Experto habla de Molly: 'Hay que enseñar a nuestros hijos a decir que no'
Un psicólogo clínico especializado en niños y adolescentes no solo explicó por que los jóvenes incurren en conductas de alto riesgo en eventos multitudinarios como festivales de música, sino que tambien habló de la responsabilidad que a veces falta en los padres y hasta de la autoridad que tiene que asumir el gobierno en eventos como este, puesto que hay leyes que no se cumplen pero no hay ningún tipo de penalidad por ello.
El doctor Miguel Pagán, que aparte de ser psicólogo clínico también trabajó por mucho tiempo con ASSMCA, declaró a NotiCel que el problema no radica tanto en los jóvenes y su consumo desmedido de alcohol y otras sustancias, sino en que si estos actúan sin pensar en lo que puede pasar luego, es usualmente indicativo de alguna falla de comunicación con los padres o encargados de su crianza.
'Aquí muchos padres son permisivos, por no tener problema con sus hijos, miran a otro lado y los hijos a los 15, 16 y 17 años bebiendo en exceso, en camino de ser alcohólicos cuando son adultos. Cómo vas a permitir que tus hijos salgan a lugares sin saber que está pasando? Muchos padres saben conversar con sus hijos, les brindan la confianza, pero otros muchos que sencillamente no tienen idea de lo que están haciendo sus hijos, ni con quién andan', puntualizó, a la vez que admitió que esta conducta de consumo de alcohol y otras sustancias es muy normal -aunque no debe ser aceptada- en este tipo de festivales que, si bien no eran desconocidos, han cobrado mucha popularidad en los últimos años.
Joven en el suelo durante el festival (Juan Costa para NotiCel)
Por las drogas de diseño tampoco se mostró sorprendido, aunque sí preocupado. Trajo como ejemplo los festivales rave, que décadas atrás eran lo más similar a los festivales de música electrónica de hoy. Indicó que en estos también se utilizaban sustancias y alucinógenos, aunque hoy la más popular es 'Molly'.
Esta droga es una forma concentrada de éxtasis, que, una vez consumida, causa una falsa sensación de cercanía y felicidad, producto de un exceso de serotonina y dopamina en el cerebro. Otros síntomas, como los altos niveles de euforia, son algunos de los efectos de la nada inofensiva Molly, que también distorsiona las percepciones sensoriales y de tiempo, según lo indicara el Instituto Nacional de Abuso de Drogas.
Sin embargo, muy poco se menciona acerca de que el consumo de esta píldora también puede causar efectos como deshidratación, fiebre, presión arterial elevada, hipotermia y convulsiones. Su uso a largo plazo causa depresiones severas, daños permanentes en la memoria e incluso la muerte, tanto por sobredosis o por la incapacidad que pueda tener una persona de soportar sus efectos.
A pesar de todos estos peligros, su consumo parece ir en aumento. En Estados Unidos, por ejemplo, la Red de Alerta sobre el Abuso de Drogas hizo público que desde el 2004, las visitas a salas de emergencia que son relacionadas al uso de Molly, se han duplicado.
Tan reciente como el pasado mes de septiembre, dos jóvenes neoyorquinos murieron tras haber consumido esta droga, casualmente, en un festival de música electrónica llamado Electric Zoo. Antes de convulsar y morir, Olivia Rotondo, una de las víctimas, que apenas tenía 20 años, confesó haber consumido seis pastillas Molly.
En Puerto Rico, el movimiento parece estar haciéndose más grande.
'He visto el movimiento, se está expandiendo. Hasta para salir a sitios como Condado las están usando', expresó una fuente de entero crédito a NotiCel, mientras afirmaba que una unidad de esta sustancia no cuesta menos de $20.
Sostuvo también que, según lo que conoce, gran parte de los consumidores de Molly son personas que van desde la adolescencia hasta la joven adultez.
A estas declaraciones, Pagán respondió que el hecho de que gran parte de la sociedad -sobre todo los jóvenes- vean con normalidad esta conducta de embriagarse y drogarse para 'sentirse mejor' en este tipo de actividades es un asunto de gravedad, sobre todo cuando bajo estos efectos pueden cometerse otras faltas, como las agresiones sexuales.
(Juan Costa para NotiCel)
'Aquí atiendo un numero enorme de muchachas que han sido violadas en ese tipo de actividades. Después de tomar y de hacer otras cosas, ya no tienen control sobre sí. Ahí es cuando ocurren las agresiones de todo tipo, con desenlaces como embarazos no deseados o enfermedades', sostuvo.
El psicólogo también tronó contra el gobierno, pues a pesar de que hay leyes que parecen ser muy estrictas en lo que respecta, por ejemplo, al consumo de alcohol entre menores de edad, se hacen de la vista larga cuando realmente hay que tomar acción, según él.
'Estos lugares y festivales deben ser multados severamente (cuando hay menores de edad drogados y ebrios). Aquí no se hace cumplir la ley, amenazan mucho, hay mucho material escrito pero ahí se queda. He visto adolescentes en toda la isla consumiendo alcohol en las calles, en las barras, en todos lados. A mi oficina vienen todo el tiempo. Pero no pasa nada', reclamó.
(Juan Costa para NotiCel)
Asimismo, aprovechó para aconsejar a los padres a abrir los nexos de comunicación con sus hijos y a no pensar que el consumo de alcohol es algo típico de la edad.
'En los adolescentes, que aún no tienen madurez ni capacidad, hay un riesgo de adicción mucho mayor. Algunos adolescentes suelen beber y usar otras cosas hasta intoxicarse porque no conocen el límite y piensan que se automedican con esto. Hay muchas más razones detrás', sostuvo, a la vez que mencionó que muchas personas empiezan tomando alcohol o usando drogas para superar características que la sociedad ha hecho reprochables, como la timidez.
'Hay que enseñar a nuestros hijos a decir que no, que no sean el rabo del león y que sepan reconocer cuando no deben seguir la corriente', concluyó.
*Ver también:
Alcohol, sexo y Molly al son de ritmos electrónicos (galería)