Ineabelle Díaz: Corazón de hierro (Columna)
Por compromisos con la Federación Puertorriqueña de Canotaje deje a mi corazón y alma volar a Las Vegas para que celebren junto a Ineabelle Díaz su inmortalización al Salón de la Falla del Deporte Internacional de Tae Kwon Do.
Haber sido deportistas y trabajar ahora como periodista deportiva toca muchas fibras de mis posiciones. Cuando se recibe grandes noticias que quieres celebrar como compañera de delegación trae consigo lágrimas, palabras no publicables y emociones principales de una fanática y apasionada amante del deporte.
Una vez que caigo en tiempo, choco con mis principios periodísticos al saber que debo reseñar el suceso como mandan los cánones éticos de la profesión. Una tarea que me pone en tres y dos para no resbalar en la subjetividad!
Gracias a la virtud de mi campo, existe la columna de opinión. Este espacio que hoy me otorgó Noticel para expresar lo que ha sido observar, vivir y admirar por más de dos décadas la carrera de una heroína del deporte olímpico en Puerto Rico que está siendo exaltada al Salón de la Fama del Deporte Internacional: la taekwondoista Ineabelle Díaz. La ceremonia se lleva a cabo en Las Vegas Nevadas.
La noche del martes, 17 de septiembre nunca se me va a olvidar. Había pasado un día terrible. Pero, Chuito (Dios) siempre envía ese bálsamo positivo para decir eres el mejor. Recibo un mensaje de texto con una carta que entre sus párrafos el de mayor importancia fue este:
'Dear Ms. Ineabella Diaz: Due to your participation as an Olympic athlete, and having won numerous medals in international competition, it is my pleasure to invite you to receive 'Special Recognition' at the fourth Official Taekwondo Hall of Fame® award ceremony which will take place in Las Vegas, Nevada in the USA', firmada por el fundador y director ejecutivo del Salón, Gerard Robbins.
Brinqué de mi cama. Grité con fuerza. Lloré de emoción. Saben por qué? Una gran amiga había logrado el galardón más importante que puede recibir un atleta en el ámbito internacional de su deporte.
En el centro, la esgrimista Zacha Acosta, Héctor Cardona presidente del COPUR en el 2006, e Ineabelle Díaz abanderada de los Juegos Centroamericanos de Cartegena. (Suministrada)
En 1993 comencé a saber de ella. Solo llevaba apenas tres años llenando de oro a Puerto Rico en Campeonatos Panamericanos, Juegos Centroamericanos de México (1990) y Ponce (1993) y copas del mundo. Siguió con arrolladoras actuaciones ganando su primera medalla mundial de bronce en Nueva York. Su medalla de plata llegó en el 2005 tras alcanzar el quinto lugar en Atenas 2004, el logro más alto de una mujer en unos Juegos Olímpicos.
Ineabelle estaba en todos los periódicos. La mujer fuerte, guerrera y de corazón de hierro en el tatami era la reina el movimiento olímpico. Crecí admirándola por las historias que hacían de su coraje deportivo, de su dedicación en el entrenamiento y su estupenda relación de entrenador y atleta con Rubén Ayala. 'El Maestro' que todavía lo saludo con el respetado ritual que caracteriza el deporte del Tae Kwon Do.
Más allá, mujeres al fin, las situaciones que trae consigo la vida nos unió. Ella tuvo un retiro forzoso que la llevó a conocer una persona muy especial en nuestras carreras, la psicóloga Rosa Hechevarría.
'La reina de la psicología del deporte', como la llamamos en nuestras pláticas, nos presentó en el autobús de entrenamiento de los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2002. Rosa dejó a mi lado a Ineabelle para que me inspirara la búsqueda de medallas, y yo temblé al tener a mi lado a mi heroína.
Ineabelle fue muy expresiva conmigo. Utilizó su corazón de hierro para decirme que tenía que hacer ante las oponentes en la esgrima. Ella estuvo en apoyo siempre. Yo logré una medalla de bronce individual y plata por equipo en florete femenino. No cabía de la emoción. Mi nueva amiga me apoyó.
La amistad siguió creciendo a pesar del poco tiempo que pasábamos hablando, ya que se dedicó a sus entrenamientos en Corea, México y otros centros en el Mundo. Continúe leyendo sus hazañas hasta que en el 2004 viví la no clasificación a los Juegos Olímpicos de Atenas y ella cayó en el tatami tras una dolorosa derrota que nos llevó a unirnos más.
El 2006 fue grandioso. Ella fue mi abanderada y de Puerto Rico en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Cartagena, Colombia. Una distinción patriótica que hace estallar el corazón de múltiples emociones. No me creen?, pregúntale a ella.
De Colombia llegamos contentas porque Puerto Rico había superado las expectativas de medallas y ambas teníamos las nuestras de diferente color. Poco a poco se sentía la nostalgia de lo que sería el retiro para ambas. Yo adelante el mío para el 2008 e Ineabelle lo hizo en Mayagüez 2010.
Ahora ella se dedica a su Academia Black Beats en Dorado, y yo a redactar notas deportivas que cambien el humor del puertorriqueño a través de la pasión que produce un canasto, un puño, una patada o una carrera.
No se crean… No me olvidado! También me disfrute el momento que la vi en la televisión endosando una campaña política que ya ustedes bien conoce. Me la vacilé y le hablé de frente sobre lo que pensaba. PERO, esa decisión no cambio el aprecio y amor de amiga-hermana que siento por Ineabelle Díaz.
Al contrario, aprendí de su historia, la compartió en un medio nacional y educó al atleta a que piense antes de actuar las consecuencias que le puede traer los endosos políticos. En este capítulo reconocí que ser incondicional es más allá de solamente celebrar las victorias.
Cerrado el tras pie, hoy se celebró con mucha alegría su exaltación al Salón de la Fama Internacional de Taewondo.
(Nota del editor: La autora de esta columna,Zacha Acosta, fue atleta de alto rendimiento y compartió con la legendaria Ineabelle Díaz, tanto en el Albergue Olímpico como en competencias internacionales. Actualmente, es periodista y profesora universitaria)