoras.

Otros miles de puertorriqueños nunca culminaron sus estudios, por lo que conforman esa cuarta parte de trabajadores en salario mínimo o de los que tienen que chiripear para poder subsistir. El promedio bajo el PAN no es suficiente: supone $3.35 diarios para la compra de alimentos. El TANF, bajo la categoría de persona envejeciente, representa $64 mensuales.

Luis Daniel Rivera, de 36 años, es un beneficiario del PAN, que sale a vender agua todos los días en la calle Coll y Toste, frente al Centro Judicial de San Juan. Intercepta a toda persona que entra y sale del estacionamiento. 'Caballero, ayúdeme a pagar la renta', insiste. La desesperación denota la pobreza. 'Tengo una deuda de dos meses. Ya me botaron del apartamento una vez', comentó. 'No consigo trabajo, estuve preso. Tengo el récord dañado', explicó quien padece, además, de condiciones de las piernas, diabetes y salud mental.

JampierParotte, de 36 años, barre las hojas en la acera de la Avenida Muñoz Rivera. Aunque su salario está un poco por encima del mínimo, admite que no es suficiente para mantener a dos; su esposa está discapacitada. Viven 'apretados'. Una salida a comer o al cine es visto como un lujo. 'Si se me explota una goma, ando con la respuesta par de meses', reaccionó.

El Centro para la Nueva Economía venía llamando la atención sobre el problema desde 2005, en que la tasa de trabajadores pobres era de 18.5 por ciento. Este año, esa cifra está en 22.9 por ciento, según la Administración de Desarrollo Socioeconómico de la Familia (Adsef). Las soluciones que el CNE sugirió en su informe iban desde expandir el crédito por trabajo, que eliminó esta administración, hasta dar incentivos para que los patronos paguen salarios más altos que el mínimo.

'Irónicamente, Puerto Rico provee un sinnúmero de incentivos para que las clases socioeconómicas altas inviertan, ahorren y acumulen activos a través del sistema contributivo... Pero parece que los incentivos contributivos son buenos para los millonarios de Nueva York, pero no para las miles de familias trabajadoras pobres de Puerto Rico', expuso Sergio Marxuach, en una crítica al gobierno por la eliminación del crédito por trabajo.

'Vaya forma de poner primero la gente', concluyó el economista, en su artículo.

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(Archivo/NotiCel)
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