El Departamento de Justicia hace bien al no presentar cargos criminales contra Ana Cacho, sospechosa por el asesinato de su hijo Lorenzo González Cacho, hasta que sus dos hijas que son las testigos principales estén aptas para declarar en los tribunales, afirmó la doctora Doris González, quien lleva 30 años atendiendo a menores abusados.

Para la experta, las menores no pueden ser ajoradas a declarar porque sea hoy, mañana o en uno o varios años ellas ‘dirán la verdad’ de lo que vivieron esa fatídica noche del 9 de marzo de 2010 cuando el niño Lorenzo fue asesinado en la casa de su madre en Dorado del Mar.

‘Esa manipulación no fue muy efectiva. Los niños no van a callar. Ese niño te va a decir lo que él entiende que pasó desde su realidad y estas dos niñas no han sido diferentes. Por eso este tipo de caso no se puede acelerar’, dijo González en entrevista con NotiCel.

Sostuvo que uno de los mayores errores cometidos por el estado fue permitir que las hermanas de Lorenzo fueran ubicadas temporeramente en la casa de la hermana de la abuela materna de las niñas, Ivette González.

‘Cual fue el error? Que las pusieron en el hogar de la tía de Ana. Si hubiesen sido puestas en un lugar neutral hace tiempo que hubieran hablado. Todo lo retrasó ese primer lugar donde las ubicaron’, indicó la doctora.

‘No es fácil para un niño testificar. No lo puedes llevar si no siente que lo puede hacer, que lo quiere hacer y no se van a sentar a declarar si piensan que con su testimonio pueden afectar a sus padres. Aún los menores abusados quieren a sus padres, lo que no quieren es el maltrato’, señaló.

Tras recordar que el homicidio es un delito que no prescribe, González afirmó que el ambiente en los tribunales de por sí es controversial y cuando hay menores involucrados es más difícil para éstos desempeñarse en ese tipo de ambiente.

‘La incapacidad de no poder contestar una pregunta en un tribunal no quiere decir que el menor no esté diciendo la verdad. Este país tiende a pensar que los niños mienten, pero la realidad es que los niños no tienen esa capacidad para mantener una mentira, los adultos sí’, dijo.

‘El niño puede comenzar protegiendo a los que cree que debe proteger, pero a la larga va a decir lo que vivió en su ser y eso es lo que van a hablar. Esa es una de las razones por las que Justicia no lleva el caso. No puedes llevar un caso más adelantado que lo que puede declarar tu testigo principal’, explicó la experta en conducta humana.

González no le da ninguna credibilidad a las declaraciones públicas que ha dado Cacho en algunos medios en los que ha escogido presentarse.

‘Eso que ella dice que entra un extraño a la casa y se encontró con el niño y lo mató no tiene sentido. Si una persona entra a una casa y se encuentra a alguien, lo mata y sale corriendo, no lo acuesta en el cuarto y lo arropa. Al igual que no tiene sentido que el niño se cayó de la cama. Si se cae de la cama lo encuentras en el piso, el niño no se acuesta inconsciente’, sostuvo.

De acuerdo con Cacho, la noche de los hechos ella estaba durmiendo cuando fue despertada por los gritos de una de sus hijas de que Lorenzo estaba en la cama con sangre. Cacho le dijo a Telenoticias en una entrevista reciente que ella fue al cuarto y sin encender la luz tomó al niño y se lo llevó para el Centro de Diagnóstico y Tratamiento de Dorado y que fue allí cuando lo acostó en la camilla que se dio cuenta del fuerte golpe en el rostro de su vástago.

‘Eso no cabe en la mente de nadie’, afirmó González.

Recientemente, el fiscal general, Obdulio Meléndez, aseguró que Justicia tiene evidencia que incrimina a Cacho en el asesinato de Lorenzo, pero no se ha radicado ningún cargo en su contra.

La doctora validó las declaraciones que hicieron las menores a las expertas que las examinaron durante el extenso caso civil que llevó el Departamento de Familia por la custodia de las menores, que finalmente fue concedida permanentemente al padre Ahmed Alí González.

De acuerdo con la decisión judicial en el caso de custodia, la niña menor dijo que su madre y su abuela las manipularon y que saben más de lo que han dicho sobre la muerte de Lorenzo. También señaló que la madre era mala y que su abuela la protegía.

‘Le doy mucha validez a la información que le dieron a los sicólogos y trabajadores sociales porque no son subjetivas’, destacó.

La doctora González indicó que el padre ahora tiene la responsabilidad de mantener a las menores totalmente apartadas de la información que se difunde en los medios sobre el caso.

‘Este es un caso sumamente señalado y que no ha dejado de estar en los medios. En estos momentos, el papá tiene la responsabilidad de que esas niñas no tengan acceso a lo que sale publicado en los medios. El papá tiene que mantenerlas a ellas fuera de lo que la jueza determinó en el caso de familia’, destacó.

González opinó que una de las opciones que tiene el padre para que las niñas sigan superando el trauma psicológico sufrido es mudarse del país e, incluso, cambiarle los nombres a las menores porque el apellido Cacho no es muy común, lo que las convierte en víctimas fácil de identificar por sus pares.

‘La situación es bien penosa para todo ese núcleo familiar porque este caso se ventiló demasiado en los medios y esos apellidos no son muy comunes. Yo no dudaría que ese papá en algún momento se mude fuera de aquí porque es una forma que las niñas no sigan cargando ese peso de lo ocurrido a su hermanito que ya es bien traumático y dramático de por sí’, indicó.

González aseguró que hay personas que pueden superar situaciones traumáticas, pero otras no.

‘Eso depende del temperamento y cada uno en particular. Hay gente que lo puede superar y hay gente que lo vive toda la vida. Y hay otros que todavía superándolo siempre estará ahí’, aseguró.

Para González, los casos de abuso contra menores en la Isla cobraron mayor notoriedad tras la desaparición del niñito Rolandito Salas Jusino, en hechos aún sin esclarecer por las autoridades ocurridos en 1999.

‘Desde el caso de Rolandito este país está más atento a los casos de los niños’, puntualizó.