El silencio que mantuvo todo el día ayer la Rama Judicial acerca de lo que sus expedientes contienen sobre la supuesta queja que enfrentaba el juez Jose Javier Ramírez Lluch, quien se suicidió el miercoles, provocó molestia entre la clase togada, según fuentes de NotiCel.

Además de llorar a su compañero, un profundo sentimiento de soledad y desamparo arropó a la judicatura, de acuerdo a los miembros de esa clase que hablaron con NotiCel tras ver cómo la Oficina de Administración de los Tribunales (OAT) dejó que las especulaciones sobre los procesos disciplinarios contra el juez inundaran la opinión pública sin que la fuente oficial sobresaliera a aclarar si el juez enfrentaba o no enfrentaba una queja, la naturaleza de la misma, y lo que procedería ahora que el supuesto querellado se suicidió.

Los jueces también subrayaron lo que entienden es la doble vara de que una queja contra un juez de parte de un subalterno del mismo sexo hubiera progresado, cuando otros casos con protagonistas heterosexuales se manejan administrativamente fuera del curso disciplinario.

El silencio es más inexplicable si se toma en cuenta que, según la Policía, la jefa de la OAT, Isabel Llompart, le confirmó a agentes investigadores que escuchó acerca de la querella por hostigamiento sexual, pero tampoco la había visto. Solo Llompart y la propia jueza presidenta, Liana Fiol Matta, serían las figuras ‘supervisoras’ del juez Ramírez Lluch en el andamiaje administrativo de la Rama Judicial.

El Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Bayamón citará a entrevista al oficial jurídico quien supuestamente comunicó la intención de radicar una querella de hostigamiento sexual contra el juez Ramírez Lluch.

Pese a que la escena se informó como un suicidio, las autoridades tienen que investigar todas las vertientes para sustentar en el expediente que la persona tomó la decisión de privarse la vida, sin saltar a conclusiones. En esta pesquisa, los agentes han entrevistado a familiares, vecinos, aLlompart y a dos personas que se asociaban con el juez, mencionó el comandante Rafael Rosa, en entrevista con este diario sin querer entrar en mucho detalle.

Rosa indicó que han escuchado acerca de la querella, por lo que forma parte de las entrevistas, pero que no han sido notificados de la existencia de un documento formal.

La Policía tenía tres personas de interés con relación a la querella, pero solo queda pendiente la entrevista al oficial jurídico, Guillermo Gustavo Hernández Saavedra, como supuesto querellante. También ocuparon el celular y la computadora portátil (laptop) del juez, en búsqueda de algún mensaje o comunicación que les diera información sobre su muerte.

Ramírez Lluch llegó esta misma semana de un viaje a Europa con su familia, a quienes nunca les dijo que se encontraba preocupado ni que tenía la intención de suicidarse, según trascendió de las entrevistas de la Policía. Vivía en Guaynabo con su esposa e hijo de 16 años, quien recibió este año la noticia de su admisión a la Universidad de Georgetown, junto a la de la muerte de su padre, según el licenciado Harry Padilla, quien se describió como amigo de la familia. ‘No le hagamos más daño al niño, ni a la madre (…) Dejemos que descanse en paz tanto el cuerpo, como el recuerdo’, pidió entre lágrimas durante la vista para atender la moción de un juicio nuevo para Pablo Casellas, que presidiría el mismo juez.

Reacciona activista de la comunidad LGBTT

Amárilys Pagán, activista de la comunidad LGBTT, indicó que no le sorprendería si se prueba que el suicidio del juez se debió a la angustia que sintió al saber que su orientación sexual saldría a la luz pública, ya que los comentarios homofóbicos en las redes sociales y por parte de sectores fundamentalistaspromueven que las personas opten por permanecer en el clósetsin hacer pública su orientación sexual, o peor aún, presentándose de una forma diferente a la que son en realidad. ‘Se ven obligados u obligadas a llevar doble vida’, lamentó.

‘Imagina lo que es estar 24 horas, siete días de la semana, pensando cada palabra que vas a decir para que no se sepa… En vez de hablar de novio o novia, hablar de pareja; o no poder contar lo que hiciste en el fin de semana porque estuviste con tu novio o novia… Es una presión social enorme’, detalló la mujer.

‘La homofobia quita vidas. Cuando las personas de la comunidad LGBTT luchan no es pidiendo privilegios, sino el derecho de una vida plena’, puntualizó.