Cosas del Aire
Falta menos de dos semanas para el evento más publicitado y de menos contenido en la historia política de Puerto Rico.
El 24 de mayo y el 31 de julio de 1981 perdieron la vida, o fueron asesinados, mediante el estrellamiento de los aviones donde viajaban Jaime Roldós Aguilera y el general Omar Torrijos.
El primero, presidente de Ecuador y el segundo, el dirigente de la Junta Militar que gobernaba a Panamá.
El primero con un historial de robusta defensa de los derechos humanos y posturas ante la Administración Imperial de Ronald Reagan, el segundo, líder indiscutible latinoamericano que había luchado para que se devolviese a Panamá en el 1999, la soberanía sobre el Canal y el enorme territorio circundante, tras extensas y exitosas negociaciones con el presidente Jimmy Carter, aquel ingeniero naval experto en submarinos nucleares, que se nos hizo creer era un agricultor de man de Georgia, y que imprimió a la Administración estadounidense algunos giros diferentes, más bien gestos, que palidecieron ante el poderío del complejo militar-industrial.
Ambos jefes de gobierno o líderes, Roldós y Torrijos, fueron muy vocales para defender no solo los intereses de sus países frente a la gula del gran capital estadounidense, sino para clamar por una verdadera independencia, sin intervenciones de los Estados Unidos en toda latinoamérica. Los aviones con ellos a bordo se estrellaron “accidentalmente” y se mató a mucho más, en esas dos fechas, que a los mortales viajeros.
El domingo, 19 de mayo de 2024, el helicóptero que transportaba, entre otros, al presidente de Irán, el Ayatola Ebraim Raisi y al ministro de relaciones exteriores, Hossein Amir- Abdollahian, se estrelló en una escarpada región al oeste de Irán muriendo todos los ocupantes. Se dirigían a Teherán luego de inaugurar una represa entre el vecino Azerbaiyán e Irán.
La República Islámica de Irán, ágil desde el Imperio Persa para atacar y recibir golpes, los más recientes desde el estado de Israel, es la piedra en el zapato desde su revolución islámica de 1979 que tumbó a la dictadura del gobierno títere de Reza Pahlevi ---Sha de Irán--- y de los intereses oligopólicos y “oleopólicos” del mundo anglo-franco-estadounidense.
Algún día se sabrán las causas de este “accidente”. En el caso del presidente Roldós de Ecuador, no se encontró ni la caja negra ---el famoso “black box” que graba las incidencias de cada vuelo--- , en el caso del general panameño Torrijos, la investigación fue confusa y controvertible, pues el general Manuel Noriega, a sueldo de la Agencia Central de Inteligencia, controló en efecto el poder en Panamá, y para colmo los expedientes de la investigación desaparecieron cuando Estados Unidos invadió ese país a mediados de diciembre de 1989, bajo la presidencia de Bush, padre, antes vicepresidente de Estados Unidos y jefe de la CIA, para deponer a su antiguo empleado.
La invasión estadounidense donde asesinaron al menos medio millar de panameños ---se estima que fueron cerca de 3,000--- fue condenada por la ONU y la OEA.
En Estados Unidos se le celebró juicio a Noriega y su abogado reveló que su cliente tenía documentos comprometedores sobre planes de asesinato de Torrijos y de él conducidos por la CIA. No pudieron presentarse en el juicio. La costosa operación para callar y encerrar al dictador Manuel Noriega tuvo éxito. Éste había conseguido escapar a la muerte pidiendo asilo en la Sede Vaticana de la Ciudad de Panamá.
Volviendo al tema de la aviación y de la política, los jefes de Estado y los de gobierno que asumen posiciones muy antagónicas a las de Estados Unidos e Israel, deberían evitar viajar en avión, helicóptero o hasta en globo. La Administración BIden-Netanyahu podría intervenir en la integridad y seguridad de sus vuelos.
Aire y más aire
El juicio número ¿? ---perdí ya la cuenta--- contra Donald Trump, por pagar a una actriz porno para callarse antes de las elecciones del 2016 --- cuánto vale el silencio y el silenciamiento en ese país--- prosigue en un tribunal de Manhattan. Trump, quien no puede por razones naturales poseer alas de angelito para volar, ha ido venciendo cada caso a su modo en una carrera a la reelección presidencial que lejos de detenerse cobra energía con cada proceso judicial.
Hay una interesante lección política de estos juicios que tratan de impedir que llegue al parque un candidato competidor: suele fortalecerlo.
Hay tanto aire en la política estadounidense, tanta diferenciación artificial, pues ambos partidos demócrata y republicano, representan facciones de los mismos intereses económicos, financieros e industriales y militares, que por más que soplan e inflan, no hay sustancia, ni diferencias reales. Solo issues de la cultura híper individualizada estadounidense, presentista, hedonista y materialista que siguen desintegrando su tejido cívico y la aspiración democrática.
Que una política de tan bajo nivel y una cultura política tan degradante sea modélica para muchos dirigentes zombies de la política puertorriqueña es una vergüenza y una desgracia. Que pierdan el tiempo aquí en Puerto Rico, imitándoles como monos, es señal de involución, retroceso y hundimiento. Que se desvivan esos seudo líderes de aquí, por inmiscuirse e ir a rascarles las pulgas a esos orangutanes de la política estadounidense, a llevarle incienso, billetes y morriña es alucinante.
Que celebren primarias de embuste y la elección de delegados rascapulgas, e involucren a su electorado en Puerto Rico, es una muestra más, tan falsaria como la de los delegados de la estadidad, fututeándose millones, que en verdad, los seudo líderes PNP-PPD, no creen en nada. Influencias, dinero, trueques y trucos, esa es la moneda, donde se adquiere aire y más aire.
Las primarias aéreas
Falta menos de dos semanas para el evento más publicitado y de menos contenido en la historia política de Puerto Rico. Las ondas aéreas han traído anuncios a granel, todos de lo que “Yo haré”. Ni siquiera intentan relatar qué han hecho, menos de cómo lo harían, pues el récord es más liviano que el aire en cuanto a logros y más pesado que el plomo en cuanto a tormentos para el país.
Le sucede a los candidatos de la dupla, el dueto PPD-PNP y los desenmascara. Se han esmerado tanto en servir a sus amos y no al Pueblo; en traer a la Junta de Supervisión Fiscal para luego quejarse de la boca para afuera, siendo sus alicates principales; en privatizarlo todo y promover la emigración de los puertorriqueños y en la regencia del saqueo durante las pasadas décadas, que no se dan cuenta cuál es la causa de que sus primarias aéreas sean ya un fracaso.
De hecho, los medios de comunicación los han cargado, publicitando y ordeñando hasta la verdadera náusea este evento vacío, que no sirve siquiera de filtro para dejar fuera de las papeletas a buscones y pillos. Antes bien, pareciera que algunos de los que prevalecen ahí, lo hacen gracias a los medios económicos que le facilitan sufragar sus campañas primaristas, intereses a quienes se entregan luego en el ejercicio del silencio, la ceguera o la astuta complicidad desde los cargos que ocupan.
Algunos como caídos del cielo, o subidos del infierno, llegan a reclamar derechos nobiliarios que no existen, entran como su Santa Claus, por la chimenea bajando desde sus azoteas a servir a una pequeña burguesía rancia criolla que se ve cada vez más reducida por el entreguismo a los grandes intereses económicos de afuera y a los pocos que quedan aquí, quienes creyéndose grandes, sin reconocerse liliputienses creen que el país cuya propiedad ya no les pertenece sigue siendo suyo.
Sólo el desplome aéreo define al dúo PNP-PPD y a la pseudo aristocracia que cree mandar a quienes desgobiernan. Mientras el Tío Sam, su Junta, su Congreso, y sus nuevos “carpet baggers” de más de un siglo después, los de la Ley 22 ---ahora 60--- siguen haciendo de las suyas.
A falta de piedras, ya se han agotado en las ceremonias ficticias de las primeras piedras ---estreno iluso--- ahora andan con rollos de cinta y tijeras, y pronto no faltará quien inaugure las murallas de San Juan, el Fuerte de San Felipe del Morro, o hasta la estatua viviente en la fuente de las Cuatro Estaciones en la Plaza de Armas. Desde Ponce aereamente prometen inaugurar por enésima vez su puerto, y desde Mayagüez, se oyen las promesas de un Centro de Trauma al que seguramente nombrarán en su aérea pesadilla, José Guillermo Rodríguez.
Cosas del Aire…