La exposición ‘Agua’ se concibió antes del racionamiento. Habían inaugurado Espacio Emergente, una sala de exhibiciones temporeras en el casco urbano de Bayamón, enfocada en el arte contemporáneo en Puerto Rico. Tras la primera exhibición, eclectica, sin tema específico, la curadora Waleska Colón pensó en que la próxima exposición se llamaría ‘Agua’, con el recurso natural como fuente de inspiración para diferentes miradas y enfoques.

El próximo jueves inaugurará la exposición, cargando consigo meses de sequía, la incertidumbre de una masa que se baña a cubitos y que pide de rodillas un aguacero que llene los embalses. Con todo ese contexto social, humano y natural, 32 artistas puertorriqueños de diversas generaciones exhiben sus propuestas en las paredes del espacio bayamonés.

El exceso de agua, la falta de agua, las formas de agua. Todas están representadas en la variedad de materiales, recursos y técnicas que cuelgan de las paredes. En cerámica, dibujo, pintura, a través del mosaico, del carboncillo, sobre acrílico, de porcelana, con plumilla o marcador. Todas las formas responden a las diversas miradas.

La exhibición está impregnada por el azul en todas sus tonalidades, pero también por el rojo sangre, el gris seco, el marrón, el naranja. La sequía está ahí, representada en el barro oxidado de ‘No llueve: es un sangrar lento y largo’ de Estela Monserrate, en el pez inerte de cemento del ‘Náugrafo’ de Luis Elier Rivera, en los espacios blancos del ‘Paisaje esfumándose’ del veterano Carmelo Fontánez.

La fuerza del agua en la corriente que arrastra palillos de dientes y maderas sobre el lienzo de Rafael Colón Morales, en los cordones azules invadidos por el rojo que caen del ‘Torrente’ de Luis Ivorra. La crítica social a la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) en ‘Tremendo lío’ de Nelson Vélez y el paso potente del humano en la tierra en ‘Fuente de vida’ de Rosa Serrano. A eso se suma la belleza técnica del dibujo de Gerardo Cloquell, las obras invadidas por la lluvia en su proceso de formación, los glaciares hechos de cerra derretida.

A la convocatoria original sometieron 68 artistas. Para la curadora Colón, también directora ejecutiva de la Junta de Directores del Museo de Arte de Bayamón, es difícil descartar obras, y una vez elegidas, sigue el complejo proceso de descifrar, jugar, buscar similitudes en colores, movimientos, registros, visiones, para enlazar las piezas, ponerlas a dialogar.

Y en ese diálogo, coexisten artistas veteranos como Colón Morales y Fontánez, con jóvenes artistas y creadores que recién empiezan, quizás estudiantes, algunos quizás exhiben por primera vez. Espacio Emergente, en fin, ‘responde a la necesidad de proveer espacios alternos de exhibición de carácter formal que promuevan el enriquecimiento de la trayectoria de los artistas plásticos’, a todos, de cualquier edad y experiencia. Los nombres no importaron, hablaron las obras y las propuestas que respondieron al agua como concepto. Eso fue lo que pesó.

La exhibición ‘Agua’ estará abierta para las visitas de martes a sábado de 8:30 a.m. a 4:00 p.m. en el Espacio Emergente, ubicado en la calle Rossi. esquina Degetau. ‘Al estar ubicado en el centro del casco antiguo de la ciudad, permite que sea un lugar de encuentro entre arte y urbanidad’, dicen del espacio. Pero esa convergencia que se está suscitando en un casco urbano comprometido con el impulso cultural, hace unos años podía verse como algo distante, incluso imposible.

Hace seis años, George Clooney filmó escenas del largometraje ‘The Men Who Stare At Goats’ en la calle Comerío, que interseca el casco urbano de Bayamón. En aquel entonces, el casco urbano estaba tan desmejorado que en la película representaba una ciudad de Irak devastada por la guerra.

Ahora el panorama es diametralmente opuesto, dice el alcalde Ramón Luis Rivera Cruz. Con un proyecto que al principio encaró el escepticismo tanto de asesores económicos como de los residentes del pueblo, doce años después, con una inversión de más de $15 millones de fondos públicos, el casco urbano ha cobrado nuevamente vida.

‘Puerto Rico mide 100 por 35. Si nosotros seguimos construyendo y comiéndonos las áreas verdes del país, qué le vamos a dejar a las futuras generaciones? Por qué no podemos ser proactivos y tomar las áreas que están ya ambientalmente impactadas y revitalizarlas?’, dice Rivera Cruz. Y a eso se ha dedicado.

El casco urbano resurge ahora como un centro de impulso cultural. Los comerciantes que abandonaron sus locales tras la fuga masiva de residentes a raíz del desparramiento urbano, han regresado. El laundry, la barbería, el sastre, todos han visto incremento en sus negocios, dice el alcalde. Hay Plaza del Mercado nueva, Plaza de Recreo remodelada, y pronto se inaugurará la Cocina Urbana como espacio para foodtrucks.

Se ha vuelto a poblar el casco, con sus complejos de viviendas remodeladas, sus numerosas actividades culturales, incentivos a jóvenes profesionales – se les renta apartamentos muy bien equipados a bajo precio – e invitaciones a artistas plásticos a vivir en la zona con el proyecto Espacios Abiertos, que permite a la ciudadanía visitar sus talleres y ver su ciudad inyectada por murales.

Rivera Cruz, que está al mando de Bayamón desde el 2004, optará por un cuatrenio más para en parte completar la revitalización del centro urbano. ‘Algunos me dijeron que no perdiera mi tiempo en el casco urbano, pero no podemos cerrar nuestras mentes. Si nosotros podemos en cuatro años más tener un casco urbano vibrante, con movimiento, con actividad cultural, expandiendo las opciones a la gente al pueblo, con no solo la orquesta, sino arte, poesía, teatro, vamos cambiando el rostro de la ciudad’, concluye el alcalde.