Arranca la evaluación de reglamento para el cannabis medicinal
Dos empresas dispuestas a tomar la batuta en el cultivo y distribución de la marihuana medicinal abogaron por mayores controles de calidad, rigurosidad científica, y aprobación mínima de licencias para operar.
Así lo defendieron en vistas públicas celebradas por el Departamento de Salud para discutir el Reglamento que supervisaría el uso, posesión, cultivo, manufactura, producción, fabricación, dispensación e investigación del cannabis medicinal.
GrowBlox Sciences, compañía puertorriqueña de tecnologías que buscan asegurar la calidad y controles necesarios para producir de forma consistente y segura materia prima botánica de un mismo perfil genético, se declararon listos para iniciar operaciones de investigación y desarrollo en las áreas de cultivo, distribución y dispensación de cannabis.
Su ejecutivo en jefe, el empresario César Cordero Kruger, depuso una ponencia en la que listó las enmiendas al reglamento que considera necesarias para el éxito del proyecto novel en Puerto Rico, entre las que incluyó limitar la cantidad de licencias o permisos que el Estado pueda otorgar anualmente.
'El Estado no cuenta con los recursos para fiscalizar efectivamente una alta cantidad de dispensarios, por lo que resulta imperativo limitar la concesión de permisos de cultivo y dispensación para evitar que la falta de recursos afecte el cumplimiento y su fiscalización', depuso.
En ello coincidió la empresa Academic Science of Puerto Rico, creada por profesionales de distintos campos de la salud con el propósito de investigar los usos de la marihuana medicinal en alianza con la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, para enlazar el estudio con el proceso de cultivo, manufactura y distribución.
Su presidente, el coronel retirado especializado en salud Roberto González, firmó la ponencia qu sugiere la otorgación de cuatro licencias de cultivo y doce dispensarios para atender un total de 48 mil personas en la Isla. Esto, siguiendo el modelo de Canadá y el estado de Nueva York.
Sin embargo, Cordero Kruger se posicionó en contra del 'monopolio estatal' que propone la reglamentación, que descarga toda la responsabilidad y manejo de la producción de cannabis medicinal al Departamento de Salud, con permisos para la subcontratación. Este modelo podría estar sujeto a cambios de administración 'haciendo de un proceso que debería regirse por la rigurosidad científica uno sujeto a decisiones arbitrarias', planteó. Para ello, GlowBox Sciences sugiere que Salud regule, no controle, el cultivo y dispensación de la marihuana medicinal, mediante la otorgación de licencias de cultivo y dispensación a entidades privadas.
Por su parte, Ismael Ortiz, presidente de la Alianza de Pacientes Pro Cannabis, Inc., se manifestó en contra de cualquier tipo de monopolio estatal o empresarial que inhiba el libre mercado. Según el sobreviviente de cáncer, que alivió sus síntomas mediante un tratamiento a base de cannabis en Seattle, solo el libre mercado podría satisfacer las necesidades de los pacientes del país.
En cuanto a la pertinencia del estudio y la investigación científica, Cordero Kruger añadió que el Departamento de Agricultura y la Universidad de Puerto Rico deberían sumarse al proceso mediante alianzas estratégicas donde crean pueden contribuir con el avance del estado actual del conocimiento. A su vez, Academic Science of Puerto Rico basa la mayor parte de su gestión en la investigación y el estudio constante en busca de la calidad necesaria para crear una industria sólida en Puerto Rico.
Sin embargo, Ortiz se expresó en contra de seguir generando estudios mientras los pacientes del país continúan padeciendo dolores, víctimas de tumores e inflamaciones que el cannabis puede suavizar. 'Ya se han hecho 20 mil estudios. En este mismo período del Reglamento, ya han muerto tres personas de nuestra organización', criticó.
No obstante, los ejecutivos persisten en que se debe velar por una regulación rigurosa. Para ello, las pruebas de laboratorio independientes para mantener el control de calidad sobre los perfiles químicos de cada planta y derivados, propuesto por GlowBox Sciences, y el programa de adherencia que sostenga comunicación constante con el médico para que vele por el tratamiento preciso, son algunas de las medidas que sugieren.
Otra de las medidas, según GlowBox, es eliminar el requisito de residencia para los pacientes que puedan beneficiarse de las pruebas. Aparte de ser 'una medida de compasión', Cordero Kruger comentó que fomentaría el turismo médico en la medida que los pacientes extranjeros procuren servicios médicos y se hospeden en hoteles destinados a la industria.
Ortiz fue más allá y propondrá en su ponencia que se elimine el requisito de contar con la mayoría de edad para recibir el tratamiento. Citó a los muchos niños del país que son pacientes de cáncer y padecen de los mismos dolores que los productos derivados de cannabis podrían aliviar. Sin embargo, la comunidad científica hasta ahora ha coincidido en que se mantenga el requisito de edad.
Por otro parte, propuso eliminar la exclusión del cannabidiol, que se ha mostrado efectivo para combatir el dolor crónico, la epilepsia y el cáncer, al igual que el cannabinol, reconocido por sus propiedades sedativas para combatir el insomnio. Ninguna de las propiedades medicinales deben ser descartadas, insistió.
No obstante, los representantes de ASPR prefieren concentrar su investigación científica en la extracción de los componentes que se muestren más efectivos para aliviar síntomas de enfermedades crónicas. A pesar de que GlowBox Sciences es una empresa que a base de un proceso de extracción, busca lograr el extracto óptimo de los ingredientes activos para que puedan ser validados, propuso la inclusión de todos los compuestos.
'Entendemos que el beneficio óptimo de este botánico reside en el conjunto de sus compuestos, el todo es mejor que la suma de sus partes', dijo Cordero Kruger.