Federer vuelve a besar un Grand Slam
Melbourne - El suizo Roger Federer conquistó su quinto título del Abierto de Australia, el 18vo Grand Slam de su carrera, al vencer por fin en este grande al español Rafael Nadal, su histórico rival, por 6-4, 3-6, 6-1, 3-6 y 6-3.
En el cuarto duelo entre estos dos jugadores en el primer grande de la temporada, Federer se desquitó y ganó por primera vez a Nadal, su verdugo en la final del 2009, y en las semifinales de 2012 y 2014, en tres horas y 36 minutos en su partido 100 en Melbourne Park.
También cerró una página negra, pues el suizo no ganaba a Nadal en partidos de Grand Slam desde hace diez años, desde la final de Wimbledon de 2007.
Fue un partido intenso, tenso e incierto hasta el final, porque Nadal estuvo muy cerca de la victoria, pues tras quebrar a su rival en el primer juego del quinto set, dispuso de una ventaja de 3-1 e incluso una oportunidad para marcar el 4-2 con su saque. No obstante, en vez de machacar a Federer al revés con su derecha 'liftada', cambió de opinión y la envió al otro lado, fallando.
Luego Nadal salvó cinco bolas de rotura en el octavo juego, donde hubo un fabuloso intercambio de 26 golpes, pero Federer le robó su servicio y al final acabó ganando los cinco últimos cinco juegos.
Con un final novelesco, con intriga, se tuvo que recurrir al Ojo de Halcón para descifrar si el 20mo 'ace' de Fededer era bueno, y apto para ser llamado el punto del triunfo en Melbourne, después de siete años.
Con esta victoria, Federer regresará este lunes al 'top-ten' situándose décimo, mientras que Nadal ocupará el sexto. El quinto Abierto de Australia es el 61 torneo en pista rápida en el palmarés de Federer, y el 89 de su currículo.
Su ídolo Rod Laver entregó la copa a Federer, después de una épica victoria. Pero antes el suizo había observado lo sencillo que es para Nadal regresar.
'Es impresionante lo fácil que lo hace', había dicho, y este domingo su frase le dio la razón sobradamente, porque estuvo a punto de la derrota, pero resurgió con un gran final.
Nadal empezó bien el primer set, ganando dos servicios en blanco, pero se enfrió después y en el séptimo cedió su saque, y entre ese y los dos siguientes juegos, solo pudo ganar un punto.
Federer abandonó la pista para recibir tratamiento médico. Su muslo derecho le dolía. Y cedió de entrada su saque, el peor error que podría cometer. No obstante, no bajó los brazos y remontó un 3-1.
Nadal dispuso de una ventaja para ponerse por delante 4-2 con su saque, pero en vez de seguir con su derecha al revés del suizo, abrió, y su golpe salió fuera.
Ahí perdió su gran oportunidad después de un esfuerzo descomunal, porque al final, al sexto punto de rotura de este parcial, entregó su servicio (3-3).
Federer acabó ganando los últimos cinco juegos, salvando el pellejo con destreza, y con una resistencia que solo Nadal puede exhibir.
Al final, sus lágrimas aparecieron, como suele suceder en él mejor jugador de la historia, cuando la emoción le embarga.